Bill Clinton venció a George Busch en 1992 con una frase que hizo famosa: “es la economía, estúpido” para significar que por más éxitos que tuviera en otros campos de la administración, la economía se convertiría en su tendón de Aquiles.
La frase se popularizó y la estructura de la misma ha quedado para destacarla en otros aspectos, como en las calamidades que acabamos de sufrir por el fenómeno meteorológico # 22.
Las opiniones vertidas para explicarlas y corregirlas y las acciones gubernamentales anunciadas hacen parodiable al caso puesto que ignoran o irrespetan la conformación y comportamiento de la naturaleza. La contaminación del mar observado se origina en suelos arrastrados por las lluvias que, por vía de cañadas, arroyos y ríos, le son depositadas.
Y por la vergonzosa basura no degradable, especialmente plásticas, no recogida ni adecuadamente tratada, que por esa misma vía llegan al mar. La erosión que “ensucia” ríos se origina en la desforestación y pastoreo en nuestras lomas y su contaminación, por lavado de agroquímicos por las lluvias que llegan a ríos por cañadas y arroyos
La alteración de geomorfológica urbana pavimentando cañadas y levantando edificaciones por donde corrían cañadas y arroyos, hacen que las aguas trasieguen su curso, pierdan sus escorrentías naturales y se desborden hasta presionar infraestructuras levantadas (metros, túneles, elevados, puentes, edificaciones, etc.) Busch encabezaba las encuestas por el triunfalismo provocado por la guerra del golfo y haber derrocado a Sadam Hussein, pero Clinton lo superó con la frase que parodiamos.
Solo considerando la conformación y comportamiento de la naturaleza, su incidencia en los focos riesgosos de colapsar podremos evitar calamidades como las sufridas: reforestando las cuencas hidrográficas, respetando la geomorfología en los procesos de urbanización, cuidando cauces y embalses de presas, recogiendo y disponiendo adecuadamente la basura, etc.
Complementariamente tendríamos que dejar de ser el pueblo “de dura cerviz” (éxodo 32.9) como Jehová calificó a hebreos, dejando de actuar como si no nada ha pasado hiciera con relación a fenómenos atmosféricos, epidemias, deterioro medioambiental, degradación política, presiones migratorios y guerras. Volvimos a ponerle piloto al fenómeno atmosférico, ignorando e irrespetando el comportamiento de la naturaleza como sucedió con huracán David (1979) pronosticando taxativamente que pasaría S-N alrededor de frontera y enviándolo hacia Haití, Cuba y Jamaica.
Pero el fenómeno atmosférico se rebeló. Modificó su trayectoria O-E rozando nuestro sur costero. La furia climatológica azotó infraestructura y edificaciones carentes de consideración del entorno. Y de mantenimiento debido a que nuestro funcionariado prioriza atender nuevas obras para satisfacer presiones políticas y sociales; relegando mantenimientos.
¡No cometamos la estupidez de seguir diagnosticando y solucionando las calamidades sufridas ignorando e irrespetando la naturaleza!
Si (
No(
