Santo Domingo.- A través del cuento, la escritora se envuelve en la piel de este personaje de la historia dominicana para describir los sueños de libertad para su raza, engrandeciendo su figura, algunas veces desdeñada por posiciones críticas que manchan su importante papel en el último grupo de indígenas que vivieron en la isla de Quisqueya, su territorio.
A través de las páginas, Martínez de Macarrulla, narra la lucha y la estrategia llevada a cabo en por Enriquillo durante la insurrección de las montañas del Bahoruco, un hecho que marcó un hito en la historia colonial de la Isla Española y que sirvió de ejemplo para indígenas valientes de otras colonias conquistadas a base de sangre y fuego por los españoles, en el siglo XVI.
En su prólogo, se hace referencia de cómo esta novela se enfoca en los grandes personajes y acontecimientos sirviéndose, con todo rigor, de documentos y crónicas de testigos confiables, pero tomando como base -también- la creatividad de la autora.
“La novela histórica se basa en las mismas fuentes, pero utiliza la ficción creativa del escritor para introducir en los procesos psicológicos de los personajes sus motivos, dudas y todo el transcurso de sus pensamientos hasta la decisión que los hace elevarse a la suprema categoría de héroes o villanos que marcan el desarrollo de la humanidad”.
De igual modo, se hace referencia a como la autora logra sumergirse en el psique del personaje, su ambiente, sus ideologías y sus costumbres para traer como resultado una interesante novela histórica.
Sobre las críticas recibidas, se destaca la del asesor cultural del Clúster Turístico de Santo Domingo, Kin Sánchez, quien comentó:“Lidia Martínez ha combinado en esta obra la atracción irresistible que ofrecen la literatura y la historia, dedicándola, muy sutilmente, a la nueva generación de lectores que necesita conocer los valores que conforman orgullo, identidad y nación”.
En resumen, el libro, asegura ser un escrito que vale la pena leer por su valor histórico y literario.
Sobre la autora
Lidia Martínez de Macarrulla manifestó desde su adolescencia su inclinación hacia la escritura, siendo incentivada por su madre, quien era una gran lectora.
Luego de terminado los estudios de Licenciatura en Química, se casa y su esposo, con frecuencia, le aconseja dedicarse a la Literatura, cosa que no hizo hasta que sus hijos emprendieron sus vidas fuera del hogar paterno.
A partir de esto, se ha dedicado a estudios e investigaciones sobre los temas de sus libros.
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