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Punto de mira
Punto de mira

Espectáculo político y palabras

Por Alfonso M. Becker
“A usted que ha sentido las ardientes mordeduras de las balas, de la metralla y ha oído el sonido aterrador e inolvidable de las granadas, le saludo señor como a un compañero de combate” Daniel Ken Inouye
Los siglos XIX y XX fueron escrupulosamente respetuosos con la política internacional… Se puede anunciar así, sin correr el riesgo de meter la pata en exceso, ya que fantasía y realidad no solo tenían campos semánticos distintos desde el punto de vista filosófico sino que además (tanto en el diecinueve como en el veinte) la política era tratada como algo serio que afecta a los seres humanos sobremanera; tan serio como Aristóteles o Platón, o como todos esos relatos de la Historia en la que los heroicos y poderosos políticos de la élite alcanzaron fama y gloria eterna gobernando a esos malditos bastardos de la plebe y de la chusma, llenos de piojos, de mugre y de mierda, vulgarmente conocidos como ciudadanos…

Y si usted quería contar un chiste para demostrar su ingenio, o para hacerse el gracioso en la taberna, pues, tenía usted a mano la asignatura de economía aplicada a los pobres de solemnidad, a los desgraciados de este mundo y a los desposeídos en general; o podía optar por la rama del saber más tentadora: la de sexología en la que, incluso, se podía permitir el lujo de alardear de habilidoso en la cama ante esa mujer que besa con lujuria la jarra de cerveza, al final de la barra, y soñar con una noche apoteósica de sexo hiperbólico cuando el paquete ya no aguanta más, aprisionado en los calzoncillos… Esto es así y no lo puedo escribir de otra manera porque no me da la gana…

Todos los fantasmas de la genial y levantisca escuela del situacionismo revolucionario me vigilan de cerca en este artículo en el que quiero rendir homenaje a toda mi promoción no de la universidad, sino de la calle, con admiración, cariño y devoción; a mis amigos entrañables de las correrías por los puestos de patatas fritas y por las tabernas, esos que se fueron sin avisar, aquellos a los que quitaron de en medio, esos que no tenían nada que ver ni con la medicina ni con la sanidad; los compañeros del Instituto con los que brindé por la revuelta permanente para luego, al final, conseguir nada… Estábamos vinculados a la subversión por nuestro amor la literatura.

Éramos jóvenes y guapos, tremendamente interesantes para las mujeres porque ellas compartían con nosotros la misma excitación provocada por el discurso irreverente que incitaba al amotinamiento momentáneo de la retórica para exigir derechos, para acabar luego atrincherados en un bar, con cierta alegría etílica que ruborizaba ante las poderosas y hermosas féminas; los ojos de una mujer bonita con la mirada perdida por el deseo. La gran oportunidad de contemplar la noche como simples poetas muertos de hambre y despertar en camas anónimas con una chica a la que no conocías, a la que no habías visto en tu vida. Una chica que nadie te presentó… Deslumbrante luna que ofusca la vista. Alumno inesperado de filosofía del amor...

Todos esos recuerdos quiméricos con fundamentos… La vida de joven vivida en el pasado que ya nunca vuelve. Pero esos fabulosos fantasmas que fueron mis mejores amigos, se revolverían en su tumba si no levanto una jarra de cerveza por ellos; por los que quisieron cambiar el paisaje urbano del capitalismo salvaje, sus grandes avenidas, y sus aberrantes autopistas; brindar por los pequeños barrios de siempre, con sus entrañables tabernas, las pequeñas tiendas donde se vendía de todo, los restaurantes especializados en una o dos comidas, los locales de Jazz y las salas de cine… Esos barrios que olían a vino de todas las denominaciones de origen en los que éramos espectadores de primera fila, de una liberación femenina que nos abrazaba y acariciaba como si fuésemos los muñecos que tenían cuando eran niñas.

Huevos fritos con pollo en salsa de tomate… Dios mio… qué cosa más sabrosa con pan recién hecho y no la porquería que venden ahora… y un litro de vino tinto, que no valdría más de un dólar de esta época, para un almuerzo espectacular que te convertía en el rey del mundo sin que un estúpido MasterChef contaminara el verdadero teatro del mundo; el insolente y desvergonzado espectáculo de la verdad: la violenta antesala de la revolución. El talent show éramos nosotros… y no un tarado intelectual intentando pintar un “picasso” en un maldito plato o coronar una albóndiga con una ramita de yerbabuena… Y que esa chorrada signifique algo...

