Berlín.- "De todos los estados federados nos llegan informaciones de que algunos departamentos han tenido que suspender su trabajo debido a la falta de personal", dijo el presidente de la Sociedad Alemana de Hospitales (DKG), Gerald Gass, a los medios del grupo RND.
El trabajo en departamentos de urgencias ha tenido que interrumpirse parcialmente, dijo Gass, que agregó que "es una situación que nos preocupa, sobre todo pensando en el otoño". En los hospitales del estado federado de Schleswig-Holstein (norte de Alemania) la situación es especialmente difícil.
El gerente regional de la DKG, Patrick Reimund, dijo que probablemente la llamada Semana de Kiel, un evento náutico en la capital del estado, pudo haber relanzado la pandemia.
El vicepresidente del Partido Liberal (FDP), Wolfgang Kubicki, natural de Schleswig-Holstein, ha propuesto recortar los plazos de cuarentena para aliviar la situación en los hospitales.
Concretamente, Kubicki ha sugerido que alguien que ha dado positivo pueda volver a trabajar en el hospital tres días después si presenta un test de antígenos negativo. Actualmente el plazo es de cinco días.
La Fundación Alemana para la Protección del Paciente ha rechazado la sugerencia de Kubicki. "Eso sería fomentar la difusión descontrolada del virus", dijo el presidente de la Fundación, Eugen Brysch, a los diarios del Grupo Funke.
Brysch propone aumentar a 10 días el plazo de la cuarentena tras un positivo y que acortarla solo sea posible con un PCR negativo. Las cifras han subido fuertemente en las últimas semanas y la incidencia semanal, según las últimas cifras del Instituto Robert Koch (RKI) de virología, alcanza los 687,7 contagios por 100.000 habitantes.
Algunos expertos consideran que la cifra real puede ser el doble puesto que muchos contagiados no confirman el positivo con un PCR y por lo tanto no aparecen en las estadísticas.
En términos absolutos, según el RKI, Alemania registró en las últimas 24 horas 147.489 nuevos contagios confirmados y 102 muertes relacionadas con la enfermedad. Desde el comienzo de la pandemia ha habido 28.542.484 casos confirmados y 141.397 muertes.
Las altas cifras de infección también preocupan al Sindicato de la Educación (GEW) cuya presidenta, Maike Finner, ha pedido crear condiciones jurídicas para hacer posible la obligatoriedad del uso de mascarillas y de test regulares para evitar cierres de colegios en otoño.