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Alfonso M. Becker
Alfonso M. Becker

En este asqueroso mundo

Por Alfonso M. Becker

miércoles 04 de junio de 2014, 23:04h
Cuando alguien se dedica a escribir sobre la política porque le parece un buen tema de opinión y hasta de conversación, siempre ocurre que el que escribe se encuentra con toda una panoplia de respuestas a modo de vocablos "armados" que dejan de ser opinión para convertirse en las peores y más punzantes armas arrojadizas como corresponde y como se presenta el que tiene una armadura, el que se viste completamente con ese "caparazón", para luchar con cierta ventaja ante el que a pecho descubierto  expresa libremente sus ideas. Esto ocurre a diario en Internet, suelen ser los que se esconden tras un muñeco, un rostro falso, o una oscura identidad reducida a un simple slogan, cosa absolutamente ridícula pues es demasiado fácil localizarlo y saber quién es... pero insisto en lo de armadura porque, desde el punto de vista psicológico, el individuo que utiliza toda su panoplia de vocablos hirientes, agresivos y hasta criminales, está totalmente convencido de que posee la completa indumentaria de blindaje para cubrir todo su cuerpo y además se cree con el embozo necesario para cometer todo tipo de felonías lingüísticas, no con arte o con sentido del humor sino mostrando todo el desprecio que genera su cerebro por el "otro", el que no piensa como él, el que es "distinto" y hasta del que es mil veces mejor que él en cualquier faceta de la existencia.
 
Los términos "basura humana", "ralea social" o "jauría humana", tan a mano ahora para para poder designar -a salto de mata- a la peor inmundicia que pulula en el estercolero humano, es una "herencia" del lenguaje aparentemente científico acuñado por el marxismo en Alemania, es decir, es una apreciación alemana derivada de lumpen, que en líneas generales describía a lo más bajo y abyecto de la sociedad que ni siquiera tenía conciencia de clase y además le importaba un carajo la política, es decir, ni siquiera se agrupaba con obreros o campesinos para preservar sus supuestos derechos en una sociedad en la que precisamente obreros y campesinos eran lo más bajo que había en esta vida frente a la exquisita mirada de la clase dominante que era conocida por burguesía... Salvo especialistas gubernamentales y asesores de los reyes, nadie sabía que existía esta "basura" humana. En realidad, el marxismo y los marxistas no solo descubrieron y acuñaron esta aparente nueva "clase" que curiosamente no formaba parte de la "confrontación" entre burgueses y proletarios porque para la burguesía, todo lo que no fuera burguesía, era simple y llanamente basura aunque -bien es verdad- la religión dio un discreto varapalo a la clase dominante, en nombre de la caridad, para que no todos los "animales sociales" fueran tratados como basura ya que había buenos sirvientes y obedientes súbditos que amaban a sus gobernantes...
 
Lo que quiero decir es que fue Karl Marx quién "bautiza" a lo más bajo del género humano en su necesario intento de señalar a los agentes del bonapartismo que ya empezaban a utilizar a toda la "escoria humana" para sus intereses de "Estado" cuando se es autoridad o con "argucia" revolucionaria cuando se quiere conquistar el Estado por la vía de la violencia más execrable. El teórico del marxismo los retrató como gente arruinada y desesperada, con medios de vida ilegales y criminales, hijos abandonados y degenerados por la calle, aventureros sin escrúpulos de la misma burguesía, vagabundos, desertores de la tropa, fugados de la prisión, huidos de galeras, timadores, embaucadores de mujeres incultas y ancianos indefensos, saltimbanquis, carteristas, rateros de la urbe, jugadores, alcahuetes, traperos, mendigos, dueños de burdeles y chulos de putas... y como no podía seguir porque había todavía gente muchísimo más deleznable y asquerosa como los raptores y violadores de mujeres y niños, pues concluyó metiendo a todo lo demás en el baúl de esa gente "difusa y errante" como gitanos y gente de circo que los franceses llamaban por aquella época la bohème...

Me viene todo esto a la cabeza al contemplar los graves disturbios de Barcelona ocasionados por los okupas o si quieren a los sucesos acaecidos cuando las autoridades deciden expulsarlos de un edificio que no es suyo y comienza el enfrentamiento entre tales individuos y las fuerzas de orden público, choques que están degenerando con gran violencia entre incendios de automóviles particulares y mobiliario público, asalto y destrucción de oficinas bancarias y todo lo que se pode por delante de esta gente, incluyendo a los policías. Gentuza que argumenta supuestos derechos sobre lo que no es de su propiedad e ignora cualquier obligación o deberes para lo que es cosa de todos como la calle o el mobiliario que pagamos con nuestros impuestos. También me he acordado de un amigo que salió de su casa para trabajar en la hostelería, durante tres meses, en la isla de Mallorca y cuando volvió, la puerta de su casa estaba destrozada y su hogar okupado por unos delincuentes profesionales que vivían de esta forma de entender la convivencia ciudadana importándole una mierda que un pobre pero honrado camarero perdiera todas sus pertenencias y se viera en la calle y sin nada durante un año hasta que la "ley" decidió que había llegado el momento de expulsar a lo que mi amigo llamó la "ralea" humana que campa a sus anchas sin que esa "ley" sepa distinguir un allanamiento de morada y robo de pertenencias por la que en otros países pueden pegarte un  tiro cualquier propietario y matarte... Me asombró, que por aquellos días me dijera que admiraba los Estados Unidos porque permitían que cada estadounidense se defendiera legalmente con sus armas si el Estado no podía hacerlo en el momento en el que necesitara defender su vida o su hacienda...
 
