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Las Navidades y el Año Nuevo de los dominicanos
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Las Navidades y el Año Nuevo de los dominicanos

Por Diario Hispaniola
Se conserven, desaparezcan o se modifiquen las tradiciones, el hecho es que las Navidades y las festividades del Año Nuevo siguen teniendo ese toque mágico que acerca a las familias y a las personas. Es el deseo de Diario Hispaniola que las esperanzas y aspiraciones que anidan los dominicanos y dominicanas alcancen altos niveles de concreción en un 2018 de muchos logros y realizaciones.
Navidad
Navidad

Desde que comienzan a sentirse las suaves brisas de fin de año los dominicanos se entusiasman. El aire fresco anuncia que se acercan los días de Navidad. Todos saben que se aproximan días propicios para el encuentro y el compartir.

Las estaciones radiales incluyen en su programación villancicos y canciones navideñas. Los establecimientos comerciales se engalanan y los ayuntamientos ponen a brillar calles y espacios públicos.

Los encuentros familiares, de amigos, de compañeros de trabajo, en las iglesias son, sin lugar a lugar, el aspecto esencial de las Navidades. Los dominicanos ausentes se hacen presente, muchos de los que viven en la capital aprovechan para ir a visitar familiares y amigos en los pueblos y campos de origen. El compartir es la regla.

Las formas de compartir son diversas. Desde los primeros días de diciembre, instituciones públicas y empresas realizan fiestas para empleados y familiares. Bailes, rifas, angelitos, almuerzos, cenas, matizados por el intercambio de afectos y regalos se ponen a la orden del día. El asunto es festejar.

La Nochebuena se celebra con los familiares más cercanos. La cena expresará las diferencias sociales. En algunos hogares se servirán verdaderos banquetes, se degustarán los más exóticos manjares, acompañados de vinos de las más selectas añadas. En otros el compartir será casi frugal, algunos -con pesar- no podrán probar bocado.

El deseo de la mayoría será poder disfrutar del cerdo asado en puya o, en su lugar, de la pierna de cerdo horneada, el pavo o el pollo, acompañados de moro de guandules, ensalada rusa, teleras y casabe. Los pasteles en hoja, las manazas y las uvas, los lerenes y las semillas de buen pan, las golosinas y coquitos serán bienvenidos en la mesa.

Algunos mantendrán viva la tradición de los aguinaldos, recordando la buena nueva del nacimiento de Jesús a ritmo de güira, tambora y acordeón. Los católicos practicantes irán a la “Misa del Gallo o de los Pastores”.

Tradicionalmente, en algunos lugares del país, como Puerto Plata, el Niño Jesús se hacía presente en los hogares trayendo sus regalos a los niños de la casa. Esta tarea ha empezado a cumplirla Santa Claus en Santo Domingo y otras ciudades del país, bajo el influjo de nuevas costumbres venidas desde los Estados Unidos. Sin embargo, sigue siendo dominante la tendencia de que los regalos principales los traen los Santos Reyes, el 6 de enero. Por eso, hay niños que les siguen guardando yerba a sus camellos para que no dejen de pasar por sus casas.

Al llegar la medianoche del 31 de diciembre y sonar el cañonazo, que indica la llegada del nuevo año, todos se confunden en un abrazo de alegría, celebrando la despedida del año viejo y la llegada del nuevo.

Hasta hace relativamente poco tiempo se acostumbraba aprovechar la llegada del nuevo año con algunas prácticas simbólicas. Se tiraban ropas y útiles viejos y se lavaban con esmero la casa y los pisos. Las escobas viejas eran botadas y colocadas en las esquinas de las casas. Se usaba también la ocasión para limpiar los armarios y guardarropas, deshacerse de las ropas viejas y sustituirlas por nuevas. También se decía que traía buena suerte pintar la casa. Muchas de estas costumbres siguen presentes y muchas personas las perpetúan. Entres las costumbres que han caído en desuso estaba la de vestir a las niñas de amarillo en el primer día del año.

Se conserven, desaparezcan o se modifiquen las tradiciones, el hecho es que las Navidades y las festividades del Año Nuevo siguen teniendo ese toque mágico que acerca a las familias y a las personas. Los propósitos de renovación, personal y colectiva, toman cuerpo y llegamos al nuevo año cargados de esperanzas. Es el deseo de Diario Hispaniola que las esperanzas y aspiraciones que anidan los dominicanos y dominicanas alcancen altos niveles de concreción en un 2018 de muchos logros y realizaciones.
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