Fernando Ureña Rib: Arte y crisis
viernes 13 de diciembre de 2013, 21:42h
Se nos ha pintado la Crisis como algo extraño y desconocido, un
espectro que aparece súbitamente e irrumpe en nuestras vidas,
obligándonos a penosos sacrificios. Nos inducen a creer que hay fuerzas
malignas e implacables que la impulsan y la manipulan desde recintos secretos.
Miramos aterrorizados como esa Crisis crece, nos hunde, nos aplasta
y alcanza un tamaño monstruoso que no logramos definir ni entender,
por mucho que se hable de ella. Pasa el tiempo y ella sigue ahí,
envuelta en un humo gris, nebuloso y denso.
Y tienen razón. La Crisis es inexplicable.
Nunca antes había sido mayor el número de consumidores (7 mil millones)
tampoco hubo tanta mano de obra capacitada y disponible; la ciencia, la
industria y la tecnología nunca antes fueron tan eficaces; los bancos
nunca dispusieron de tantos bienes y recursos como ahora. ¿No deberíamos
estar todos bailando la danza delos millones? ¿A dónde escapó el dinero
de la clase media y de la clase obrera? Los números no cuadran, ¿verdad?
En una foto reciente aparecían dos personajes
admirables: Bill Gates y Carlos Slim. La suma de sus recursos es de apenas
138,000 millones de dólares. Junto a ellos hay un puñado de
multimillonarios más pobres que luchan afanosamente por quitarles el cetro a
los dos hombres más ricos del mundo. Las enormes fortunas están en unas
cuantas manos revestidas de opulencia.
Los brazos de la
enorme mayoría se extienden famélicas al vacío suplicando migajas. ¿No
les recuerda esto aquella parábola de Jesús sobre Lázaro y el hombre
rico?
Lo cierto es que la Crisis es antigua, endémica
y progresiva. Ahora solo se ha acentuado. .La previó Thomas Mann,
pero ya estaba en Cervantes, en Shakespeare, en Moliere, en Víctor Hugo, en
Balzac. Está en Neruda, está por todas partes. Estuvo en el
Agamenón de Esquilo, en la Ilíada de Homero. Estuvo antes, en el
Génesis de Moisés y sigue hasta el Apocalipsis de Juan.
La historia universal es un cruento e incesante
campo de batalla. Esa Crisis la satirizan Goya y Daumier, cada quien a su
modo. Guayasamín, Syzslo, Picasso y Kingman no hacen más que retratarla.
La historia del arte, es la de la Crisis de la existencia humana. Y
la raíz y esencia de esta y todas las Crisis no es de orden financiero o económico.
Es muy simple: La Crisis es moral.
Fernando Ureña Rib.