Santo Domingo.- Esto se debe en primer lugar, a que las empresas se han asumido como parte de la comunidad, por tanto el bienestar de la comunidad repercute directamente en el bienestar de la empresa y el beneficio económico de la misma.
En segundo lugar, se encuentra la imagen pública de la empresa, un activo que cobra cada vez mayor relevancia. Estudios recientes muestran que los clientes y consumidores prestan más atención a las actividades que realiza la empresa en materia de RSE. Esto quiere decir que el consumidor elige el producto que le permite de manera indirecta contribuir con aquellas causas que considera mejora la calidad de vida de la comunidad a la cual pertenece. Los programas de voluntariado corporativo ofrecen a los empleados voluntarios la oportunidad de crecimiento personal y profesional mediante actividades que permiten desarrollar habilidades de comunicación, liderazgo y trabajo en equipo.
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Es importante destacar que el voluntariado corporativo, se ha posicionado como un elemento que contribuye en la captación de talento en las organizaciones, ya que al igual que los clientes compran productos que benefician a la sociedad, las personas desean trabajar en organizaciones que ofrecen la posibilidad de desarrollar su carrera profesional y simultáneamente pertenecer a proyectos donde puedan prestar sus servicios en beneficio de otros.
“Quien ayuda a otro se está ayudando a sí mismo”
Actualmente en Venezuela, la RSE y el voluntariado corporativo, representan un desafío constante para las organizaciones, ya que existe una dinámica político-económica muy cambiante, lo que exige a las organizaciones atender de forma inmediata las necesidades de sus grupos de interés internos, siendo el principal capital de una organización y luego, destinar recursos y esfuerzos a las necesidades externas.
Otro de los grandes desafíos, es que la mayoría de las exigencias actuales de la comunidad, son competencia del Estado y se confunde el rol y responsabilidad que tiene la empresa en la resolución del problema. Sin embargo, estos desafíos también representan para las empresas una oportunidad de vincularse con las comunidades, desarrollando programas de voluntariado que sirvan para ser puente entre la empresa y la sociedad civil.
La mejor forma de hacerlo es a través de alianzas, con aquellas ONGS que tienen la experiencia y cercanía con las comunidades, a las que la empresa privada, a través del voluntariado corporativo, puede aportar conocimientos técnicos, recursos económicos y lo más importante talento humano para la ejecución de proyectos que generen soluciones a las comunidades. Este tipo de alianzas generan un triple impacto, empresa, ONGS y colaboradores; agregando valor a cada una de ellas, la empresa mejora la imagen pública, las ONGS tienen mayores recursos y amplían su alcance y finalmente en los colaboradores aumenta la motivación al sentir que en medio de las dificultades se está haciendo algo útil.
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Tomando en cuenta estos beneficios, las empresas nacionales que en medio de la crisis asuman el reto de crear programas de RSE y fomentar el voluntariado corporativo, están también desarrollando una ventaja competitiva, apuntando así a las necesidades de un mundo globalizado cada vez más demandante y con generaciones socialmente responsables.
Fuente: Este artículo fue escrito por Ana Patricia Láng para ser publicado en #EmpresasResponsablesRD. Las fotos fueron facilitadas por la aplicación gratuita Pixabay.
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