viernes 13 de diciembre de 2013, 21:26h
Obama y Raúl Castro
El cese del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, exigido por vigésimo
segundo año consecutivo en la Asamblea General de la Organización de las
Naciones Unidas y aprobado de forma abrumadora por 188 votos a favor, dos en
contra (EEUU e Israel) y tres abstenciones (Islas Marshall, Palau y
Micronesia), reafirma la libertad de comercio y navegación ante un bloqueo
anacrónico instaurado por Kennedy en 1.962.
Sin embargo, dicho bloqueo seguirá en vigor al ser la votación no
vinculante y habría supuesto para la Isla unas pérdidas directas e
indirectas estimadas en 110.000 millones $ según el Programa de Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) y más de un Billón $ según el Gobierno
cubano.
Así, según Prensa Latina, entre mayo de 2012 y abril de 2013, las pérdidas
causadas por el bloqueo a la salud pública cubana serían de 39 millones $
debido a la imperiosa necesidad de adquirir medicamentos e instrumental
en mercados lejanos, aunque en la agenda Obama estaría apuntado como
"perentorio", el finiquito de un embargo que dura ya 52 años y que corre el
riesgo de convertirse en endémico, con las perniciosos efectos colaterales que
ello podría conllevar.
¿Distensión EEUU-Cuba?
La decisión de liberar a todos los 75 opositores y periodistas
independientes arrestados en 2003 en lo que se conoció como la "Primavera Negra
"anunciada a comienzos de julio del 2010 fue considerado el inicio de la
distensión en las azarosas relaciones EEUU-Cuba. Por su parte, Barack Obama
ordenó en enero del 2011 que se restituyeran las políticas de la administración
Clinton sobre Cuba que había derogado George W. Bush en el 2003, reduciendo las
restricciones de viajes y envíos de dinero desde Estado Unidos a Cuba , aunque
insistiendo en la necesidad de que Gross sea liberado para que se hagan nuevas
concesiones, no siendo descartable su trueque por los Cinco.
Recordar que René González ( que cumplió 13 años de cárcel en Estados
Unidos por infiltrarse presuntamente en una organización de exiliados en
Florida), fue acusado de formar parte de la Red Avispa, que involucraba a más
de 40 agentes de inteligencia cubanos y colaboradores en el sur del estado de Florida,
detenido en 1998 y condenado por espionaje en Miami en 2001 junto con Gerardo
Hernández, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Fernando González.
Por su parte, Alan Gross trabajaba como contratista con la Agencia
de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)
en un programa pro-democracia y fue detenido en el 2009 por "distribuir en
forma ilegal equipamiento de internet".
Cuando se cumplen cuatro años del arresto del presunto espía
judío-estadounidense Alan Gross, condenado en el 2011 a 15 años de cárcel por
cometer "acciones contra la integridad territorial del Estado",
asistiríamos a una ofensiva diplomática en todos los frentes para
conseguir su liberación dentro de una operación diplomática de mayor calado que
incluiría el trueque de Gross por los Cinco presuntos espías cubanos
encarcelados en EEUU como gesto de buena voluntad y requisito ineludible
para finiquitar el anacronismo del bloqueo de EEUU contra la Isla iniciado en
1.962 e instaurar las bases de una nueva época en las relaciones bilaterales
EEUU-Cuba.
La ofensiva se habría iniciado tras la misiva personal enviada por
Gross al Presidente Obama con motivo del cuarto aniversario de su arresto en
Cuba, en la que expresa su decepción al afirmar que " el mismo Gobierno
al que yo servía cuando comenzó esta pesadilla, me ha abandonado, por lo que
le pido que tome acciones para asegurar mi liberación, por mi bien y por
el de mi familia", seguida de otra carta que la familia de Gross habría entregado
en la Casa Blanca en este mismo sentido.
Ambas misivas se producen un mes después de que un grupo
bipartidista de 66 senadores, liderados por el demócrata Patrick Leahy,
urgieran en otra misiva a Obama a "actuar de forma expedita para tomar las
medidas que estén en el interés nacional para obtener la liberación de Gross",
condenado en Cuba en el 2009 por " entregar sofisticados equipos de
comunicación a los judíos cubanos".
Recordar que desde 2009, el Gobierno de Obama ha pedido a Cuba en
público y privado la liberación de Gross, y el asunto se ha convertido en el
principal obstáculo para el avance de la política de apertura a la isla que el
presidente estadounidense inició a su llegada al poder.
Así, según elnuevoherald,com, el secretario de EEUU , John Kerry afirmó
que "en el caso del Sr. Gross hemos tenido varias iniciativas y contactos
durante los últimos años y estamos actualmente comprometidos en algunas
discusiones sobre eso, que no estoy en la libertad de entrar en ningún
detalle".
Tras estos preliminares, subyacerían las conversaciones secretas entre
el cubano-judío y Profesor de la Universidad de Denver, Arturo López-Levy y las
autoridad cubanas para negociar el trueque de Gross por los Cinco, lo cual
representaría eliminar un significativo escollo en el largo camino para
restablecer la normalidad en las relaciones entre EE. UU. y Cuba (Arturo López
-Levy ha realizado un curso de postgrado de verano del Instituto Carter en
Atlanta, Georgia y tendría acceso directo a Raúl Castro al estar su primo
( hijo de un general de las FAR) casado con una hija del mandatario cubano .
¿Finiquito del bloqueo?
Las medidas cosméticas tomadas por la Administración Obama siguiendo la
estela de la Administración Clinton (relajación de las comunicaciones y el
aumento del envío de remesas a la isla así como el inicio de una ronda de
conversaciones sobre temas de inmigración), dejan intacto al bloqueo y no
cambian sustancialmente la política de Washington, aunque reflejan el consenso
de amplios sectores del pueblo norteamericano a favor de un cambio de política
hacia la Isla auspiciado por la decisión del régimen cubano de terminar con el
paternalismo estatal y permitir la libre iniciativa y el trabajo por cuenta
propia.
Sin embargo, la renovación automática por parte de EEUU por un año más
del embargo comercial a la isla y la implementación de medidas regresivas
impulsadas por el lobby anticastrista de Miami (negativa de los bancos
estadounidenses a permitir las realización de sus operaciones bancarias a la
Oficina de Intereses de Cuba y tratar de impedir la libre difusión de noticias
por la agencia Prensa Latina), atentarían contra el vigente sistema financiero
y político internacional y podrían
suponer para Cuba pérdidas estimadas en cerca de 50.000 millones de $, abocando
al régimen de Raúl Castro a la asfixia económica por lo que la Administración
Obama habría empezado a moverse entre bambalinas para lograr instaurar las bases
de una nueva doctrina "inter pares" en las relaciones bilaterales EEUU-Cuba
escenificada en el simbólico apretón de manos entre Obama y Raúl Castro.