Santo Domingo.-. Durante la semana pasada el Presidente
Medina visitó líderes opositores con el motivo aparente de consultarles sobre la
ley de naturalización. Por esos "inescrutables designios de la providencia" que
aludía Mons. Meriño, España despedía, multitudinaria y conmovedoramente, al Presidente
Adolfo Suárez que condujo la transición de la dictadura fascista encabezada por
Francisco Franco hacia la democracia en 1975. Ambos hechos nos hicieron recordar
la transición democrática dominicana tras el ajusticiamiento de Trujillo en
1961 bajo la presidencia del autor de "La Isla al Revés", despedido masivamente
con igual conmoción por los dominicanos 14
años atrás.
Estos paralelismos desfasados
en tiempo contienen experiencias aleccionadoras para la difícil tarea que está constituyendo
gobernar en el mundo democrático contemporáneo exigente de vocación
concertadora en gobernantes y opositores conscientes de sus responsabilidades paragubernamentales.
Ningún resultado positivo proporciona el que gobernantes dispongan de vocación
concertadora si los opositores no proceden
con la responsabilidad debida frente a sus deberes nacionales.
Balaguer, decapitada
la dictadura en 1961, asumiendo plenamente su presidencia no obstante haberla
alcanzado dentro de la dictadura; no fue objeto de una oposición coadyuvante a
una sana y efectiva transición. Propuso a los opositores focalizados en la
"destrujillización" darle continuidad a las disposiciones constitucionales
vigentes, completando el período para el que fue elegido concluyendo en agosto/62,
y la celebración de elecciones dentro del plazo previo indicado en la carta
sustantiva de la nación; planteamiento tajantemente rechazado por opositores "antitrujillistas"
no obstante haber advertido el Prof. Juan Bosch que el principal problema
nacional lo constituía la situación social dominicana.
Amparándose en el
"antitrujillismo" la oposición dominante encubrió intereses espurios que
salieron a flote con el golpe septembrino de 1963 que derrocó al gobierno
libérrimamente elegido en las elecciones generales de diciembre de 1962;
asonada que sirvió de germen a las confrontaciones fratricidas en 1965 y a la
ocupación militar extranjera.
Electo presidente en
1966, Balaguer invitó a la oposición socialcristiana, en su primer mensaje ante
la Asamblea Nacional el 27/02/67, a formar parte del gobierno; invitación que
fue desestimada por quienes posteriormente la aceptamos 8 años más tarde hasta
el punto de fusionarnos con el Reformismo en 1983. En 1972 invitó públicamente
al PRD todavía liderado por Bosch a un pacto bipartidista para alternarse el poder, propuesta que fue rabiosamente
repudiada
por éstos; y que en cierto modo fue implementada 24 años más tarde con la
suscripción del Frente Patriótico.
En la transición
española encauzada por Adolfo Suárez a la muerte de Franco, la oposición actuó madura
y desinteresadamente, sobreseyendo que había sido relevado a la estelaridad
política dentro de la dictadura. Suscribieron pactos políticos que fueron
posteriormente endosados por el liderazgo empresarial y sindical, conocidos
como los pactos de La Moncloa, lugar donde fueron suscritos por ser la sede y
residencia del Presidente del gobierno Español. Dichos pactos no solo enfocaron
"la estabilización del proceso de transición al sistema democrático" sino el "saneamiento
y reforma de la economía".
Por estos pactos, la transición española fue más
exitosa concretados con la reinserción europea y mundial de España. Y menos
traumática: se aprovecharon la infraestructura, instalaciones e instituciones instauradas.
Ni siquiera fueron destruidos monumentos emblemáticos destinados a exaltar al "caudillo"
español.
Años más tarde, los
opositores dominicanos moderaron su
arrebato y suscribieron con Balaguer pactos como el de la Democracia en 1994
con el PRD y el ya citado Frente Patriótico en 1996 con el PLD.
Lamentablemente estos
pactos se limitaron a cuestiones políticas electorales sin contemplar la puesta
al día de los aspectos socioeconómico que había sido objeto de una gran
transformación partiendo del Diálogo Tripartido concertado en 1988 que permitió
sustentar importantes reformas nacionales siendo de la más relevante la fiscal
y arancelaria de 1992 diseñadas con amplia participación internacional del PNUD
y la Universidad de Harvard.
Ojalá que la consulta
iniciada por el Presidente Medina sobre la ley de naturalización pueda servir
de germen a la suscripción de un amplio instrumento de concertación para
garantizar la gobernabilidad de nuestra nación; hoy sumida en graves problemas
fiscales, financieros, económicos, sociales, institucionales, éticos,
culturales, demo-territoriales y migratorios.