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Mitos en la hidratación de la piel.
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Mitos en la hidratación de la piel. (Foto: Pixabay)

Mitos en la hidratación de la piel

Por Red Diariocritico
martes 22 de febrero de 2022, 12:11h

El agua es el componente más abundante de nuestro cuerpo. Nuestro organismo está formado por más de un 60% de agua. Es imprescindible para una buena salud, y la adecuada función del organismo en general, para tener una adecuada digestión, circulación, etc.

Actualmente se recomienda como norma general una ingesta promedia de 2,5L de agua al día. Sin embargo las necesidades reales de ingesta de agua se determina por diferentes factores como la edad, el sexo, y el peso corporal. Además estas necesidades pueden cambiar en función de determinadas circunstancias, como con la práctica de actividad física, los climas cálidos y las alteraciones relacionadas con la salud, en las que puede ser necesario incrementar el consumo de agua.

Con respecto a la piel, al ser un órgano, se ve beneficiado con una adecuada ingesta de agua, para su buen funcionamiento y además para su aspecto. Una adecuada ingesta de agua proporciona una piel saludable, más radiante y con aspecto más joven. Podemos decir que la piel necesita agua tanto por dentro como por fuera.

El estado de la piel se ve afectado también por factores externos, como climas extremos, problemas de salud, tener una rutina facial incorrecta entre otros muchos otros factores. Todo esto influye en que nuestra piel esté más seca de lo normal y que necesite que la ayudemos a mantenerse hidratada.

Una piel hidratada tiene un mejor aspecto, pero lo más importante es que presenta mejores propiedades mecánicas, es decir que cumple mejor su función barrera, protegiéndonos de las agresiones externas y evitando lesiones o infecciones. Además una piel hidratada favorece el proceso de renovación celular.

Cuando hablamos de una piel deshidratada nos referimos a una piel que tiene una alteración de la función barrera a la cual le falta agua.Pero esto puede tratarse sólo de un estado transitorio si lo corregimos con una rutina adecuada.

Cualquier tipo de piel puede sufrir una pérdida temporal de agua debido a causas externas como el clima o una rutina facial con el uso de jabones de limpieza inadecuados. La mayoría de estas causas externas se pueden corregir fácilmente con una buena rutina de hidratación.

Una adecuada hidratación de la piel se consigue manteniendo íntegro el estrato córneo que forman la barrera epidérmica y evita la pérdida de agua y electrolitos, evitando que se deshidrate. El estrato córneo contiene queratina y urea, llamados factores hidratantes naturales, que aportan hidratación y retienen agua en la piel para evitar que esta se deshidrate. Manteniendo esta barrera conseguimos tener una piel hidratada.

En la epidermis tenemos también los lípidos epidérmicos que se encargan de mejorar la hidratación y nutrición de la piel. Estos lípidos crean un efecto barrera y participan en el proceso de renovación celular, la exfoliación natural de la piel. Una piel hidratada no es solo la que contiene mayor porcentaje de agua, sino la que mantiene intactos estos lípidos epidérmicos y su función barrera.

Una piel deshidratada puede ser seca o grasa. Es una piel que está deslipidizada, le faltan lípidos epidérmicos, y esto puede ser debido a una rutina de limpieza excesiva. La piel está deshidratada porque le falta agua, pero le falta agua porque su piel no es capaz de retenerla. Lo que debemos hacer es mejorar su manto hidrolipídico para que el agua no se escape, y eso lo conseguimos aportando lípidos epidérmicos.

Una piel deshidratada se caracteriza por descenso en los niveles de agua y una falta de luminosidad. Son más visibles las líneas finas y se aprecian los poros más dilatados. Es frecuente que la piel esté más reseca y presente descamación con un tacto áspero con sensación de tirantez.

La piel deshidratada necesita una correcta higiene, y sobre todo una correcta hidratación con cremas adecuadas para recuperar la función barrera y protección solar.

Mitos sobre la hidratación de la Piel

Conociendo ya el funcionamiento de la piel y las causas que hacen que esta este más deshidratada podemos tumbar algunos mitos sobre la hidratación de la piel. Beber más de dos litros de agua al día es beneficioso para la salud en general y para el buen funcionamiento del organismo y por ende para un buen estado de la piel. Sin embargo no hay estudios que demuestren que beber más agua hidrate más la piel.

La hidratación de la piel depende más de cómo mantengamos su hidratación con rutinas cosméticas adecuadas y evitando irritantes. Por tanto una piel seca no necesita incrementar el consumo de agua. Necesita una adecuada rutina cosmética con cremas o geles hidratantes.

Otro aspecto importante a tener en cuenta es que debemos tener cuidado con utilizar agua muy caliente en la ducha y además es verdad que la dureza del agua también puede alterar la barrera cutánea.

Otra falsa creencia es que las pieles grasas no necesitan hidratación. Pero no importa el estado de la piel, tanto una piel grasa, con tendencia acnéica como una piel seca pueden presentar deshidratación. Por lo que es importante que una piel grasa también se hidrate, pero claro con los productos adecuados, adaptados a la secreción sebácea de la piel. Acompañando de principios activos que estimulen la renovación de la piel para mantener una adecuada hidratación. Por tanto es falso que sólo las pieles secas necesiten aplicar hidratantes.

En cuanto a la rutina cosmética se dice mucho que después de cierto tiempo de utilizar un cosmético debemos cambiarlo, porque la piel se acostumbra. Y no es verdad. Lo que realmente pasa es que la piel cambia de estado como hemos visto previamente, por agresiones externas o por nuestro estado de salud, y por lo tanto cambian sus necesidades.

Y según el estado en el que se encuentre modificaremos la cosmética que utilizaremos para mantener la piel hidratada y con una función barrera adecuada. Por ejemplo, en invierno la piel suele estar más reseca por el frío extremo y debemos cambiar a cremas más densas e hidratantes según el tipo de piel.

Cómo mejorar la hidratación de la piel

En definitiva para mantener una piel hidratada necesitamos una adecuada rutina cosmética específica para el estado de nuestra piel y sus necesidades. Entre los cosméticos que más hidratan la piel están aquellos que contienen cerámicas, lípidos epidérmicos, niacinamida y fórmulas con alfa hidroxiácidos como el ácido glicólico. Por su parte, el retinol también favorece la hidratación de la piel pues renueva las capas más superficiales.

Los antioxidantes también favorecen la hidratación y la luminosidad de la piel al contrarrestar los efectos de la contaminación y de la oxidación cutánea, entre estos podemos mencionar la vitamina C y el ácido ferúlico.

El ácido hialurónico tiene una gran capacidad de captar agua, favoreciendo así la hidratación. Por lo que es ideal para pieles deshidrátalas. Sin embargo es una molécula muy grande, que en productos cosméticos no llega a absorberse del todo.

Por eso se recomienda utilizarlo mejor en tratamiento médico estéticos donde se infiltra directamente en la dermis. Tratamientos como vitaminas faciales y skinboosters mejoran la hidratación en profundidad y de forma inmediata. Otros tratamientos médico estéticos que pueden mejorar la hidratación de la piel son los peeling químicos que regeneran las capas más superficiales de la piel, mejorando la barrera cutánea y favoreciendo la hidratación. La biorevitalización con plasma rico en plaquetas también mejora la hidratación y el aspecto de la piel.

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