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Virginia Roca reflexiona sobre un tema de actualidad

Virginia Roca Pezzotti.
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Virginia Roca Pezzotti.

La República Dominicana y el respeto a las madres

Por Virginia Roca Pezzotti
martes 03 de mayo de 2016, 12:38h
Las temporadas comerciales van y vienen en el calendario marcado por un reloj de 12 meses: Reyes Magos, San Valentín, Semana Santa, Madres…Navidad, Aῆo Nuevo…
Se aproxima el día en el que en la Repύblica Dominicana se celebra el día de las madres, y nos lo recuerdan los anuncios publicitarios que van haciendo sus inicios de ofertas, para halagar a mamá, una vez concluido el drenaje mercadológico de las vacaciones de la Semana Mayor.

El último domingo de mayo, es el día marcado en el calendario nacional de celebraciones y conmemoraciones como la fecha para enaltecer al ser humano capaz de dar vida a toda la población que transita por el planeta, la que permite que vivamos un guión-destino que hace que dejemos nuestras huellas en la madre tierra.

Esa madre, esa mujer, ese ente, ese ser ontológico real, inmanente a nuestra consciencia, nuestra percepción y nuestro ideal, se ha merecido un día, dentro de una práctica universal, para ser celebrado el rol que desempeña como ente femenino capaz de ejercer la maternidad de la humanidad, preservando no solo la vida sino los valores que la regeneran en cada generación humana.

La necesidad primaria una vez dado a la luz un ser humano, un vástago, un hijo, es proveerle la alimentación, y que esta sea de manera natural. La lactancia, es la alimentación primaria por excelencia de todos los mamíferos incluidos en la escala el ser humano.

En una sociedad en donde la mujer es cosificada, sexualisada de forma que raya en la aberración, se da una fragmentación absolutamente peligrosa, porque cuando un ente sistémico y complejo se fragmenta impidiendo visualizar la totalidad de ese ser, y percibiendo solo partes, que ya en muchos casos ni reales son, porque como son fragmentos, son intercambiables, de ahí el éxito de las cirugías y prótesis de glúteos, senos y cuerpos que cuando se ven en conjunto hace tiempo dejaron atrás la armonía del ser, para pasar a ser un conjunto de fragmentos cosificados que les lleva a ser objetos del deseo de otros que les imponen sus reglas para darles una ilusión de bienestar.

En una sociedad en donde la mujer repito es cosificada y se convierte en senos más o menos, han de producirse hechos como los que recientemente alarmaron las redes sociales, por ser acusada una madre de mostrar como lactaba a sus gemelos. El hecho de la lactancia se entendió como un destape o exhibicionismo de un seno más o menos. Lo que para el hacedor de la llamada al pudor significa que lactar es vergonzoso, y ratifica acciones que se toman en lugares públicos en contra de las madres en proceso de lactar a sus crías.

Si de algo se debe avergonzar la sociedad dominicana, es de restringir los espacios para amamantar, de entender que es impúdico el hacerlo. Una sociedad en donde besarse en público crea extrañeza y es ilegal...dar y recibir amor es mal visto, pero escuchar las letra violentas de cantantes aberrantes es aplaudido, mostrar lo que muestra la TV nacional y la radio con conductores fuera de todo control, insultantes y violentos eso es bien recibido, conductoras que venden prótesis y permiten la tengan como objeto, eso es permitido.

Y un acto natural, simple y a la vez sublime como amamantar se permiten envolver en ideas mórbidas. Muchos artistas plasmaron la imagen de La Virgen de La Leche, que no es más que la Virgen amamantado a Jesús... Porque es natural y sublime a la vez, con innumerables beneficios neurológicos además, dado que el ángulo de aproximación física del bebé con su madre, le permite al recién nacido, fijar la vista en ese ser físico que le dio la vida, y establecer un contacto visual con cierta claridad que le genera seguridad.


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