¡Ser inteligente es rentable!

 Por Frank Jensen, Alcalde de Copenhague (Dinamarca) para EFEverde.- Un mundo sostenible comienza con ciudades sostenibles. Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, y mientras la mayor parte de la riqueza del mundo la crean los habitantes de las urbes, estas también son responsables del 75% de las emisiones de CO2.

La capital danesa, Copenhague, ha sido designada Capital Verde Europea 2014 por la Comisión Europea, porque nuestra ciudad está liderando la transición verde. Copenhague pretende convertirse en la primera capital neutral en carbono en el mundo, y despunta en saber combinar soluciones sostenibles con crecimiento económico y mejor calidad de vida para sus ciudadanos. Además, queremos compartir nuestros conocimientos con el resto del mundo.

Barcelona acogió  un importante congreso sobre Ciudades Inteligentes, la SMART CITY EXPO 2013, donde expertos y representantes de empresas e instituciones públicas de todo el mundo se juntaron para debatir sobre las soluciones a los retos a los que nos enfrentamos todos, como son los recursos limitados, la contaminación y el desempleo. Naturalmente, Copenhague estará presente en este congreso para compartir nuestras mejores prácticas y aprender de los demás participantes.

Neutral en carbono para 2025

Copenhague se ha fijado el objetivo de llegar a ser la primera capital mundial neutral en CO2 para 2025. Se trata de un plan muy ambicioso, pero ya hemos demostrado que es posible. En 2011, ya habíamos reducido nuestras emisiones de CO2 en Copenhague en un 21% en relación con los niveles del 2005. Instalaremos más aerogeneradores, haremos inversiones en paneles solares y convertiremos las centrales eléctricas de combustible fósil a biomasa. En el futuro, los habitantes de la capital danesa iremos todavía más en bicicleta e invertiremos en autobuses con sistema híbrido de propulsión en el transporte público. Los edificios existentes en Copenhague serán rehabilitados y los de nueva construcción serán energéticamente eficientes.

Una de las enseñanzas más importantes que hemos extraído de nuestras experiencias es que cuando uno invierte en soluciones sostenibles, la rentabilidad se mide no solamente en términos de medio ambiente. Por ejemplo, la construcción de una infraestructura para bicicletas incita a más personas a ir en bicicleta al trabajo, lo que, a su vez, conlleva mejor salud y costes sanitarios más bajos, así como una bajada de las emisiones de CO2 y menos contaminación del aire.

Copenhague como ciudad inteligente

Uno de nuestros proyectos más interesantes es la construcción de un nuevo barrio en Nordhavn, el área de desarrollo urbanístico más grande del norte de Europa. Con un suministro energético sostenible, edificios ecoeficientes, y algunas de las mejores condiciones para el transporte en bicicleta en el mundo, Nordhavn será el distrito sostenible por excelencia de nuestra ciudad y un escaparate de la más avanzada tecnología para ciudades inteligentes.

De hecho, para asegurar un resultado exitoso en el barrio de Nordhavn y de otros proyectos innovadores, inteligentes y sostenibles, será imprescindible crear una infraestructura digital para recoger, compartir y aprovechar la mayor parte de los datos ya existentes en la ciudad.

La buena noticia es que se sacará un buen rendimiento de estas inversiones. No solamente en cuanto a mejores condiciones climáticas y de medio ambiente, así como mejoras en la salud y la calidad de vida de los copenhaguenses, sino también en términos de dinero contante y sonante.

Se estima que más de la mitad de las inversiones destinadas a mejorar la eficiencia energética en colegios, centros culturales, casas y oficinas se devolverán mediante el ahorro en el funcionamiento, por ejemplo en el gasto energético, para 2025.

Una transición comercialmente inteligente

En tiempos de crisis económica, tenemos que encontrar maneras de impulsar el crecimiento y la innovación y crear puestos de trabajo. La OCDE ha identificado a Copenhague como un líder global en el estímulo del crecimiento y la creación de trabajo en el sector de las tecnologías limpias. En el área metropolitana de Copenhague, las empresas vivieron un crecimiento del 55% en la exportación de productos y servicios verdes entre el 2004 y el 2009, y casi un tercio de las empresas del sector de las tecnologías limpias vieron como sus exportaciones crecieron en el 2010 y el 2011.

Ciudades en todo el mundo pueden y deben aprender las unas de las otras. No es necesario reinventar la rueda en cada ciudad, buscando soluciones a los mismos problemas una y otra vez.

De la misma manera que Copenhague se ha beneficiado de las iniciativas de otras ciudades, nuestra ambición ahora es que las soluciones que estamos desarrollando y probando en Copenhague, beneficien a muchas otras ciudades que están buscando soluciones para mejorar el medio ambiente, al mismo tiempo impulsando el crecimiento económico y creando puestos de trabajo.

En el análisis final, la transición hacia una economía verde sólo se cumplirá si es económicamente sostenible. Convertirse en verde tiene que ser rentable. Eso es una idea fundamental detrás del ambicioso proyecto de Copenhague. Pero también a nivel global creemos que la transición industrial tiene potencial para crear nuevos motores de crecimiento económico sostenible.

Tenemos una responsabilidad compartida para asegurar que esto ocurra, y como Capital Verde Europea 2014, Copenhague está dispuesta a colaborar para encontrar el camino.