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Vitico Erarte.
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Vitico Erarte. (Foto: Fuente Externa)

Que tengas buen viaje hacia la luz. A Víctor Erarte In memorian

Que tengas buen viaje hacia la luz. A Víctor Erarte In memorian
El Gran Victor Erarte.
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El Gran Victor Erarte. (Foto: Fuente Externa)

El 30 de octubre, nunca volverá a ser igual, porque aún yo, como muchos más, estamos muy sorprendidos, por esa fatal jugada del destino, ante la inesperada y súbita partida del Gran Victor Erarte, confieso que escribiendo estas líneas, me siento culpable, porque sé bien, cuánto le hubiese gustado poder leerlas en vida y disfrutarlas, como cuando escribía sus discursos para su Gran Gala de Carnaval, como cuando le redacté la creación de su compañía Imperio de Las Fiestas.

Porque así era Vitico Erarte, como una especie de: Emperador de la Alegría y que triste, que alguien, sin pedirnos permiso, decidió llevárselo esa funesta tarde de domingo, al igual que cuando Melina Mercuri, la mítica diva del cine griego, en su personaje de "Nunca en Domingo", cuando de trabajo se trataba, si era en febrero, estaba prohibido hacer otra cosa, que no fuese disfrazarse, cambiarse del personaje de turno y salir a las calles, danzando con la vida, contra la lluvia muchas veces, a costa de su salud, pues en los últimos años la diabetes galopaba en su interior, pero como a todos sus Karmas, los vencía y su danza parecería un vuelo imaginario, disfrazado de ilusiones y vestido con creaciones soñadas, tal como aquellos sueños, esos que habitaban en la grandiosidad de sus visiones creativas, con matices rosados, con oropeles de oro y plata como para escalar contracorriente, bailando a unos pasos, también muy de él, ejecutándolos como nadie, solo había que seguirlo, la sonrisa en su faz era la guía y danzar era otra, de sus múltiples pasiones interiores.

Cuantas historias se terminan, tantas, que no sabría ni siquiera por dónde empezar. Las ilusiones de aquel muchacho inocente, nacido en el barrio de La Joya, del vientre de Patria Margarita Erarte, quien por igual trajo a la vida a Rafael, Pedro Pablo y Milagros, sus hermanos, pero él era diferente y siendo apenas un adolescente, se mudó al salón de su amiga peluquera Edith Cardona y desde allí aprendió los primeros y sencillos pasos para ser estilista (peinaba, cortaba y maquillaba) y convertirse años después, en uno de los mejores del país, sin dejar de bailar en las comparsas del Carnaval Popular de Santiago, que para entonces auspiciaba la emblemática Casa Bermúdez en distintos escenarios y tarimas tanto de la ciudad, clubes populares y pueblos cercanos.

Si algo poseía su personalidad avasallante, es que se dejaba sentir en todo cuanto hacía, pues no solo era altísimo de estatura, sino también en ambiciones y deseos de destacarse. Hacer el resumen de una vida, como la de Víctor Erarte es complejo, difícil y faltaría espacio para tanto. En el Salón de Hernán López, templo del arte y la farándula femenina de los años 70 y 80s, se relacionó y aprendió a tratar a las grandes estrellas, allí acudían Elenita Santos, Luchy Vicioso, Cecilia García, María Antonieta Ronzino y muchas otras, junto a selectas damas de la sociedad y el mundo político de entonces.

De allí paso a Fiesta de Teleantillas, otra etapa de oro, para el arte y la farándula dominicana, en sus manos tenía los rostros de las voces más populares de aquel entonces: Olga Lara, Vickiana, Jaqueline Estévez, Tati Salas y muchas otras tantas figuras, que le hacían ganar fama y experiencias, esto sin dejar de coreografiar espectáculos para estrellas, como "100 por Ciento Cecilia", otros más y actuar en teatros, shows de transformismo, con los míticos creadores de imagen. Luego pasó a dirigir Fantástico, un centro de belleza, que había creado Eddy Solano, quien ya se había ido a vivir a New York.

Su último paso por los salones de belleza, fue junto a Nancy de Bono, en la recordada tienda Ocasión, en la calle Pasteur, donde tuvo a su cargo la dirección del salón de belleza de ese espacio. Por igual, durante mucho tiempo, estuvo viajando con una de sus musas favoritas Charytín, a su show semanal para la TV de Puerto Rico, donde maquillaba y peinaba a la diva y a sus Estrellas Invitadas. Ya la decoración y el montaje de eventos, bodas, 15 años y grandes fiestas, le habían dado buen resultado y justo a mediado de los 90s, emprende esta ruta, desde su vivienda de la Elvira de Mendoza, donde vivió casi dos décadas, con todo el éxito alcanzado, se convirtió en un referente de estilo, por sus arreglos florales monumentales, dominio acertado y distribución de los espacios y por la originalidad ornamental con que ejercía su labor y dejaba su impronta.

La partida de su inseparable amigo Raudy Torres , el desgaste y la merma profesional que a veces involuntariamente se producen en el oficio, sobre todo cuando no se acumula fortuna, al llegar la pandemia, del Covid 19, habiendo terminado también la etapa de las Galas de Carnaval, decidió volver a sus raíces, a su Santiago natal, luchando como siempre, contra la corriente, creando eventos, que como sus Mesas Esplendorosas, traían nuevos aires a su carrera.

Ya posesionado, como máscara con sello original y encantos propios, surgió el gestor cultural, abriendo espacios para otros y descubriendo nuevos talentos. Arreglaba su vivienda, con la misma ilusión que lo caracterizaba, nuevas amistades y otras opciones ocupaban su tiempo, sin dejar de ser el mismo de siempre, el que amaba con pasión la Semana Santa, la Navidad, El Carnaval y soñaba con ser y hacer feliz a los demás. Seguía más bien sus impulsos, como todo ser libre, hacia su santa voluntad y aunque no era rebelde, como todo artista no solía escuchar consejos, sino solo a su alma.

Nunca estuve de acuerdo con su vuelta a Santiago, pero tal parece, no tenía otra opción y deseaba mucho darse esa oportunidad, de quedar no solo perpetuado en el mural hermoso, vestido de colores, con que ya el ayuntamiento Local, lo había premiado, por sus méritos en el área. Deseaba ser y ejercer como la figura que siempre soñó. El destino a veces cruel, tenía otros planes y así partió, de imprevisto al otro plano, sin avisar nueva vez, sin calcular que su ausencia nos deja huérfanos de alegría y que no siempre hay cura para el dolor, sobre todo cuando es por un motivo tan cruel.

Hasta siempre amigo, cuantas cosas me faltaron por decirte, cuantas historias y discusiones nos faltaron, pero nueva vez el imprevisto ganó, que en la luz encuentres La Paz y tu descanso sea eterno, será difícil para todos volver a reírnos solos y dejar de pensar en ti, que tú vuelo te eleve a la eternidad, hasta siempre Víctor Erarte (1961-2022).

Que tengas buen viaje hacia la luz. A Víctor Erarte In memorian
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(Foto: Fuente Externa)
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