Santo Domingo.- El sacerdote jesuita Mario Serrano, del Centro Bonó, acusó a seguidores del ex presidente Leonel Fernández y de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), activa organización derechista que forma parte de la coalición de gobierno, de estar bloqueando una solución al drama de los dominicanos desnacionalizados por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional.
La defensa a ultranza de la sentencia del alto tribunal de parte de los sectores más conservadores del país estaría atando las manos al presidente Danilo Medina, que no encontraría forma de cumplir con su promesa de "buscar una solución humana" a las personas despojadas de su nacionalidad por el fallo.
La sentencia ha sido criticada como inconstitucional y desconocedora de los derechos humanos, así como de racista y xenófoba, tanto dentro como fuera del país, lo que les ha creado una situación difícil a la República Dominicana y a su gobierno.
A fin de superar las dificultades el presidente Medina ha concentrado sus esfuerzos desde hace meses en la elaboración de un proyecto de ley que restituiría su nacionalidad a los afectados por la sentencia, que podrían ascender a más de 200 mil según estimados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de Amnistía Internacional.
El empeño del presidente Medina parece haber resultado infructuoso hasta el presente, lo que le ha hecho parecer dubitativo e incapaz de asumir con fuerza una posición propia ante la presión de que es objeto desde dentro de su propio partido y gobierno.
Las negociaciones con el vecino Haití, que se vienen realizando con la facilitación de Venezuela, el más importante proveedor de ayuda externa a la República Dominicana, se han pospuesto en cuatro ocasiones. Todo indica que estas postergaciones han sido determinadas por la tardanza del gobierno dominicano en proponer la ley que reconocería la nacionalidad de las personas despojadas de ella, como lo recomienda la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Mientras tanto los sectores más conservadores, liderados por los seguidores de Fernández y de la FNP, multiplican los llamados muchos de ellos irreverentes, para que el presidente Medina defienda la sentencia del Tribunal Constitucional "sin quitarle una coma", como dijo recientemente Reynaldo Pared, presidente del Senado y secretario general del gobernante Partido de la Liberación Dominicana.
Todo ello conduce a hacerse la pregunta de cuánto tiempo podrá durar una situación como ésta en la que el presidente Medina no solamente no recibe el apoyo del ex Fernández, sino que debe encajar las presiones de los partidarios de éste, asociados a los de la decidida fuerza derechista del FNP.
Para complicar el análisis es preciso recordar que el presidente Medina acaba de designar como titular del recién creado ministerio de Energía y Minas al diputado Pelegrín Castillo, hijo del líder de la FNP.
Con esta decisión, lejos de debilitarse, se acrecienta la influencia en el gobierno de este partido que presiona a su propia cabeza desde el flanco derecho.
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