Nueva York.- El modisto, abanderado de la moda "made in USA", dijo haberse inspirado en un "resort urbano" y concibió su desfile como un viaje a un oasis que comenzaba en la calle, junto a un gran escaparate, y terminaba en un invernadero repleto de plantas exuberantes.
La propuesta para mujer destacó por sus vestidos y conjuntos de falda y camiseta, monocromáticos y de estilo sencillo, en una paleta que fue de los clásicos neutros a los colores frescos en verde lima, rojo y azul turquesa, pasando por metalizados en dorado y plateado.
El diseñador explicó en las redes sociales que quiso diseñar una ropa que permitiera enfrentar las altas temperaturas provocadas por el cambio climático pero sin dejar de lado la elegancia neoyorquina, con prendas que destapaban la piel, caftanes y sandalias de tiras.
Se vieron faldas inspiradas en los pareados con largo por la rodilla, adornadas con lentejuelas y combinadas con camisetas básicas y chaquetas tipo americana; pantalones ajustados a la cintura y de pierna ancha con "tops" cortos, y vestidos largos de estampado floreado.
El aire desenfadado de la línea se extendió a las piezas de noche, entre las que destacó un vestido negro y brillante de profundo escote, con tirantes finos que se cruzaban en la espalda descubierta de la modelo Bella Hadid, y complementado solo con brazaletes dorados.
Hadid, una de las maniquíes más solicitadas, se sumó a numerosos rostros famosos entre los invitados que suelen acudir en masa a la llamada de Kors, como la editora de Vogue, Anna Wintour, las actrices Anne Hathaway y Vanessa Hudgens y la tenista Serena Williams.
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