Santo Domingo.- El presidente electo nace el 12 de julio de 1967, como fruto de la unión entre José Rafael Abinader Wassaf, quien fue vicepresidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y rector de la Universidad Dominicana O&M, y de Rosa Sula Corona Caba, de origen canario y oriunda de La Vega.
Este político es nieto de José S. Abinader, inmigrante libanés llegado a la nación caribeña desde Baskinta en 1898, y de Esther Wassaf, nacida en Monte Cristi de padres libaneses.
Tener descendencia de ese país de oriente medio es, naturalmente, motivo de orgullo para este experimentado político y empresario. En reiteradas ocasiones Abinader ha manifestado lo mucho que honra su origen. En 2017 ofreció el discurso central de la 4ta Conferencia de la Diáspora Libanesa, en la República del Líbano, donde expuso el impacto que ha tenido la cultura de esa nación de oriente en la isla caribeña.
De acuerdo con Elvis Alam, allegado de Abinader, el Líbano es un país, aunque muy pequeño, con apenas 10,452 km2, refugio de perseguidos desde el inicio de los tiempos, es muy diverso, no solo en su orografía, siendo el único país del medio oriente que no tiene desierto y le sobra el agua, sino también en su conformación racial y de creencias donde conviven 18 confesiones religiosas diferentes en un espacio pequeño con aproximadamente 5 millones de habitantes.
“Todo lo anterior lo hace único, pero los une el significado de la familia, el estudio, superación y trabajo tesonero”, manifiesta Alam, oriundo de San Pedro de Macorís, donde muchos libaneses que se establecieron en el país, desde los últimos dos decenios del siglo XIX.
Cuenta que los libaneses escogieron esa ciudad por el gran desarrollo económico producto de la industrialización de la caña de azúcar. “Por sus calles a principios de siglo XX se escuchaban el español, italiano, alemán, francés, inglés y el árabe, siendo efectivamente la sombra del mundo por su diversidad”, recordó Alam, antiguo presidente de la asociación de Jóvenes Dominico Libaneses, del Club Libanes Sirio Palestino, así como vicepresidente para América Latina de la Unión Libanesa Cultural Mundial.
Alam, quien acompañó a Abinader en 2017 al Líbano para conocer el pueblo de los abuelos Baskinta, subraya que la capacidad de trabajo, preparación académica y la honestidad, representan las características de los libaneses que suelen ocupar cargos públicos.
En ese sentido, expresó que Abinader, se subirá sobre los hombros de todo un legado de una raza que nunca dejó de pensar en su pueblo de origen, “pero desde que llegaron a este rincón del mundo lleno de sol, azúcar y gente buena, decidieron fundirse como uno solo con los dominicanos”.
Tras conocer los resultados de la victoria del presidente electo el pasado cinco de julio contra el exministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Gonzalo Castillo, los residentes de Baskinta, de 15 mil habitantes, colgaron a la entrada de esa ciudad libanesa un gran cartel con la foto de Luis Abinader. Allí todos se sienten orgullosos de tener un paisano presidente de la República Dominicana.
Más impacto en RD
Alam, quien también es ingeniero y escritor, hace un recuento de la influencia que ha tenido la cultura libanesa en diferentes ámbitos de la nuestra nación.
Indica que el Anuario Azul de J.P. Perelló publicado en 1919 donde se consigna que de las 24 compañías importadoras más importantes del país, 16 por sus apellidos eran de libaneses. Chabebe, Dumit, José, Fadul, Ramia, Baduí, Zouain, Dájer, Gobaira, Haddad, Bojos, Julián, Haput, Haché, Jorge y Kouri.
Igualmente, que el 12 de octubre de 1933 se realiza el primer congreso médico dominicano siendo formado por diez ilustres profesionales entre ellos se destacan el doctor Antonio Elmudesi y el Dr. Cesar Dargam, hijos de libaneses.
Subraya que en San Pedro de Macorís estaba el centro hospitalario más grande e importante de la Republica Dominicana y uno de los más importantes de todo el Caribe, hasta bien entrado el siglo XX propiedad del médico alemán Dr. Karl Theodore Georg, entre su staff de médicos se encontraban el Dr. Antonio Musa Hazim, Dr. Luis Alam Risi (padre de Elvis Alam), Dr. Rafael Merip Elmudesi, Dr. Emilio León Kuret, Dr. José Antonio Risi Lattouf y Antonio Zaglul Elmudesi, todos libaneses e hijos de libaneses.
“El libanés llego al país a producir riqueza generando trabajo para el pueblo. Revolucionaron no solo el comercio sino también la industria textil y el campo dominicano”, cuenta.
“El salto a los estudios superiores no se hizo esperar estando hoy día la presencia de esos hijos y nietos en todas las profesiones liberales. Al menos tres universidades fueron fundadas por descendientes de libaneses. La O&M por la familia Abinader, UNIBE por la familia Hazoury y UCE por la familia Hazim”, resalta Alam, quien concedió esta entrevista en exclusiva a Diario Hispaniola y donde conversó sobre las experiencias compartidas con el actual presidente y sobre las costumbres de la cultura libanesa.
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