Nos señalaban los niñatos del establishment como los pioneros en España explicando el gran circo de la política. ¡Ay de aquél, de entre las “juventudes” ladronas, que osara llevarnos la contraria! La mofa, la burla y el escarnio los acribillaba… y lo que era peor: las mujeres lo abandonaban y se venían con nosotros. Se asustaban los cachorros de la política porque decíamos cosas que no entendían… Llamábamos payasos a sus padres y a sus arrogantes líderes. Sabíamos explicar, perfectamente, el despliegue de toda una carpa mediática como unidad real que gestionaba el sistema socio-económico para engatusar al rebaño… Fuimos testigos de cómo marcaban a todas las reses… Ahora solo podemos decir, pasen y vean...

Pero la política no era el mayor espectáculo del mundo por aquél entonces... no lo era porque, desde nuestros años jóvenes, ya olía a podrida. Y no porque hubiera una dictadura del general Franco sino porque se avecinaba una casta “socialdemócrata” inventada por la multimillonaria Alemania: cuna de los oportunistas manipuladores que no merecían otra cosa que un escupitajo en sus panfletos; cantinelas repetitivas para engañar con hábiles métodos con pretensiones de retórica. Una iglesia para ateos militantes de base, la solución final para el futuro partido de masas… Cómo sería esta inmundicia humana socialdemócrata, que los historiadores decían que el dictador Franco era más demócrata y humano...

Los grandes farsantes germanos de la gran mascarada democrática, incultos antisemitas que odiaban a los judíos, repugnantes novatos de la política doméstica que alababan a los terroristas árabes como si fuesen los che guevaras del Islam… Esa basura de políticos que aseguraban haber traído la democracia a España, no sabían nada de política ni falta que les hacía porque eran los nuevos ladrones y corruptos que querían su parte…

Aparecieron en la pista central del circo con sus falsas luchas espectaculares por el proletariado y sus inexistentes “conquistas” sociales en una sociedad portadora de representaciones teatrales denigrantes que nunca alcanzaban la condición elevada del espectáculo político; donde los partidos eran un asqueroso y vomitivo vodevil en los que se acomodaban las nuevas élites dirigentes en una “divina” proporción…

Así que el único aire limpio que podía respirarse era el de la fulminante belleza del paisaje literario. Mirar la vida de reojo sintiéndote afortunado por tener una mujer a tu lado. Ser amado por una hermosa mujer. Dios del cielo… ¡qué bonito! La novela, el teatro, la música y todas las bellas artes se acercaban a tu mundo como el agua de mayo para los cultivos… En todas las naciones avanzadas e industrialmente comprometidas en los mercados internacionales, y con ciertos niveles de intelectualidad, los sindicatos eran la fuente y la fuerza de los votos en una especie de socialismo evolucionado y “descafeinado” que los alemanes exportaron por toda Europa con cierto riesgo…

Claro está que sabían (y era tranquilizador) que la filosofía política, generada tradicionalmente por los intelectuales de las clases medias, estaba tan perfectamente delimitada y maquillada que rara vez degeneraba en matanzas de multimillonarios y la violación masiva de sus hermosas viudas… Sin embargo, ahora que me acuerdo, hubo un caso en que despellejaron vivo a un banquero de Pakistán porque a la zorra de su esposa se la estaba follando un clérigo del Islam y la única forma de salvar la vida de la más bella y hermosa hembra del lugar fue acusar al cornudo de la banca de haber pisoteado el Corán… No se pueden ustedes imaginar la de disquisiciones metafísicas desplegadas por los alemanes… Los políticos germanos son gente falsa, manipuladora, mala, especuladora y aberrante… Sirva esta anécdota para que entiendan que el 95% de la producción televisiva de series en Alemania tratan de amores multiculturales absurdos e incoherentes que se castigan con la muerte en cualquier país musulmán.

