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Elvira Taveras.
Elvira Taveras. (Foto: Cortesía)

Si hacerse la luz nuevamente quiero

Por: Elvira Taveras

Por Redacción Diario Hispaniola
lunes 23 de marzo de 2020, 08:58h

El Día Mundial de la Marioneta o Día Mundial del Títere se celebra anualmente con el propósito de difundir este arte milenario en todos los ámbitos culturales. Desde 2003 el día oficial es el 21 de marzo, habiendo sido declarado como tal el año anterior por la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA).

Santo Domingo.- Los títeres son tan nobles que ennoblecen a quien les maneja y a quien les ve y escucha; a quien los promueve o patrocina; a quien disfruta de ellos pasiva o activamente. El teatro de títeres nos hacer soñar con otros mundos, con personajes que se comunican con claridad aun cuando no emitan palabras. Pero también nos hacen despertar la conciencia ciudadana, esa que ordena la convivencia humana en armonía a pesar de los conflictos cotidianos o trascendentales.

Graciosos muñecos, manejados hábilmente por titiriteros y titiriteras de todo el mundo, nos sorprenden gratamente al contar historias divertidas, de amor, de terror, de conflictos internos. Ellos interactúan y dialogan con objetos o con otros seres del mundo real o producto de la más pura fantasía, haciendo las delicias de grandes y chicos, en el lujoso escenario de una gran urbe o en el paraje más apartado de una nación empobrecida.

Ese precioso tiempo del mejor entretenimiento estimula la imaginación, remueve sentimientos y emociones y deja una siembra de ideas e ideales que de seguro germinará tarde o temprano, haciéndonos mejores personas, individual o colectivamente.

Como pasa con millones de niños y niñas en todo el mundo, mi primer contacto con muñecos animados ocurrió a través de la TV. El Topo Gigio, ese simpático roedor de grandes orejas era la fascinación de toda la familia. De la misma manera, los Mupetts y Plaza Sésamo eran de los programas favoritos. Nunca vinieron titiriteros a mi escuela, por eso los títeres estaban siempre mediados por un aparato que les hacía maravillosos, pero lejanos.

Eso cambió drásticamente en los inicios de los ochenta con la llegada del Maestro argentino Eduardo Di Mauro a Santiago de los Caballeros, con su maleta cargada de la ternura de Juancito y María de “La Calle de los Fantasmas” o la magia y energía del Diablo de “Las Aventuras de Juan Grillo” y su discurso lleno de entusiasmo por su fe en el artista escénico como servidor público.

Hoy honro y agradezco eternamente a mi mentor titiritesco y a toda aquella persona que fabrique, guarde, compre, exhiba, maneje, enseñe, promueva, proteja, domine o patrocine este milenario arte. Sin ello, mi vida y carrera teatral no hubiese sido la misma.

Nobleza obliga. Por eso, la comunidad de titiriteros y titiriteras dominicanas nos sumamos al llamado de la Unión Internacional de la Marioneta (UNIMA), para que este 2020, impulsados por la UNESCO accionemos promoviendo y defendiendo la PAZ. Títere en mano, laboremos cada día para contribuir con la ruta hacia la Jornada Mundial de la Paz el 21 de septiembre, fieles al lema que motoriza esta iniciativa:

El mundo necesita PAZ más que nunca, y la PAZ nos necesita a todos … ¡juntos podemos hacer que triunfe la PAZ!

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