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Ciudad Viva o Leyendas Urbanas

Trust
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Trust (Foto: Virginia Roca Pezzotti)

La confianza en el amor y la vida: Trust

Por Virginia Roca Pezzotti
Le enseñé, entonces, la foto que ella misma tomó al llegar a la veterinaria y le dije ves esa gran sonrisa que te da en gratitud por salvarlo, no merece ahora la condena de una inyección letal. El merece el chance de vivir.
Hace unos días Alexandra González Roca, mi hija, pasó por una arteria principal de la ciudad de Santo Domingo, y vio en la cuneta a un perro que dio por muerto pues estaba completamente inmóvil. Varias horas después pasó por el mismo lugar y miró a ver si el perrito estaba aún allí, pues en las horas que habían pasado, la imagen del perrito tirado había permanecido en su mente y en su corazón.

Para su sorpresa le pareció captar un movimiento leve en su cabeza. Se paró unos metros más adelante, con el corazón galopante, porque sabia y sentía que había que rescatarlo, pero ¿cómo hacerlo?, ¿cómo moverlo? sin hacerle más daño, llamó a una persona conocida en las redes por el rescate de animales para que le sugiriera que hacer y sobre todo como movilizarlo.

Luego de varias llamadas sin mayor resultado, llamo al veterinario de nuestras perritas Luna y Brownie, ambos rescatados, y el doctor como siempre atendió la llamada y le dio las instrucciones pertinentes y adecuadas.

Alexandra buscó personal auxiliar de la veterinaria, por orden del Doctor, que ayudaron a movilizar al perrito hasta el centro veterinario. Al realizar todos los estudios se encontró que Trust (nombre que Alexandra le puso posteriormente) tenía la columna rota en dos y doblada en un arco, su médula había sufrido, lo que hacía muy probable no volviera a caminar. Alexandra como responsable ahora de ese pequeño ser, que había sido atropellado por un vehículo y dejado a su suerte en la calle, debía tomar una decisión que se resumían en dos opciones: realizar una cirugía o ponerlo a dormir.

La realización de la cirugía de la columna no aseguraba que sobreviviera, tampoco implicaba que le devolvería sus movimientos, pero sí que eliminaría el dolor atroz que Trust sufría a causa de la rotura, y en el mejor de los casos y siguiendo diferentes tipos de terapias podría llegar a valerse por sí mismo.

Luego de una larga jornada llena de emociones muchas contradictorias, Alexandra Virginia llega en la noche muy preocupada, había tenido un día extenuante, porque además partía a Europa a estudiar en una semana.

Ella me enseña la foto de Trust, (Confía es el significado de su nombre en español) y lo que veo en la imagen es un perro con una sonrisa de gratitud la más hermosa que he visto, a pesar de su dolor y de que podía llevar horas o días tirado en una cuneta, con la columna doblada y sin comer ni beber nada. Alexandra había llamado a todos sus amigos y conocidos y a los referidos que estos les hacían para ver quien le daba seguimiento o lo adoptaba porque ella en poco tiempo no estaría, nadie estaba en la posibilidad de adoptarlo, y la mayoría de las personas contactadas le pedían que lo pusiera a dormir.

Como dije, ella llegó a casa tarde en la noche y con el peso de su preocupación y toda la confusión e impotencia que traía encima se tiró en mi cama y allí me expresó sus dudas, sobre tomarse el derecho de ponerle a dormir o aceptar la responsabilidad en dedicación, en el costo en dinero que había que invertir al efectuarle la cirugía, y si como esperábamos sobreviviera a ella aceptar en no parar hasta conseguirle la adopción.

Le enseñé, entonces, la foto que ella misma tomó al llegar a la veterinaria y le dije ves esa gran sonrisa que te da en gratitud por salvarlo, no merece ahora la condena de una inyección letal. El merece el chance de vivir. Si fallece en la operación era su destino y se hizo todo cuanto había que hacer, si sobrevive a la operación se le darán los cuidados, terapias y encontrará un hogar que lo adopte.

Esa noche con alegría tomo la decisión que entiendo correcta y de paso le otorgo el nombre de Trust a este perrito que en tan pocas horas tanto nos estaba enseñando. Trust fue operado, sobrevivió, su rostro noble aun refleja amor y gratitud. Alexandra no ha parado un día de darle seguimiento mientras estuvo aquí y aun fuera del país sigue haciéndolo. Sus amigos tan valiosos, lo visitan, le llevan en turnos, yogourt y helado que le encanta, le dan mimos y compañía.

Hoy apareció el buen samaritano, el alma noble que adoptará a Trust. La Fe y la Confianza en que la muerte no era una elección posible ni válida, sino la vida, nos ha enseñado con Trust que el amor hace milagros, y que podemos extender nuestra confianza en los procesos donde se entrelazan la misericordia, la caridad, el amor, la confianza y la fe.

Hoy es un día feliz Trust tiene hogar y las paticas traseras guardan posibilidad de movimiento. El Doctor y la Veterinaria que lo acogieron, en silencio, hacen esta maravillosa labor de forma constante. Nuestra gratitud a ellos y a todos los que han estado apoyando de manera incondicional de que The TRUST/ La CONFIANZA, sea una realidad en el amor.
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