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Una Navidad diferente, para recordar toda la vida.
Una Navidad diferente, para recordar toda la vida. (Foto: Cortesía)

Una Navidad diferente y para recordar toda la vida

Por Rosa A. Rodríguez C.
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roserodriguez17gmailcom/15/15/21

A poco tiempo de disfrutar el día de Nochebuena, de compartir en compañía de los nuestros la llegada de la Navidad y, a tan solo siete días para despedir este 2020, tenemos el más grande de los retos por delante: celebrar con consciencia estos días festivos para que el año nuevo que ha de venir, se convierta en la esperanza que tanto necesitamos para seguir adelante.

Desde que el virus traspasó las fronteras del mundo, la comunidad científica ha ido en una carrera contra reloj para encontrar la cura. Y sí, ya son varios los laboratorios que han empezado a vacunar en diferentes países del mundo, pero aún la situación es delicada. El covid-19 sigue atacando vidas, sigue agravando la salud de los más vulnerables… Sigue siendo, sin lugar a dudas, una gran aliada de la muerte.

La cruda realidad es que, solo en el país, hay más de 160 mil casos confirmados y 2398 personas fallecidas a lo largo de este año, según indican las estadísticas en relación a la situación del covid-19. Estos son sólo los datos a la fecha, pues desde que la pandemia piso suelo nacional, la tendencia de la curva es, lamentablemente, creciente.

Pareciera que los esfuerzos por evitar el aumento del contagio por parte de las autoridades, los medios de comunicación, los influencers en las redes sociales e incluso de los individuos que actúan con consciencia en nuestra sociedad, no han sido lo suficiente para que entendamos que el coronavirus no es un relajo.

Hace apenas unos días Inglaterra cerró sus puertas y alerto a las naciones del mundo sobre una nueva cepa del covid que se ha convertido en una gran amenaza por varios motivos: porque se propaga con mayor rapidez, tiene un mayor grado de contagio y debido a que, al ser una cepa nueva, es inmune a las vacunas que han venido surgiendo en el mercado.

Las alertas están en rojo, no solo para Inglaterra, sino para el resto de los países del mundo, especialmente aquellos que conforman la Unión Europea y Sudáfrica, que es donde se ha dicho surgió la mutación.

Es por esto que aunque suene como disco rayado, ¡No podemos bajar la guardia! Debemos continuar cumpliendo al pie de la letra las recomendaciones del lavado de manos, el uso de desinfectantes con alcohol, de mascarillas y, sobre todo, el hecho de evitar las aglomeraciones, manteniendo el distanciamiento social.

Estamos en Navidad, es cierto, pero hay que reconocer que las festividades llegaron en un formato muy diferente al que hemos estado acostumbrados. Es necesario que nos autoevaluemos y nos adaptemos a las circunstancias para no ser parte de las estadistas, pero también para que nuestros seres queridos, familiares o amigos, tampoco lo sean.

Entendemos que la tarea no es sencilla y quisiéramos, como hacemos al escribir, colocar un paréntesis para poder hacer y deshacer lo que queramos a nuestro antojo solo porque estamos en días festivo; desearíamos poder decir “no pasa nada”, pero sí pasa... Pasa porque la gente sigue irrespetando las medidas, por la falta de miedo al virus, por la ignorancia, el descuido, la imprudencia.

A pesar de todo y con la sensatez de saber que siempre habrá un grupo incapaz de poner de su parte, apostamos todo a que en su mayoría tenemos la capacidad de seguir las reglas y con ello aportar para seguir avanzado juntos por el bien común. Porque si ya hemos pasado tanto en la “covinormalidad”, ¿Por qué no aguantar un poco más? Creemos en que, como dice dicho, “El que espera lo mucho, espera lo poco”, ¿No es así?

De momento, la buena noticia es que el Gobierno ha invertido millones de pesos en una vacuna que, con sus pros y contras, son un incentivo al optimismo de que el 2021 podría ser un año de soluciones, de mayor control sanitario con respecto a la enfermedad por coronavirus y por ende, de menos encierro para todos.

Vamos a celebrar esta Navidad siguiendo el protocolo de lugar y miremos las limitaciones de hoy como una anécdota que recordaremos para siempre, que recordaremos en el futuro como un cuento interesante para las futuras generaciones.

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