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Entonces, yo soy la revolución... y no usted

Por Alfonso M. Becker
viernes 17 de julio de 2015, 15:05h
"... El sistema se apresura a apagar las luces para que todos estos gatos resulten pardos." José Ortega y Gasset.
Dicen que los ciudadanos tienen los gobiernos que se merecen... Recordando al gran filósofo español en su mundialmente famoso libro La rebelión de las masas, parece que el pensador madrileño estuviese en primera fila asistiendo al deprimente espectáculo de la crisis griega protagonizada por unos actores de segunda fila como Alexis Tsipras y Yanis Varufakis, desenmascarados como minoría selecta profundamente preocupados por el prójimo, y un colosal reparto de extras en el que los ciudadanos de Grecia son -más claramente que nunca- ese fenómeno social que es la participación del hombre-masa en el gran teatro de la política. El escenario es Grecia pero podría ser la España de "Podemos" o la Venezuela de Nicolás Maduro, sociedades europeas o sudamericanas de colores y tonos homogéneos flotando sobre las aguas mediterráneas o caribeñas de la abundancia económica, el desarrollo de las tecnologías de la información y los sacrosantos catecismos de una apuesta por la igualdad social... Ya nos veían y decían los políticos y hasta los ciudadanos estadounidenses en el siglo XX, que tanto los españoles como los mexicanos eran gente que vivía por encima de sus posibilidades durmiendo la siesta durante las 24 horas del día... pero en el siglo XXI era ya el colmo: sostenían que la cultura mediterránea y la caribeña eran una auténtica máquina social generadora de vagos y maleantes que vivían por encima de sus posibilidades. La verdad es que llevamos con orgullo ese desprecio... Pero nunca, nadie, hablaba de corrupción política.

Esa griega minoría selecta -por su elitismo universitario- ante una masa carente de formación política y educación en valores, son los Tsipras, Varufakis, Samarás, Kamenos, Evánguelos Venizelos, Yorgos Papandréu, Kostas Karamanlís, Dora Bakoyannis, Mitsotakis... Toda esta clerigalla de parásitos ilustrados son la historia moderna de una Grecia saqueada y esquilmada por esa minoría "selecta" que Ortega y Gasset describía como élite a la que se exige más que a los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores... pues ya ven ustedes: su características como actores políticos no han sido otras que entrar a saco en los Gobiernos robando todo cuanto se halla en la nación y apoderándose de todo o la mayor parte de aquello que hay o se guarda en las arcas públicas... José Ortega y Gasset hubiera dicho hoy que Grecia es ella y su circunstancia pero si la Unión Europea no hubiera salvado a Grecia, ni Alexix Tsipras, ni Yanis Varufakis ni nadie en este mundo, lo hubiera podido hacer, porque un país en bancarrota solo es un cadáver expuesto a los buitres... y los populistas de la divina izquierda griega, son los que le han dado la "puntilla" con la macabra demagogia de los sepultureros.

True lies to eager viewers...

"Mentiras verdaderas" para espectadores griegos ansiosos y hambrientos... Veamos en qué consiste la representación teatral de la Coalición de Izquierda Radical (SYRIZA). Cuando estos sujetos del populismo heleno (no se les puede llamar actores porque son horribles interpretando) llegan al poder, se enfrentan a la troika de forma vulgar y soez, imbuidos -seguramente- por los relatos revolucionarios residuales de la generación de sus padres y los últimos vestigios de la gauche divine griega, es decir, los niños de papá en las universidades... En su deslumbrante papel de nuevos revolucionarios, vociferan -como si estuviesen en un mitin de barrio- contra la triada financiera formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional.

Para que los lectores se hagan una idea general, en lo que respecta a los rescates financieros de los países de la Unión, la troika impone la política financiera de dichos países, precisamente porque sabe que estos países han sido esquilmados y robados hasta la saciedad por esa clerigalla de políticos con los que está negociando... Es algo así como: "Si te voy a prestar 100.000 millones de mi dinero para reconstruir a la nación, quiero estar seguro de lo que haces con mi dinero (no sea que me lo robe también por su bella cara) me tomo la licencia de supervisar continuamente todas las operaciones y naturalmente está obligado a la aplicación sistemática de todos los programas de consolidación fiscal que aplican todos los miembros de la Unión... Y a cambio de hacer bien los deberes para que yo me quede tranquilo y sepa que me puedes devolver mi dinero, recibirás financiación."... Pero la respuesta de los populistas no puede ser otra que la de un revolucionario de salón que quiere cambiar el mundo con sus aberrantes teorías juveniles: si el país obedece a la troika se encontrará intervenido y pierde gran parte de su independencia política... Y como buen revolucionario mundial, se niega... porque Grecia es la cuna de la democracia, del yogur y del sirtaki...

Cómo pararle los pies a un aficionado a la economía...

