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Muy cerca de la barbarie...
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(Foto: Cortesía)

Muy cerca de la barbarie...

Por Alfonso M. Becker
miércoles 14 de septiembre de 2022, 13:58h

«Ahora que se ha ido para siempre, mucho me temo, que hemos perdido nuestra última oportunidad para pelear por la democracia y la libertad; y aún en el caso de que presentemos batalla, es una guerra que ya no podemos ganar». Alfonso M. Becker



Si de verdad quiere aprender algo sobre política internacional, haga un seguimiento elemental a las operaciones militares diseñadas y desplegadas sobre el gran teatro de guerra que es Ucrania.

Es una creación de Londres para uso exclusivo, sobre el terreno, del “invisible” Estado Mayor Ucraniano; al que ya conocemos todos los que somos “iniciados” y “estudiosos” en «Inteligencia de Fuentes Abiertas» por un mote que les viene como anillo al dedo a los alumnos aventajados del Ministerio de Defensa Británico.

«La pandilla de Graham Wright», Comodoro de las Fuerzas Aéreas británicas y veterano profesional, toda una autoridad en la recolección de inteligencia sobre las redes de información y comunicación rusa, advierte que expresar que se puede vencer a Vladímir Putin es una ligereza imperdonable, ya que -en su opinión- son los rusos los que pueden vencer a Putin, descabalgándolo del poder.

The Ministry of Defence (MoD)

El Comodoro Wright, analiza sin descanso un interesantísimo tablero de guerra que, realmente, no solo afecta al territorio ucraniano, sino a todo lo que se llamaba “Telón de Acero” que implica toda la frontera de Europa con Rusia.

Pero debe saber el lector que estos geniales espías especializados en “mover ficha” en un teatro de operaciones militares, han determinado estratégicamente, hace muchos años, que todo el gigantesco territorio ruso y todo ese vecindario que una vez fue soviético, también es tablero de guerra. Algo que nadie debería olvidar.

Así que hágase una idea realista de las pocas posibilidades que tienen los ucranianos de expulsar a todos los invasores rusos; pero la inteligencia militar británica opina lo mismo de la Rusia invasora, es decir, Ben Wallace, Secretario de Estado de Defensa británico, ha declarado que el actual inquilino del Kremlin no está a la altura de un Commander in chief, y ha demostrado ser un vulgar aficionado a la guerra:

«Creo que un Vladimir Putin embarrado en una guerra interminable, posiblemente está comprando todas la papeletas para que lo saquen a tiros del Kremlin; pero el sustituto de Vladímir, podría ser -según los chinos- mil veces peor que Putin».

Sugiere la hipótesis de que una vez que el protagonista principal del Kremlin desapareciera, los chinos podrían interpretar para la nueva dirección rusa el mismo papel “estelar” que Washington abasteciendo militarmente a los rusos y muy poco podrían hacer entonces los ucranianos.

Todas las preguntas del millón en una sola andanada; un aluvión de incógnitas sin resolver...

¿Quién se atreve a apostar que un tándem China-Rusia no podría someter a Ucrania en unas semanas; antes de que llegue el invierno? ¿Puede una Unión Europea que se descompone en el caos económico y en sus aberraciones climáticas mantener el gasto de asistencia militar a Ucrania si está obligada a la construcción urgente de centrales nucleares y gastar cientos de miles de millones de euros en la compra, también urgente de gas solo para sobrevivir al invierno?

¿Saben que en los Estados Unidos, 80 Millones de personas y toda la prensa republicana señalan a Joe Biden como un auténtico fascista manejado por el mafioso Democratic Party que, además, es financiado por el Partido Comunista Chino?

Una verdadera dictadura fascista ejercida por los multimillonarios empresarios de las tecnologías de la información estadounidenses; los mismos Gigantes Tecnológicos que han asaltado el poder en la Casa Blanca; todos ellos conocidos como los "Big Tech" que, junto con Saudi Aramco, Tesla y Tencent, pueden compralo todo y a todos los políticos del planeta…

Así que goodbye forever, “adiós” no solo a la democracia y a sus viejas cantinelas occidentales y judeocristianas; ahora se ocuparán de “maquillarlo todo” con una espectacular y teatral modificación de la gobernanza en su apariencia, para poder disimular la verdadera naturaleza fascista de lo que se avecina...

A saber: una élite de grandes multimillonarios que ejercen un capitalismo global de partes interesadas, y que sostienen en la Casa Blanca a un payaso perverso, corrupto y criminal, Joe Biden, han formalizado una dictadura fascista en Capitol Hill que lidera también -por supuesto- a los nuevos fascistas climáticos y de género de Bruselas...

