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Un trabajador empuja un féretro hacia una tumba el pasado 25 de mayo del 2020 durante su funeral en el cementerio El Ángel en Lima, Perú.
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Un trabajador empuja un féretro hacia una tumba el pasado 25 de mayo del 2020 durante su funeral en el cementerio El Ángel en Lima, Perú. (Foto: EFE/Sergi Rugrand)

Lima registra unas 10.000 muertes sospechosas desde la llegada del COVID-19

Por Agencia EFE
miércoles 03 de junio de 2020, 07:17h
Casi tres meses después de detectarse el primer caso de COVID-19 en Perú, Lima registra 1.786 fallecidos por coronavirus, el 38 % de los 4.634 contabilizados a nivel nacional hasta el 31 de mayo, pero tiene otras 10.000 muertes sospechosas e inusuales, por encima de las cifras habituales de años anteriores.
Lima.- En total son 20.395 los fallecimientos declarados en Lima entre marzo y mayo de 2020, dos veces y media más que en el mismo periodo del año pasado cuando fueron casi 8.000 decesos, según los datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef).

La región de Lima, donde está la quinta ciudad más grande de Latinoamérica con unos 10 millones de habitantes, solía registrar antes de la pandemia alrededor de 2.500 fallecidos mensuales, pero esta cifra ha sido más de cuatro veces mayor en mayo, al contabilizar 11.155 decesos.

Ese dato refrenda una progresión alarmante de defunciones, pues es tres veces mayor al de marzo, que fue de 3.619 decesos y el doble del registro obtenido en abril, de 5.627 fallecimientos. Con más de 103.000 casos de COVID-19 concentrados en Lima, los datos oficiales arrojan una mortalidad de 1,73 % pero esta puede ser sensiblemente mayor de confirmarse que parte de esas muertes sospechosas fueron causadas por el coronavirus.

Efecto de hospitales colapsados
Si bien estos registros de muertes inusuales no significa que todas sean causadas por el COVID-19, pueden tratarse también de fallecimientos colaterales producto de la emergencia, que ha colapsado el frágil y fragmentado sistema sanitario de Perú en algunas regiones como Lima.

En esta tesitura los servicios de emergencia han continuado funcionando, pero el confinamiento ha suspendido muchos servicios ambulatorios y con ello las dificultades de miles de enfermos de otras patologías para acceder a consultas médicas y a los medicamentos para sus tratamientos.

La presidenta del Seguro Social (EsSalud), Fiorella Molinelli, ya reconoció en una entrevista a Efe en mayo la dificultad de registrar a todos los fallecidos por COVID-19, pues las cifras oficiales recogen mayoritariamente las defunciones ocurridas en los hospitales.

Sin embargo, hay casos de enfermos que fallecen sin haber pasado las pruebas de descarte o que incluso mueren en sus domicilios fuera del hospital, y el protocolo de tratamiento de cadáveres ordena, salvo contadas excepciones, la inmediata incineración o inhumación del cuerpo.

Mayo, el peor mes en fallecimientos

El escenario es muy similar en el Callao, la ciudad portuaria aledaña a Lima, que registra 2.678 muertes entre marzo y mayo, un 123 % más que el año pasado, pero únicamente 329 tienen al virus SARS-CoV-2 como causa confirmada del deceso.

Si se tiene en cuenta que el promedio de defunciones en el periodo marzo-mayo de los tres años anteriores es de 1.141 decesos, el Callao presenta 1.216 muertes inusuales, por encima de lo habitual.

Antes de la emergencia era común que en el Callao muriesen al mes entre 350 y 450 personas, pero en abril fueron 642 y en mayo llegaron a 1.651, casi cuatro veces más de lo normal, en concordancia con las cifras de su vecina Lima.

Los números impactan igualmente en la norteña región de Piura y sobre todo en los amazónicos departamentos de Loreto y Ucayali, los más golpeados por el virus ante la limitada capacidad hospitalaria y el leve acatamiento de la cuarentena por parte de la población.

En Piura han fallecido desde marzo 2.628 personas, alrededor de mil más que en el mismo periodo del 2019, pero confirmadas por COVID-19 son 527. Solo en mayo perecieron en Piura casi 1.800 personas, lo que supone entre tres y cuatro veces más muertos que lo normal antes de la pandemia.

Panorama similar en La Amazonía

Loreto tiene 296 fallecidos confirmados por COVID-19, pero entre marzo y mayo han muerto en esa selvática región 1.337 personas, alrededor del triple que en el mismo periodo de los tres años anteriores. En condiciones normales, Loreto registraba menos de 200 fallecidos mensuales, pero en abril fueron 335 y en mayo llegaron a 800, cuatro veces más de lo habitual.

Cifras casi idénticas a las de Ucayali, con 107 decesos confirmados por coronavirus pero con 1.220 muertes registradas desde marzo, tres veces más que el año pasado. Si lo normal era que muriesen unas 150 personas cada mes, en abril perecieron más del doble (361) y en mayo más del cuádruple (689).

Perú dobla a china en contagiados
Con más de 170.000 casos confirmados de COVID-19 a nivel nacional, Perú se situó el domingo como el décimo país más afectado del mundo tras adelantar en la última semana a Irán y Turquía, y este lunes dobló en número a los enfermos de coronavirus declarados por China, país desde donde se extendió la pandemia.

Al mismo tiempo, Perú es uno de los países de Latinoamérica que más pruebas ha aplicado a la población, con más de un millón realizadas hasta ahora, la mayoría de ellas rápidas, lo que ha elevado de manera exponencial el número de casos durante mayo.
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