Santo Domingo.- Un incremento de la actividad desde el 22 al 26 de marzo que se debe, principalmente, a la llegada de un elevado número de aviones privados que se suman a los vuelos comerciales regulares, ya que, además de las delegaciones de los diferentes Estados y representantes de organizaciones internacionales, unos 1.500 empresarios participarán en un encuentro previo a la cumbre los días 23 y 24.
Según explicó el director general del IDAC, Héctor Porcella, esta inusual actividad aérea supondrá un refuerzo del 50 % de las plantillas de controladores aéreos en las torres de los principales aeropuertos que recibirán a los asistentes: Punta Cana y La Romana, en el este, y los aeropuertos de Las Américas y El Higuero, en la capital.
Así, si en una jornada normal hay 20 controladores aéreos distribuidos en tres turnos de trabajo en cada torre, en esos días serán 30, a los que hay que sumar el refuerzo del personal en tierra, tanto de servicios como de seguridad, para recibir a los participantes en las diversas reuniones.
«No es la primera vez que tenemos cumbres de esta magnitud», el país ya tiene experiencia en albergar eventos multitudinarios y lo que implican en cuanto a «las medidas de seguridad que se deben tomar, no solo en el espectro aéreo, sino en recibir» en tierra a las distintas personalidades y trasladarlas a sus respectivos alojamientos.
El IDAC está coordinado con la Cancillería dominicana en lo relativo a los itinerarios de vuelo de las diferentes delegaciones, un asunto que es «de seguridad nacional» y en el que se trabaja de la mano con el Cuerpo Especializado en Seguridad Aeroportuaria y de la Aviación Civil (CESAC) y con el Departamento Aeroportuario.
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