"Los
esfuerzos unilaterales palestinos por lograr un estado en la ONU no
funcionarán", sentenció la periodista y antigua asesora de derechos humanos
de Barack Obama
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Samantha Power y Barack Obama. |
La futura embajadora de EE.UU. en la ONU a favor de Israel y contra Cuba, Venezuela y Palestina
Por EFE
jueves 18 de julio de 2013, 19:56h
"Si
me dan el honor de sentarme detrás de la señal que dice 'Estados Unidos', haré
lo que este país hace mejor: combatir regímenes represivos, luchar contra la
corrupción, y promover los derechos humanos y la dignidad humana. También haré
todo lo posible para que otros hagan lo mismo", aseguró Samanta Power.
Samantha
Power, nominada por el presidente de EEUU, Barack Obama, como embajadora en la
ONU, dijo ayer que si es confirmada en el cargo combatirá la
"represión" en Cuba y Venezuela, y lo que considera un
"inaceptable sesgo" de la organización contra Israel.
En
su audiencia de confirmación en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado,
Power aseguró que su trabajo incluirá "responder a la represión a la
sociedad civil que se está produciendo en países como Cuba, Irán, Rusia y
Venezuela". El presidente del comité, el
senador demócrata Bob Menéndez, dijo por su parte que Power está
"comprometida a denunciar el régimen de Cuba" y "no idealiza las
duras realidades del comunismo cubano".
Menéndez le pidió, además,
centrarse como embajadora en la ONU en "asuntos que no siempre llegan a
las portadas" de los periódicos, como la "libertad de expresión en
Latinoamérica".
Power, periodista y exasesora de Obama en derechos
humanos, cuenta con amplio apoyo bipartidista para ocupar el asiento permanente
de EEUU en el Consejo de Seguridad de la ONU en sustitución de Susan Rice, que
abandonó el cargo para convertirse en asesora de seguridad nacional del
presidente.
La candidata, de 42 años, subrayó su apoyo a Israel en repetidas
ocasiones en su discurso y se comprometió a "trabajar incansablemente para
defender" a Israel ante el "inaceptable sesgo y ataques" que se
repiten en la ONU contra ese país. "Los esfuerzos unilaterales palestinos
por lograr un estado en la ONU no funcionarán", sentenció.
"La
Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos siguen aprobando
resoluciones unilaterales que condenan a Israel por encima de todos los
demás", agregó. "La legitimidad de Israel debe estar fuera de toda
discusión", continuó Power.
"Tenemos que disuadir a los palestinos
como podamos" en su esfuerzo de lograr reconocimiento como Estado en
varias agencias de la ONU, afirmó, y se comprometió también a continuar con la
política de sanciones contra Corea del Norte e Irán.
En cuanto a Siria,
consideró que "la situación en el Consejo de Seguridad de la ONU es
increíblemente frustrante", y su "fracaso" a la hora de
responder a la "matanza" acarreada por el régimen de Bachar Al Asad
es "una desgracia que la Historia juzgará duramente".
El énfasis de
Power en Israel evidenció los esfuerzos que ha hecho por dejar atrás la
polémica sobre una declaración que hizo en una entrevista en 2002, cuando
recomendó crear una "presencia militar" en Israel para compensar el
poder político del lobby proisraelí en Washington, de lo que más tarde se ha
retractado. "Fue una respuesta muy incoherente", reconoció Power,
interrogada por el senador republicano Marco Rubio.
Pese a la controversia por
ese comentario, Power ha conseguido, tras un intenso acercamiento, el respaldo
del embajador de Israel en EEUU, Michael Oren, y de parte de la elite judía de
Washington. Nacida en Irlanda y alumna de las universidades de Yale y Harvard,
Power prometió que si es confirmada no dudará en ser "directa y
franca" en su cargo, y confió en que aún hay espacio para cooperar con
Rusia en el seno del Consejo de Seguridad pese a los repetidos desacuerdos sobre
Siria.