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RD: Economía y Educación

Por Antonio Sánchez Hernández
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martes 10 de octubre de 2017, 23:16h
Existen tres grandes períodos económicos y educativos en nuestra historia, relacionados entre sí. 1) El período colonial, desde 1492 a 1844. 2) El primer período republicano, de 1844-1966. 3) El período republicano actual, de democracia de palabra (1966-2017), que por herencia histórica ha llenado parte del siglo XXI.

Período colonial: 1492-1844, economía y educación.

Durante el período colonial la economía se comportó de la siguiente forma:

1492 hasta 1514, una economía con claro dominio de la producción y exportación de oro.

De 1514 a 1606, se abandona la producción de oro, por la muerte de la población indígena y los esclavos africanos se dedican a la producción y exportación de caña en trapiches, cañafístula y cueros en norte de la isla.

De 1606 a 1700 la economía estuvo dominada por una agricultura de autosuficiencia, de autoconsumo.

De 1700 a 1800 lo fundamental fue la producción y exportación ganadera en la parte norte y de maderas en la parte sur. A partir de 1700 la mayoría de la población es mulata.

De 1800 a 1844 la economía descansó en una agricultura de subsistencia.

Desde 1844 hasta el fin del pasado siglo X1X, donde lo esencial es la producción de tabaco y de maderas. Se empieza a sembrar café y cacao para la exportación.

De 1900 a 1970 se forma un sector agroindustrial basado en los productos tradicionales de exportación, fundamentalmente en el azúcar.

De 1970 hasta nuestros días en el 2017, se crea un pujante sector de servicios: turismo, zonas francas, telecomunicaciones, sector financiero y remesas, además del sector de la construcción, que dirigen la economía. Los sectores de bienes agropecuarios e industriales pierden momentáneamente su vigencia, pero no su relativa importancia. El sector terciario desde entonces ocupa el primer lugar en términos de importancia.

Educación en el período colonial (1492-1844)

La educación durante el período colonial no tenía vinculación directa con la economía, ya que no debía producir recursos humanos para ella, salvo algunas profesiones como la abogacía, medicina e ingeniería. La profesión que tenía más vinculación con este período colonial era la abogacía, sobre todo hasta el siglo XIX. El hecho de que fuera una sociedad de terratenientes implicaba que necesitaban de los abogados. Los terratenientes siempre estaban en litigios por límites territoriales, los litigios por la propiedad de la tierra eran interminables. Además los abogados eran los políticos, los hombres preparados para manejar el Estado, es decir hombres que manejaban sus leyes, que interpretaban y dominaban el aparato político y burocrático, que organizaban sus recaudaciones.

La formación de médicos era indispensable, porque aunque la oligarquía podía ir a curarse una enfermedad seria a España, para una enfermedad pequeña necesitaba la atención del médico familiar y entonces era conveniente un médico local al cual recurrir.

La ingeniería también era necesaria sobre todo para la construcción de viviendas y de carreteras y caminos.

Formación de la República (1844-1966) Economía.

La formación de la República en 1844 no estabiliza la economía ni tampoco la educación. De 1844 a 1930 en República Dominicana no existen más que tres grandes familias de propietarios de la tierra: La familia Vicini, la familia Ricart y la familia Espaillat, además de unos cincuenta propietarios de tierras de menor importancia, surgidos del vientre del Estado o del capital extranjero. Más abajo, se encontraba la masa de campesinos miserables. No existía la clase media. La ausencia de una clase media se explica: las luchas incesantes entre los caudillos arruinaban la agricultura, recurso principal del país. Sólo de 1844 a 1916 sucedieron 56 cambios de gobiernos, uno cada trece meses promedio, además de centenares de montoneras fracasadas. Las cosechas se perdían mientras los hombres se mataban defendiendo a los caudillos. No existían excedentes económicos y cuando lo habían eran invariablemente confiscados por uno o por otro jefe rebelde que todos los años se levantaban en las provincias. La intervención norteamericana de 1916-1924 modificó esta situación. Se fusilaron sin piedad los factores de rebeldía y se desarmó la población. Se construyeron los tres grandes ejes viales que unieron desde entonces las tres regiones económicas del país. Y se organizaron las aduanas.

