Aseguró el presidente de Estados Unidos que "lo sabio
es reconocer que estas tragedias no son inevitables".
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El presidente de EE.UU., Barack Obama, durante un discurso en memoria de las víctimas del tiroteo del pasado lunes en una sede de la Marina en Washington. |
El presidente de Estados Unidos lamenta "el trasfondo de una epidemia de violencia en nuestras calles"
Por EFE
martes 24 de septiembre de 2013, 17:24h
El
presidente estadounidense, Barack Obama, lamentó este domingo la
"epidemia" de violencia armada que sacude a un país
"resignado" a unas cifras de muertes y tragedias que son las mayores
de un país avanzado. Obama dijo que el país ya acepta con "insidiosa
resignación" que matanzas como la de Washington son "la nueva
norma". Recordó que "no hay nación
avanzada en el mundo que se enfrente a la violencia armada a la que se enfrenta
Estados Unidos", donde el índice de muertes por arma de fuego es diez
veces superior a cualquier otro país desarrollado.
En
la ceremonia en memoria de los 12 fallecidos el pasado lunes en un tiroteo en
un centro administrativo de la Marina en Washington dijo que "vamos a
tener que cambiar" para evitar que tragedias como ésta, que se han
convertido "en rutina", dejen de ocurrir.
"No podemos aceptar
esto...no hay nada normal en que mujeres y hombres inocentes mueran a tiros en
su lugar de trabajo, que mueran a tiros niños en los colegios o en las calles
por las balas perdidas", afirmó el presidente frente a los familiares de
las víctimas del tiroteo del complejo del Navy Yard, donde trabajan unas 3.000
personas, civiles y militares.
La matanza de Washington fue obra de Aaron
Alexis, un ex soldado y contratista de Defensa, que tenía problemas mentales y
que la emprendió a tiros contra los trabajadores de este complejo a las afueras
de la ciudad antes de caer abatido por los disparos de la policía.
El
presidente culpó directamente a la inacción de los políticos por las frecuentes
matanzas o la violencia que a diario enfrentan ciudades como Chicago y aseguró
que "lo sabio es reconocer que estas tragedias no son inevitables". Como
ejemplo citó los cambios que se produjeron en Reino Unido o Australia tras
matanzas con gran número de víctimas y donde solo hizo falta una de estas
tragedias para impulsar cambios para que estos crímenes ahora sean "raros",
mientras que "aquí sigue sin cambiar nada".
El presidente recordó
otras matanzas provocadas por personas armadas y con problemas mentales como
las de la base militar de Fort Hood (Texas, 2009, 13 muertos), la de Tucson
(Arizona, 2011, 6 muertes), la de un cine de Aurora (Colorado, 2012, 12
muertos) o la muerte de una veintena de niños de primaria el pasado diciembre
en Newtown (Connecticut). "Estas matanzas ocurren con el trasfondo de una
epidemia de violencia en nuestras calles", lamentó, después de que solo
este fin de semana fueran tiroteadas en diferentes trifulcas más de una decena
de personas en Chicago, pocos días después de otro incidente con más de 20
heridos por arma de fuego, entre ellos un niño de 3 años.
"A estas alturas
debería estar claro que el cambio no vendrá de los políticos en Washington,
incluso después de que la tragedia golpeara la ciudad. El cambio vendrá del
pueblo estadounidense", opinó el mandatario.
Desde el trágico tiroteo de
Newtown (noreste) a manos de un joven de 20 años con problemas mentales y un
arsenal en armas, la Casa Blanca ha intentado reforzar los controles
psicológicos y penales para acceder a un arma y limitar la potencia de fuego de
las mismas. Obama se encontró que la poderosa influencia de la Asociación
Nacional del Rifle (NRA) y su buena mano entre republicanos y algunos
legisladores demócratas, que dejaron en papel mojado los cambios ante la
insistencia de que se debe vulnerar la Segunda Enmienda de la Constitución que
consagra el derecho a portar armas.
El presidente de la NRA, Wayne LaPierre,
dijo ayer en una entrevista televisiva que la matanza de Navy Yard ocurrió
porque el complejo "estaba totalmente desprotegido" y, como pasó tras
Newtown, rechazó la necesidad de cambiar las leyes y recomendó que se permita
cargar armas dentro de instalaciones militares, aunque como en este caso haya
cientos de civiles y no estén en rol o zona de combate.
Obama por su cuenta
dijo que habrá cambios para equilibrar la Segunda Enmienda con la necesidad de
que "la violencia de las armas no desate el caos de forma regular".