Pero a Yanis Varufakis le faltó decir que también era la cuna de la Filosofía y dado que no tiene ni puñetera idea sobre el conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad de Grecia y de la Unión Europea, es entonces cuando los de la troika le leen la cartilla a los niños de papá que van de Che Guevara por la vida con sus coches Mercedes, sus motos de alta cilindrada, sus apartamentos millonarios en la Acrópolis y sus mansiones en la costa... Lo primero que le dicen al premier Alexis Tsipras es que se deshaga inmediatamente de su Ministro de Economía porque es imposible negociar con un demagogo de taberna ateniense y de pub australiano, que además no se detiene a la hora de regalar insultos a los dirigentes europeos y a la troika chupando cámara mediática con poses ridículas de héroe contra el mundo capitalista... y ante el estupor de Tsipras que, en principio, consideraba aquello una intolerable intromisión en los asuntos de un país, dijo que Varufakis había escrito muchos libros de economía, que estaba muy preparado y que defendía una opción política legítima... Pero la troika le aclara ...

Las cabezas de la troika son Christine Lagarde, presidenta del FMI; Mario Draghi, presidente del BCE, y Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. De los dos primeros no se puede decir nada porque las paredes oyen y si Lagarde te manda a la mierda o Mario Draghi te devuelve un insulto, será en absoluto secreto y con todas las garantías de privacidad, pero os puedo asegurar que lo mejor es salir corriendo y no volver nunca por Bruselas... El rumor que corre es que a Yanis Varufakis no lo soportaba nadie porque era como entablar un diálogo con un minotauro de mármol aficionado a las cámaras y a la especulación literaria pero en la ciencia económica... Con respecto a los libros escritos, le dijeron a Tsipras que si a él le gustaban podría emplearlos para sacar a Grecia del barro en el que se encontraba hundida... pero tendría que hacerlo rápido porque su país está paralizado por la ruina y los ciudadanos suelen morirse de hambre o instalarse en la barbarie antes que esperar nada de su Gobierno "revolucionario"...

Que Grecia es ahora un país en manos de manipuladores populistas de una supuesta izquierda absurda e incoherente, es algo que contemplaron sorprendidos en Bruselas. Pero el más abatido de todos ante semejante pandilla de aficionados a la política fue Jean-Claude Juncker, el Presidente de la Comisión Europea, que junto a Martin Schulz, Donald Tusk y Jeroen Dijsselbloem, se entrevistaron con Angela Merkel antes de proponerle a Tsipras "defenestrar" al ministro Varufakis si no quería que fuera toda Grecia la que saliera por la ventana de la Historia... Le hablaron seriamente a Alexis Tsipras de que dejara inmediatamente su papel de revolucionario de salón como premier, como el salvador de las masas oprimidas y que cesara al que hace de economista de la miseria apoltronado en su Ministerio economizando la nada... Porque en Grecia no hay otra cosa que hacer que pagar las deudas y reconstruir su economía.

Los Martin Schulz, Donald Tusk y Jeroen Dijsselbloem le dejaron bien claro a don Alexis que las víctimas no son los deudores como en el cuento chino de Varufakis sino los acreedores que han prestado su dinero y lo tienen que recuperar. En un atraco a un banco, los ladrones son los delincuentes y no los banqueros... Y también le recordaron al premier heleno que él podría conseguir la simpatía no solo de los ciudadanos griegos si de todos aquellos que enemigos de Europa que quieren y desean con ansiedad el colapso del euro y la destrucción de la Unión Europea. Podría conseguirlo si él está seguro de que el populismo es un arma efectiva para sostenerse en el poder... La Unión Europea no se mete en eso... Pero debería tener en cuenta que, tarde o temprano, la demagogia choca con la realidad política.

La verdadera tragedia griega, queridos lectores, no es la muerte de Sócrates a manos de la primera democracia de la Historia que fue capaz de matar al mensajero invitándolo al suicidio. El problema al que se enfrenta Grecia es que don Alexis ha carecido de un consejero keynesiano que le aclarara que en Europa no valen las críticas a la hegemonía alemana y al sector financiero global. Eso es en Sudamérica...

Si quieren para Grecia una representación revolucionaria, la condición necesaria no es el populismo. No es suficiente. ¡Por Dios! ¡Esto no es Venezuela! Es la Unión Europea. Si quieren ir de liderazgo alternativo a la clase política existente en Europa, pueden hacerlo... pero con su dinero. Nuestro país es la Unión Europea y los europeos nos negamos a pagar el despilfarro de Grecia y a sus ladrones. Es importante que los ciudadanos griegos sepan donde apuntar para no errar el tiro...

Porque Donald Tusk, brillante donde los haya, le ha advertido a Tsipras que si ha entendido algo, debería saber que la víctima no es el que debe dinero sino el que los presta y no se lo quieren devolver, pero sobre todo -en tono de sorna- debería comprender que entonces yo soy la revolución y no usted...

Alexis Tsipras tardó un segundo en mandar un mensaje por teléfono a Atenas: "pidan el rescate".

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