Carmen Julia Gómez, una vida dedicada al bienestar

¿Qué te motivó a ser miembro activa de la Fundación El Arte de Vivir?

Desde que hice mi primer curso del Arte de Vivir, en el año 1999 con Enrique Ferreira, nació mi aspiración de convertirme en instructora de esta Fundación. ¡Así de grande fue ese impacto en mi vida! Me integré de inmediato a colaborar organizando cursos y promoviéndolos en mi entorno laboral y familiar y en los medios de comunicación. En el 2006 me fui al Ashram de la Fundación El Arte de Vivir en Bangalore, India, para recibir entrenamiento. En el 2008 fui a Argentina y a Perú para seguir entrenándome y a mi regreso, renuncié de mi empleo como encargada del Departamento de Investigación de una ONG para poder dedicar más tiempo a la Fundación y me quedé como consultora independiente. En el 2012 di el salto cuántico: decidí dedicarme a tiempo completo a enseñar el Arte de Vivir, por lo cual me siento absolutamente feliz y muy agradecida de mis padres, hijos y hermanos que siempre me han dado apoyo total para vivir esta maravillosa misión.

Háblanos un poco de la institución... ¿Cuál es su misión?

La Fundación El Arte de Vivir es una es una organización internacional sin fines de lucro, con sede en India, con 35 años de existencia y su misión es la educación emocional y el servicio humanitario a través del fortalecimiento y bienestar del individuo, el manejo del estrés, la integración social y la promoción de los Valores Humanos. En nuestro país la fundación está activa desde el año 1997.

¿Quién es el Maestro o líder de la fundación? ¿En cuántos países del mundo se encuentra?
Sri Sri Ravi Shankar. La Fundación El Arte de Vivir opera en más de 150 países del mundo.

¿Qué tipo de ayuda social dan ustedes en los países donde están activos?
Nuestros programas promueven la salud física y mental a través de ejercicios de meditación y de respiración para que las personas se liberen del estrés y manejen sus emociones negativas. Las técnicas también facilitan la concentración, elevan la productividad, mejoran las relaciones y otorgan un mayor bienestar integral. Se enseñan a todo tipo de público en las propias sedes, en empresas y otras organizaciones. También se realizan programas gratuitos en barrios de alto riesgo social y en cárceles. Además de esos cursos, promovemos el diálogo interreligioso, la conciencia ecológica y la responsabilidad social.

Sabemos que eres una de las instructoras de los retiros que se hacen para enseñar a gente a tener una vida más feliz y armoniosa.... ¿Qué significa para ti ver concluir un grupo después de una agotadora jornada?

¡Es lo más gratificante que he hecho en mi vida! Ni el doctorado en Demografía en Brasil me ha dado tanta satisfacción. Cada vez que imparto el Happiness Program, un seminario vivencial e intensivo de 5 días consecutivos, siento el mismo entusiasmo de la primera vez en el año 2008, porque sé que el resultado es extraordinario en cada una de las personas que lo toman. ¡Yo misma me sorprendo de los cambios positivos que veo en ellas!! Llegan personas deprimidas por divorcio, maltratos en la infancia, soledad o crisis económicas, o aquejadas por la ansiedad, con dificultad para tomar decisiones o para perdonar o con baja autoestima, o con problemas de salud causados por el estrés, para solo mencionar algunos ejemplos, y al finalizar el curso ven la vida con optimismo, con serenidad y salen con la salud mejorada y más conciencia sobre cómo cuidarse. ¿Qué más le puedo pedir a la vida si lo que soñaba desde niña era un mundo con alegría y paz?

Háblanos un poco de Carmen Julia la madre, hija, profesional. Danos un poco de historia.

Desde muy joven me inicié como activista de los derechos de la mujer. Mi sensibilidad ante la violencia, la pobreza y la injusticia social me llevó a formar parte de grupos de la Iglesia Católica y luego de grupos políticos de izquierda. Estudié Economía e hice un doctorado en Demografía en Brasil. Durante 30 años me desempeñé como investigadora social al servicio de ONGs, instituciones públicas y organismos de Naciones Unidas en temas de desarrollo social con perspectiva de género. Me sentía bastante satisfecha con el aporte que podía hacer como investigadora en favor de la paz y la justicia social, pero poco a poco me fui dando cuenta que para que cambien las estructuras sociales no era suficiente incidir en las políticas públicas o tener poder político, que hacía falta la transformación espiritual de las personas. Me convencí, en mi propia experiencia personal, que de poco servía la formación intelectual y el éxito material para lograr mi paz interior. En el año 1999, tras una crisis de pareja que me afectó mucho a nivel físico, mental y emocional, encontré – ¡porque lo buscaba! - el ansiado soporte vital, el camino espiritual de la Fundación El Arte de Vivir, gracias a la cual tengo más conciencia del sentido de la vida y de la muerte.

He aportado al mundo dos hijos maravillosos, Iván de 31 años y Alexis de 29, a quienes amo infinitamente, igual que a mis padres y hermanos. Me encanta compartir con mi familia y amigas, leer libros, practicar yoga, oír música, bailar, ir a la playa, navegar en internet investigando sobre espiritualidad y salud, acampar y hacer caminatas en la montaña, asistir a actividades culturales.

¿Cuál es el mensaje de vida que das a todos los que están leyendo esta entrevista?

Vinimos a este planeta a celebrar la vida y a perfeccionarnos, por tanto, cada día disfruta, ama y ámate, y cultiva tu espiritualidad, como si fuera el último día de tu vida.