Durante la actividad, la sra. Mendoza aprovechó la ocasión para compartir algunas reflexiones de vida que fue adquiriendo en el paso de los años.
“Los años pasan y los cariños verdaderos perduran. Esa fue la gran enseñanza que tuve en la celebración de mis 70 años, en la que estuve rodeada de familiares y amigos muy allegados”, confesó.
En sus palabras, la ejecutiva destacó que la familia, cuando es creada en cimientos de valores, permanece unida y se apoya mutuamente; que le tocó mucho dar en su juventud y que al día de hoy recoge con creces la cosecha de lo que sembró. “Aunque tenemos nuestras diferencias temperamentales, mi familia no la cambio por nada”, subrayó.
Muchos de los asistentes de su gran fiesta fueron amigos de infancia, cuyo cariño, asegura “se ha mantenido por siempre en las buenas y en las malas, pues hay tiempo para disfrutar, pero también para servir de acompañamiento en los momentos difíciles”.
Comentó además que “en este período que nos ha tocado vivir, en el que los hijos se van y el nido queda vacío, los amigos juegan un papel muy preponderante. Son nuestra compañía y una fuente de amor inagotable, sobre todo en esta época cibernética en la que nos mantenemos conectados a diario y conocemos de sus inquietudes”.
Según Mendoza, vivir es importante, pero más lo es cuando entendemos que no nos llevamos nada y que lo que tenemos es prestado. De ahí que recomendó a sus contemporáneos a que no se apeguen a objetos materiales. “Sencillamente, no caben en nuestra última morada. Da de ti amor, comprensión y si puedes, desprendimiento material”, puntualizó.
Antes de finalizar, rememoró el difícil período de su vida que vivió a raíz de un accidente automovilístico y señaló que como consecuencia ha tenido un año de dificultades con el tema salud, pero que se encuentra enfocada en “vencer paso a paso, una actitud que me ha traído resultados que asombra a muchos”.
Terminó su discurso pidiendo a Dios que cada día le haga más confiada en Él, fortaleciendo su fe en que todo lo puede y agradeciendo el cariño y la presencia de sus invitados.
“Gracias a todos los que de una manera u otra se acercaron a mí para esta memorable fecha de mi 70 aniversario. Recibí muchos mensajes de aliento y buenos deseos, también decenas de llamadas y presencia afectuosa plena. Fui agasajada en tres actividades diferentes y en todo momento me han dado el mejor regalo: hacerme sentir amada y por qué no, siendo sincera, admirada… La vida es un tren con muchas paradas, unas exitosas y otras no. Lo importante es vivir con paz interior y amor en el corazón”.
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