Se contempla la política, en un sentido ético, como una disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo. Pero es que además, desde la antigua Grecia, se supone que hacer política es crear o establecer fórmulas relativas al ordenamiento de la ciudad y los intereses ciudadanos. Lo de Barcelona es un sinsentido como lo es también lo que está ocurriendo en Brasil bien sea por el Mundial de Fútbol o por otras muchas cosas incluso antes de que se supiera nada de Mundial alguno. La violencia se extiende por todas partes y lo más vergonzoso de todo es que la gran mayoría de los políticos no son capaces de  manifestar en sus discursos, sobre este asunto tan grave, que toda ciencia y arte político se basa generalmente en el hecho primordial e irreductible de que el primer elemento,  el pilar de la política,  es el que existen realmente gobernados y gobernantes, dirigentes y dirigidos. Parece que solo reaccionan cuando las fuerzas de orden público son atacadas a muerte y cuando éstas no tienen más remedio que utilizar el monopolio de la violencia que es patrimonio del Estado. Y parece que lo hacen a regañadientes cuando por mor de la batalla campal surge la desgracia y aparecen los muertos para a continuación "evaluar" parámetros de actuación, desmedida o no, de los que están para poner orden y concierto en la sociedad cuando se está dando una guerra urbana en toda regla.
 
Afortunadamente, en las democracias occidentales, tenemos los mecanismos adecuados para solventar estos problemas. A propósito de la palabreja "lumpen" surgida del cientifismo social alemán, creo que habría que distinguir entre grupos sociales de carácter anárquico o antisistemas que actúan al pairo de una crisis económica de envergadura que ha determinado una política realmente avasalladora contra una gran mayoría de jóvenes y no tan jóvenes que se ven sin ninguna salida. Creo que si hay edificios no utilizados por la administración, es de lógica política en las actuales circunstancias que se les conceda temporalmente su utilización dentro de unas normas establecidas que den seguridad a todos en la comunidad, cosa que por cierto fue el origen de los sindicatos que en otro tiempo se llamaban "casas del pueblo" y que cumplían una efectiva y maravillosa función social, no vaya a ser que ocurra lo que me dijo un okupa catalán: "estos son okupas aficionados porque los edificios a ocupar deberían ser los sindicatos ya que están regentados  por la peor ralea de corruptos que hay en España". Claro que lo primero que se le ocurre a cualquier persona de bien es que si la autoridad tiene argumentos razonables para que abandones una propiedad que no te pertenece, debes irte y actuar social y políticamente para conseguir establecer  o crear fórmulas relativas al bien común, lo debes hacer con tus políticos más cercanos y con los sindicatos que más creas que defienden tus intereses... pero parece que todo este historial de escándalos originados por políticos corruptos le ha parecido a algunos, tanto en la clase política como en la prensa, poca cosa mientras pregonaban a los cuatro vientos que la imagen de un país es otra cosa... más bien parecida al fútbol, a alguna que otra empresa brillante o a algún tenista de moda y éxito. Pero España, por ejemplo, está en una situación bastante delicada que debería llevar a las autoridades políticas a plantearse algunos "experimentos" como Christiania en Dinamarca, salvando las distancias, porque el gobierno de Copenhague tiene mil veces menos problemas de los que tiene el gobierno de Madrid...
 
Volviendo de nuevo a lo más bajo en clase social, al "lumpen" marxiano, insisto en que somos afortunados por no pertenecer a esos países donde las mujeres valen la mitad o menos que un hombre, donde las leyes que se aplican no se basan en el derecho internacional sino en el divino, donde te cortan una mano por robar una chocolatina o donde te cortan la cabeza por decir que no eres creyente de fábulas y otros cuentos celestiales... Las democracias llamadas occidentales son, sin lugar a dudas, la menos mala opción de gobierno y ante el rapto de centenares de niñas alumnas de un colegio para venderlas como esclavas sexuales en países islámicos, las violaciones diarias de mujeres por cientos de miles en la India, lapidaciones en Paquistán y muchos países árabes, el asesinato de millones de mujeres en todo el mundo; en países de todas las confesiones religiosas y sistemas políticos, deberíamos pensar que el teórico, Marx,  no iba mal encaminado cuando retrataba a toda esta "basura" humana que no solo carece de conciencia de clase sino que son la más baja expresión de los asesinos. Los actos de barbarie terrorista que nos muestran en Oriente Medio, desde el Mediterráneo hasta la India, se están "tocando" con demasiada frivolidad política en nombre de un supuesto "análisis" sobre lucha de civilizaciones  e imperios que nada tiene que ver con la realidad...
 
Vivimos en un asqueroso y peligroso mundo y hay que parar a los asesinos, a esos "lumpen" de todas las religiones y tendencias políticas;  detener a los criminales organizados en bandas o en Estados, para que el imperio del derecho internacional reine en este mundo donde parece que toda idea de civilización ha desaparecido.

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