La renta… siempre aneja a la placentera orgía de la militancia

Son los izquierdistas, todos muy bien pagados los que trafican con seres humanos; esos seres necesitados de países, musulmanes en su mayoría, envilecidos por la corrupción y a los que catalogan como “Estados Fallidos”. Esos emigrantes sirven para ganar elecciones eternas por agradecimiento de renta y vivienda.

Pero también sirven como asesinos a sueldo para una dictadura fascista de “gobernanza por el miedo”. Vía libre para bandas de violadores, violentos ladrones, y destructores de la paz social. Todo una triquiñuela para cambiar el tejido social de voces y percepciones de lo que llamamos cultura; lo verosímil importa tanto o más que lo verdadero.

El paso siguiente sería desmontar esa verosimilitud, que reduce el inmenso y variado mundo del tango y de la milonga, cantinela barata de los prostíbulos argentinos que regentan los mafiosos peronistas; pero, oiga, no son los únicos. No.

Vox populi, vox Dei...

Como decía el más golfo, corrupto y sinvergüenza de todos los políticos argentinos contemporáneos, Amado Boudou, un mujeriego con fama de bien dotado en sus calzoncillos: «no reduzcamos la política argentina a la maldita venganza de los cornudos».

Los periodistas que entrevistaban y todos los presentes en la sala, reían a carcajadas porque ya era «vox populi» que la presidenta de Argentina era su amante, desde el primer día de viuda en el mismo cementerio; la “todavía” hermosa, caliente y sensual, Cristina Fernández de Kirchner.

Cuando le preguntas a un argentino si es de izquierda o de derecha, te dirá, siempre, con tono filosófico: «me gusta militar en todos los partidos a la vez, al fin y al cabo, todos hacen lo mismo...».

Hemos de tener en cuenta que los argentinos saben latín mucho antes de haber nacido… y que la voz del pueblo es la voz de Dios; igual que la mano de Maradona marcando goles, era la mano de Dios…

Si alguien se atreve a decir que “vox populi, vox Dei” no tiene fundamento bíblico, lo único que demuestra es que no sabe nada de sexualidad y mucho menos de mujeres. En la cara y en los ojos de una mujer, se lee perfectamente que alguien le está hurgando en el monte de Venus...

Muy cerca de la barbarie...

El expresidente Donald Trump lo dijo muy claro: «no son los migrantes los culpables, son la mafia izquierdista que quiere destruir América». Y así se ha comprobado que la “serpiente” no son los propios migrantes decentes que buscan trabajo, sino los asesinos socialdemócratas, esos son la serpiente de la fábula de Trump:

«Han permitido la toma del poder con un golpe de Estado y enseguida promovieron este mito de que somos “una nación de inmigrantes”. Y todo lo que ha hecho la izquierda posteriormente ha sido consecuencia de esa mentira».

La prensa conservadora del Partido Republicano de Estados Unidos ha declarado a los cuatro vientos que se aproxima la mentira definitiva para que sea un solo Partido Demócrata el que gobierne.

Se aproxima en U.S.A. otro golpe de Estado fascista...

Si crees las mentiras que te dice la serpiente, no deberías sorprenderte de que la venenosa víbora te muerda hasta matarte. Este siglo que padecemos lleva el mismo “sello” y camino que el anterior; las guerras de exterminio ya han comenzado y los crímenes de guerra, también. Es demasiado grave que nos estemos acostumbrando a este infierno.

Este siglo XXI reclama a gritos que la Real Academia de la Lengua Española exija por todos los medios de difusión de masas que se devuelva el sentido a las palabras como libertad, democracia, fraternidad, tolerancia, libre expresión de ideas, y otras muchas que la nueva “religión woke” está destrozando con el excremento semántico de corruptos ideólogos y criminales de la llamada izquierda.

Se echa de menos a la reina Isabel II del Reino Unido; miren y comprueben el beneficio tan valioso que ha supuesto ese ejemplo de conservadurismo para su pueblo. Cimentó la más bella y valiosa institución cuando nadie daba un centavo por las monarquías tras la Segunda Guerra Mundial. Esa gran mujer sostuvo la última trinchera del conservadurismo y de todos los valores judeocristianos que forman parte de nuestro ADN.

Una gran mujer sostuvo a su país y a sus ciudadanos británicos, gobernando con dedicación, con intuición política, y con gran amor a su pueblo. La reina intuía que su obligación era presentar batalla al comunismo y lo hizo. Ahora que se ha ido para siempre, mucho me temo, que hemos perdido nuestra última oportunidad para pelear por la democracia y la libertad. Y aún en el caso de que presentemos batalla, es una guerra que ya no podemos ganar.

Alfonso M. Becker © copyright (Todos los derechos reservados)





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