El regreso de la reelección consecutiva a la Constitución dominicana, aprobada hoy tras poco más de un mes de debates, constituye un triunfo político para el presidente del país, Danilo Medina, quien ha acrecentado con ello su reputación de habilidoso estratega.
Santo Domingo, (EFE).- Aunque paradójicamente no se ha referido en público a esa reforma, de la que resultaría en lo inmediato el principal beneficiario, Medina sí parece tener en el bolsillo su boleto para volver a presentarse como aspirante a la Presidencia por el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD), lo que hasta hoy le estaba constitucionalmente impedido.
Menos de dos meses después de que el comité político del PLD votó por mayoría, a que se explorara la posibilidad de modificar la Carta Magna para que el gobernante tuviera la oportunidad de ser elegido para un nuevo cuatrienio, el proceso concluye con el viento a su favor, no sin antes vadear una seria crisis a lo interno del oficialismo, que se saldó con un acuerdo "salomónico".
En efecto, Medina y su compañero de partido, el expresidente Leonel Fernández, quien se oponía de manera firme a las aspiraciones de su sucesor, zanjaron sus diferencias con un pacto que entre sus 15 puntos contempla el apoyo del exgobernante a la reelección, a cambio de que los legisladores que le respaldan vuelvan a ser postulados a sus mismos escaños, y a una más equilibrada correlación de fuerzas a lo interno del PLD, donde el jefe de Estado ha desplazado a Fernández como el líder de mayor influencia.
Este acuerdo supuso el fin de lo que amenazaba con escindir al oficialismo, a juzgar por las posiciones cada vez más radicales que asumían, principalmente, los seguidores de Fernández en el sentido de impedir, con su voto en contra en el Congreso Nacional (bicameral), que la reelección pasara la prueba.
Superado ese primer trance, Medina se apuntaba una victoria por "puntos", pero aún tenía por delante el desafío de reunir en el Parlamento los votos necesarios para modificar el artículo 124 de la Constitución que ahora permite al presidente de turno optar por un segundo período consecutivo, para jamás presentarse a ese cargo, ni a la Vicepresidencia de la República.
Y, cuando parecía que la reforma perdería impulso ante el rechazo intransigente de los opositores Partido Revolucionario Moderno (PRM) y Partido Revolucionario Dominicano (PRD), los congresistas de esta última formación dieron marcha atrás y votaron "sí" a la reintroducción de la reelección consecutiva en la Carta Sustantiva de la nación caribeña.
De esta manera, con un "nocaut", la reelección levantó sus brazos a la espera de su último y gran "combate": las elecciones generales de mayo próximo, donde Medina pondrá a prueba los elevados índices de popularidad que le confían todas las encuestas, y que fue la razón principal esgrimida por sus parciales para impulsar la modificación constitucional.
Pero no todo ha sido un lecho de rosas para los reeleccionistas, pues a la sutura de la herida interna, ha seguido un aluvión de señalamientos y acusaciones por parte del ahora más importante líder opositor del país, el candidato presidencial del PRM, Luis Abinader, así como de otras agrupaciones minoritarias y sectores de la sociedad civil, que abiertamente han referido la supuesta corrupción imperante en todo el proceso.
Afirman esos sectores, que la hasta hace poco insospechada alianza entre el PLD y el PRD, -que de acuerdo a líderes de esta agrupación incluiría su participación en un eventual nuevo Gobierno de Medina-, no es más que el fruto del alegado uso abusivo de los recursos del Estado para la "compra de conciencias".
La reciente aprobación en primera lectura de la reelección por parte de la Asamblea Nacional Revisora, fue aprovechada por congresistas para denunciar que funcionarios del Gobierno supuestamente ofrecieron sumas millonarias para torcer voluntades, y uno de ellos llegó a decir que le intentaron sobornar con 15 millones de pesos (unos 333.000 dólares).
Hace dos días una comisión de diputados del PRM depositó ante la Procuraduría General de la República una instancia solicitando que se investiguen las denuncias de los supuestos sobornos, y de que están dispuestos a ofrecer nombres de quiénes presuntamente les intentaron "comprar" sus votos.
Los dominicanos esperan ahora por la posición que pronto emitirá, él mismo lo anunció hace poco, el protagonista de este bamboleo en la política local: el presidente Danilo Medina, un político sagaz, quien ha enarbolado su popular Gobierno para lograr su propósito "sin disparar un tiro". Por Ramón Santos Lantigua/ EFE