República Dominicana se destaca como el motor económico de Centroamérica y el Caribe, aportando el 25% del PIB regional. A pesar de su crecimiento impulsado por sectores como turismo y remesas, enfrenta desafíos como la informalidad laboral y el estancamiento del PIB per cápita, afectando el bienestar individual.
Santo Domingo.- Con una participación de aproximadamente el 25 % en el Producto Interno Bruto regional, República Dominicana se consolida como el motor económico de Centroamérica y el Caribe. Sin embargo, su liderazgo económico convive con retos persistentes como la informalidad laboral, el bajo desempeño en innovación y la alta exposición climática.
En 2024, República Dominicana lideró el crecimiento económico en esta parte del mundo, representando una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) conjunto de Centroamérica y el Caribe, que alcanzó los 498 mil millones de dólares, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
Este posicionamiento obedece al dinamismo de sectores clave como el turismo, las zonas francas, la construcción y los servicios financieros. Además, el flujo constante de remesas familiares, que en conjunto con los países centroamericanos sumó más de 56,800 millones de dólares, ha contribuido a mantener el consumo interno y reducir la pobreza en los hogares más vulnerables.
Sin embargo, la CEPAL advierte una tendencia preocupante: el estancamiento del PIB per cápita, señal de que el crecimiento total no se traduce automáticamente en mejoras proporcionales del bienestar individual, especialmente en contextos de alta informalidad y desigualdad.
Pese al liderazgo económico, la informalidad laboral sigue siendo una barrera estructural para el desarrollo inclusivo en República Dominicana.
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