Alex Rodríguez es el único de los 13 peloteros suspendidos
por dopaje -12 de ellos latinoamericanos- que ha apelado la decisión.
La figura de A-Rod genera división en las Grandes Ligas
Por EFE
miércoles 07 de agosto de 2013, 10:43h
La
decisión de Rodríguez de apelar también es vista como la gran oportunidad que
tiene también el sindicato de recuperar poder ante el control que quiere
imponer el comisionado Selig y aunque todos quieren luchar por erradicar el
consumo de las sustancias prohibidas dentro del béisbol profesional, no están
dispuestos a hacerlo a cualquier precio o a costa de un sólo jugador.
La
figura del tercera base de los Yanquis de Nueva York, Alex Rodríguez, vuelve a
convertirse en el centro de actualidad de división dentro del mundo del béisbol
de las Grandes Ligas después que fue suspendido con 211 partidos por
presuntamente haber utilizado sustancias dopantes que le suministró la clínica
Biogenesis de Miami.
Mientras que otros 13 peloteros, 12 de ellos
latinoamericanos, que han sido suspendidos por la misma razón aceptaron cumplir
con la suspensión, Rodríguez desafió la decisión del comisionado del béisbol de
las Grandes Ligas, Bud Selig, y anunció que apelará el castigo, que considera
"injusto" y desproporcionado.
"Esta será la pelea de mi
vida", destacó Rodríguez antes que hiciese su debut con los Yanquis en la
presente temporada, y prepararse para ser recibido con abucheos y gritos de
"fuera, fuera" por los seguidores de los Medias Blancas de Chicago. Pero
Rodríguez, de 38 años, dijo que para nada se sentía afectado por ese tipo de
reacción ni lo que pudiesen opinar los periodistas y medios que lo han elegido
como el jugador sobre el que descargar toda la responsabilidad del grave
problema del dopaje dentro del béisbol profesional.
Rodríguez, que tiene
todavía un contrato con los Yanquis que le garantiza 96 millones de dólares,
recordó que no sólo tiene el derecho sino la obligación de defenderse de las
acusaciones que se le han hecho ante un mediador independiente que le permita dar a conocer su
versión de los hechos, y no dejar que sea la de un persona como Anthony Bosh,
el dueño de la clínica Biogenesis, la que impere.
"De todo esto que se ha
generado en torno a mi persona hay grupos que están interesados que a mí se me
haya castigado y espero no tener que descubrir quienes son", adelantó
Rodríguez antes de conocer la sanción que le impuso Selig, la mayor en la
historia del deporte profesional de Estados Unidos.
El mismo comisionado que
negoció con el sindicato y los representantes del jardinero Ray Braun una
suspensión de 65 partidos cuando el jugador de los Cerveceros de Milwaukee
llevaba dos años mintiendo sobre el consumo de sustancias prohibidas y sin
recibir castigo.
Mientras los dominicanos, el jardinero Nelson Cruz, de los
Vigilantes de Texas, y el campocorto Johnny Peralta, de los Tigres de Detroit,
que también fueron incluidos en la lista de 12 peloteros suspendidos con 50
partidos, admitieron que cometieron un error de "criterio" y
aceptaban el castigo.
"No tome la mejor decisión y ahora debo hacer frente
a las consecuencias para pensar en el futuro y tratar de ayudar al equipo lo
antes posible", declaró Cruz, que es clave en la ofensiva de los
Vigilantes que siguen luchando por estar en la fase final del campeonato de la
Liga Americana. La misma situación vive Peralta, que deja a los Tigres, líderes
en la División Central de la Liga Americana, sin uno de los jugadores más
consistentes con el bate.
Por su parte, el campocorto nicaragüense Everth
Cabrera, de los Padres de San Diego, asume toda la responsabilidad por haberse
involucrado en la situación que provocó que fuera suspendido, pero reveló que
fue su agente el que lo llevó hasta Bosh en el 2012 para que recibiese
sustancias prohibidas y pudiese recuperarse de una lesión de hombro.
"Me di
cuenta que me equivoque y las Grandes Ligas también comprobaron que no quise
hacer trampa, todo lo contrario renuncie a seguir tomando algo que sabía no me
beneficiaba ni era bueno", destacó Cabrera, que se ha consolidado como un
jugador clave dentro de la novena de los Padres.
La misma historia vivieron el
resto de los peloteros de la lista de suspendidos, todos dominicanos y
venezolanos, que volvieron a ser víctimas de los malos consejos recibidos por
las personas que los asesoran.