Pero el mayor espectáculo de criminalidad que están dando los políticos alemanes es destruir Europa, socavar poco a poco la sociedad alemana hasta su destrucción total, cosa que nos importa un pimiento… Pero se han propuesto arrastrar a todos los ciudadanos europeos y fulminar toda la belleza de su viejo sueño: unos Estados Unidos de Europa… La premier británica, Theresa May, se lo ha olido porque apesta desde lejos... y se larga… Que le den por el culo a los alemanes… A los británicos les irá mejor sin ellos… Lo ha dicho bien claro Theresa May: “la violencia y el odio mahometano, el terrorismo musulmán, están implícitos en el Corán”… Pero los politicastros de la Unión Europea lo están ocultando en el oscuro nombre de sus propósitos demográficos e industriales...

Seguramente no ha leído al analista británico Denis MacEoin que ha escrito más de mil artículos y ensayos sobre los fanáticos asesinos del Islam… Esos asesinos mahometanos que Angela Merkel ha metido en Europa. En Londres ya se lo han tomado en serio, leen con fervor a este gran académico, a este sabio británico y Theresa May advierte a los incultos hedonistas alemanes que deberían tratar, psiquiátricamente, las alteraciones libidinosas de su orientalismo o las perversiones sexuales que se desprenden de su peculiar forma de percibir la sociedad como un violento harem…

Mientras tanto, América ha descubierto con cierta pena y decepción que los europeos son unos traidores desagradecidos que siguen odiando a los judíos… Es patético comprobar cómo la maldición del cielo se va cebar, otra vez, con los alemanes… Serán los moros los que “finiquiten” la cultura alemana… Quizás el resto de Europa reaccione como lo ha hecho el Reino Unido. Afortunadamente en España los vínculos emocionales con Estados Unidos son más fuertes que nunca y el rey Felipe VI es una garantía de la special relationship de este viejo país judeocristiano que se pasó 800 años luchando a muerte contra los asesinos del Islam… Somos un país rico en historia que un día conquistó el mundo y donde tampoco se ponía el sol…

Siendo el espectáculo el movimiento histórico que contiene y amarra nuestros bajos instintos para la guerra, parece necesario ahora que echemos mano a las pistolas para defender la libertad, nuestro país y nuestro sentido artístico de la vida… Defender nuestra vida ante un estercolero humano que se extiende y siembra el terror como un virus en nombre de Allah, es algo que sabemos hacer muy bien… Presumían en los famosos y legendarios Tercios de Flandes: “Hemos matado moros, turcos y persas, durante ochocientos años”…

Deberían saber los moros que Occidente prepara (ya está puesta en marcha) una oscura conspiración de exigencias ilimitadas contra el Islam. Primero, no dejar en pie ni un solo país musulmán que promueva el terrorismo y confiscar todas sus propiedades, y segundo, aplicar leyes de guerra a los asesinos y sus familias, que atacan Occidente habiendo sido acogidos…

Aquellos viejos amigos sabían que la guerra contra los moros duraría otros 50 años. Desde los terroristas palestinos, asesinos del Islam, asilados en España, hasta los criminales vascos que se entrenaban en Yemen para colocar bombas en cuarteles y supermercados, la masa alienada que se autoproclamaba de la “izquierda” había alcanzado su más abyecta visión de la justicia social y del crimen.

Desde el arte literario o desde la poesía, se juzgó indispensable pronunciar el discurso más revolucionario de la historia humana. Un juicio global que no se dejara deslumbrar por las diversas opciones que la democracia Occidental ofrece a unos asesinos que viven en tierra de fanáticos criminales, de dictadores teócratas, de perversos reyezuelos de mierda que esclavizan a mujeres y asesinan con sus bombas, pegadas al culo, a ciudadanos inocentes en Europa; porque no tienen huevos para hacer una guerra de verdad…

Pues ese es el remedio militar que está aplicando Washington en Siria: acciones político-artísticas adoptando distintos formatos… El sujeto histórico mahometano tiene ahora un grave problema: será reducido a la miseria o a la nada… es la opción elegida por Washington y sus aliados para aplastar al ente “predestinado” a destruir a los infieles de la civilización occidental. La coalición árabe de asociados con Donald Trump será el brazo ejecutor.

A esta gente musulmana, parece que no le han contado que el mundo ya posee, desde hace 200 años, el sueño del tiempo y que solo la cultura judeocristiana puede revivirlo realmente cuando le venga en gana. Simplemente debemos apropiarnos de su conciencia. Democracia y Libertad son la única posibilidad de revuelta permanente. Si no le gusta, solo recibirá balas, metralla y el aterrador sonido de las bombas...

Nada hay más revolucionario que el lenguaje poético.



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