También redujo la perspectiva de crecimiento para 2023, que pasó del 2.7 % al 2.2 %, y situó la de 2024 en el 2.4 %.
SECUELAS DE LA CRISIS A LARGO PLAZO
Gran parte de América Latina y el Caribe está encaminada a una recuperación económica tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19, pero las secuelas a largo plazo persisten y los países deberán implementar reformas de fondo si no quieren volver a retroceder, dijo el jueves el Banco Mundial.
“Se han recuperado los niveles de ingresos pre-pandémicos, pero el crecimiento es débil y los daños del COVID se mantienen altos”, manifestó William Maloney, economista en jefe del BM para América Latina y el Caribe.
En una rueda de prensa virtual dijo que las expectativas de crecimiento permanecen súper bajas. Tras una fuerte alza de 6,9% en el Producto Interno Bruto en 2021, se espera que este año la región crezca 2,3% y 2,2% en 2023, revirtiendo así las pérdidas de la pandemia, las más profundas en más de 100 años, de acuerdo con las previsiones.
INCERTIDUMBRE EN ECONOMIA REGIONAL
Las proyecciones, que equivalen a niveles de crecimiento de la década de 2010 y son unas de las más reducidas a nivel mundial, tienen lugar en momentos en que la economía de Latinoamérica enfrenta incertidumbres que van desde la aparición de nuevas variantes del coronavirus hasta la presión inflacionaria y la guerra entre Rusia y Ucrania. Por el conflicto bélico el BM bajó la previsión de crecimiento un 0,4%.
Si bien la guerra podría ayudar a las exportaciones de materias primas y así estimular el crecimiento, también impactará negativamente a los importadores de alimentos y de energía, principalmente en el Caribe, dijo Maloney.