Con la paz establecida, los recursos agrícolas del país aumentaron y fueron puestos en manos de la dictadura de Trujillo, heredero directo de esta paz de los cementerios. La producción agrícola se incrementó notablemente, al igual que la agroindustria de exportación. Una clase comercial y profesional nacería en el país; la población dominicana se triplicó durante los 31 años de la dictadura trujillista. Se crearon los primeros cimientos de la industria dominicana. Fue un período de expansión económica y educativa y de pérdida total de las libertades públicas e individuales, lo cual era ya tradición caudillista.

En 1905 lo exportado por habitante fue de 13.2 dólares por habitante. En 1954 era ya de 49.6 dólares por habitante. La producción exportada creció casi en cuatro veces, basada en un proceso sustitutivo de importaciones que consolida el sector agroexportador.

Cambios educativos.

A este proceso sustitutivo de importaciones corresponden cambios sustanciales en la educación. El modelo educativo se aparta definitivamente del pasado colonial español y obtiene un esplendor y un rigor hasta entonces desconocido: en 1936 sólo el 20% de la población era alfabetizada; en 1950 esta cifra aumentó hasta un 43% y en 1956 ya el 60% de la población era alfabetizada. Hasta 1953 el país conoció las valiosas metodologías y los productos educativos hostosianos, que unían teoría y práctica en los ciclos primarios, hasta el octavo grado, abolidas sin sentido desde entonces.

De 1883 a 1930, en la Universidad de Santo Domingo, se expidieron 1,003 títulos universitarios desglosados de la forma siguiente: 447 titulados en la Facultad de Derecho, 212 títulos en la Facultad de Medicina, 136 títulos en Farmacia, 95 en Cirugía Dental y 114 en Ciencias Exactas. En todo el período trujillista se triplicó el número de graduados universitarios y sólo en la Facultad de Ciencias Médicas se graduaron 1,000 médicos en los primeros 24 años de la dictadura de Trujillo. En 1962 la matrícula de la Universidad de Santo Domingo era apenas de 3 mil estudiantes que era entonces la única universidad en el país. A partir de 1962 entonces surgen las universidades privadas.

Economía (1966-2017)

Desde la muerte de Trujillo en 1961 hasta hoy en el 2017 la economía dominicana se une cada vez más al mercado mundial y el empresariado privado dominicano se asocia definitivamente con el capital internacional. Asesorados por las teorías de la CEPAL, y otros organismos internacionales en R.D, desde entonces coexisten dos mercados: uno interno, heredado del período sustitutivo de importaciones de la época trujillista, que fueron estatizados, entonces de débil expansión. Y otro de servicios, de 1970 en adelante, basado en el turismo, las zonas francas, las telecomunicaciones, el sector financiero, la industria de la construcción y las remesas de dominicanos ausentes, estrechamente ligados con el mercado mundial. Ambos mercados se han complementado e integrado paulatinamente desde 1970, y lo harían aún con más fuerza todavía en un mundo de apertura e integración, de 1990 al 2017.

Educación (1966-2017)

En 1962 sólo existía una universidad en R.D.: la Universidad de Santo Domingo con apenas 3 mil estudiantes.

Hasta 2017 la educación universitaria se ha ampliado de manera vertiginosa: Tenemos ahora en 2017, 40 universidades,(públicas y privadas), institutos especializados de estudios superiores y de técnicos medios, con una matrícula de total de 505,936 estudiantes inscritos, básicamente en las 40 universidades (97%), donde el 64 por ciento son mujeres y el 36 por ciento son varones.

El 60% de los estudiantes universitarios inscritos están en universidades privadas y 40% en universidades públicas.

Tenemos ahora más de dos millones y medio de estudiantes primarios y secundarios. Tenemos un 90% de alfabetos, con un promedio de un quinto grado para los hombres y un sexto grado para las mujeres.

Contamos con un plan decenal para la educación, ahora con una visión moderna de tanda extendida, porque precisamos llevar la totalidad de la población hasta el bachillerato, hasta el álgebra, como mínimo. Entonces estaremos en condiciones educativas de integrarnos a un mundo tripolar, competitivo, globalizado, donde las industrias líderes son y serán durante todo el siglo XXI: la microelectrónica, la biotecnología, la aviación civil, las industrias de materiales nuevos, las telecomunicaciones, los robots más las máquinas herramientas, las computadoras más el software y el turismo.

Todas son industrias del primer mundo que dependen de la capacidad cerebral, educativa. En lo que resta del siglo XXI la ventaja comparativa será la creación humana. Todas esas industrias podrán instalarse en cualquier parte del planeta. Parte de ellas ya se han instalado en la República Dominicana. Las otras esperan su turno.
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