Un nuevo acuerdo regional
En dicho documento se hace un llamado a que, en los planes de recuperación que las naciones deben implementar para paliar las consecuencias de la COVID-19 se integre la dimensión medioambiental y se promueva el uso responsable y sostenible de los recursos, así como una reactivación resilente de la economía, con inclusión social y medidas que tienda a reducir la huella de carbono.
Se acordaron medidas ambientales muy concretas como, por ejemplo: un Plan de Acción que prevé dar mayor apoyo e impulso a la necesaria restauración de los ecosistemas, un Sistema Integrado de Información Ambiental, una Coalición para aplicar la Economía Circular y un aggiornamento del Programa PEID, que fomenta la recuperación verde en los estados insulares caribeños más pequeños y con menores recursos.
Los ocho puntos decididos
NO a la contaminación
El conjunto de los ministros medioambientales, reconoce como una amenaza real y preocupante todas las formas de contaminación y exhortan a los países a que se realicen cambios significativos, con el objetivo de minimizar la generación de residuos y acabar con los basurales de manera progresiva, siempre tomando en cuenta los temas económicos, sociales y ambientales inherentes a este tema.
Dentro del Plan de Acción que se pondrá en marcha como parte de la Cooperación Regional para los próximos 4 años, se busca minimizar la generación de todo tipo de desechos y gestionarlos de forma más sostenible, priorizando el respeto por los ciclos de vida y la prevención y apuntando a la reducción de los micro plásticos y la basura en los mares. También apremian a un accionar que acabe con la contaminación del aire.
SI a la Economía Circular
El establecimiento de una Coalición de Economía Circular que funcionará en América Latina y el Caribe estará coordinada por el PNUMA y buscará aplicar las medidas de este tipo de economía, a las particularidades socioculturales de cada país, buscando siempre una definición regional, que beneficie a todas las naciones.
Estas medidas pasan indefectiblemente por la implantación de sistemas de producción y de consumo, que no solo sean sostenibles, sino que resulten económicamente viables. También se invitó a todas las naciones participantes, a sumarse a la Alianza Ambiental de América, con el fin de generar un programa común de etiquetado.