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Arzobispado Dominicano reitera crítica por la corrupción

Arzobispado Dominicano reitera crítica por la corrupción

Por Diario Hispaniola
jueves 10 de diciembre de 2015, 15:37h
En la reunión ordinaria bimestral de septiembre de 2015, nosotros los Obispos que conformamos la Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) decidimos, con motivo del día Internacional contra la corrupción, recordar a la nación dominicana algunos pronunciamientos sustraídos de los diferentes documentos de nuestro magisterio.

El Arzobispado Dominicano recordó a la nación su postura en contra de la corrupción y que se evidencia en el sector público y privado del país, con varios fragmentos extraídos de diferentes documentos emitidos en los años 1975,1995, 2015 y por último hace mención a un mensaje del papa Francisco, en una “nota sobre la corrupción”, publicada al dia de hoy por la Conferencia del Episcopado Dominicano.

Mensaje del Papa Francisco

La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido a su conducta de vida…

La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga. Corruptio optimi pessima, decía con razón san Gregorio Magno, para indicar que ninguno puede sentirse inmune de esta tentación. Para erradicarla de la vida personal y social son necesarias prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia. Si no se la combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia.

¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón. Ante el mal cometido, incluso crímenes graves, es el momento de escuchar el llanto de todas las personas inocentes depredadas de los bienes, la dignidad, los afectos, la vida misma. Permanecer en el camino del mal es sólo fuente de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es algo bien distinto. Dios no se cansa de tender la mano. Está dispuesto a escuchar, y también yo lo estoy, al igual que mis hermanos obispos y sacerdotes. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia”.

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