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Mi suegra y yo.
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Mi suegra y yo. (Foto: Fuente externa)

Los 12 filmes dominicanos en 2016, hablan de avances y revisión integral

Por José Rafael Sosa
sábado 31 de diciembre de 2016, 17:17h
El año fílmico dominicano se despide, dejando tras si una docena de títulos que pasan ahora a la historia reciente de la industria, aportando una enseñanza indudable: hay que seguir aprendiendo, asimilando experiencias, reforzando, sobre todo, los conceptos de los que se parte, mediante guiones completos, coherentes, impredecibles y cargados de belleza, sorpresa y valores humanos estimulantes.
Santo Domingo.- El balance en general es positivo, y los retruécanos que se siguen observando, en realidad son la referencia que apunta la necesidad de madurar, de crecer en calidad y en entender que los procesos del cine, en ninguna parte del mundo, han sido meteóricos.

Se tiene, hasta ahora, el cine que se ha podido tener. Un cine que, mejor planteado desde el guión, pudo haber supuesto avances extraordinarios, alcanzables si se escuchan las voces que lo reclaman. Cinematográficamente el país tiene un año cargado de experiencias.

Veamos:
La primera entrega, tal cual es tradición fue el 21 de enero con la comedia Mi Suegra y Yo de Roberto Ángel Salcedo y Miranda Films, en alianza con Producciones Coral que, como es costumbre, alcanzó buen nivel de ventas, a partir de un concepto de humor previsible y a los que sigue faltando el criterio del humor cinematográfico que supere el parlamentarismo y el localismo.

A orillas del mar, un drama social de Bladimir Abud que se anotó el primer filme de autor del año, no exitoso en taquilla pero memorable por sus hermosas tomas del ambiente marino de Samaná y la desoladora opresión de la pobreza urbana, como universo que contiene tragedias innombrables. Fue selección oficial del Festival de Cine Internacional de Mar Del Plata.

En febrero 25, Francisco Disla, con el que el cine dominicano guardia impagable deuda por facilitar soporte a sus colegas sin equipos, nos ofreció una comedia que se destacó por reafirmar su estilo creativo, unos créditos iniciales de antología visual y por el empeño de internacionalización con Dos policías en apuros. Un policial y de acción con una tonalidad bien impregnada de humor. Le fue muy bien en taquilla y trilló el camino para irrumpir en otros mercados latinoamericanos.

El 31 de marzo vimos Girasol, drama biográfico, dirigido por Dilia Pacheco Méndez, con una de las mejores reconstrucciones de la Era de Trujillo, pero un proyecto que parece le quedó grande a una artista destacada hasta ese momento en la dirección de arte.

En junio 12, llegó uno de los referentes fílmicos del año: La Familia Reina, drama familiar, dirigido por el uasdiano Tito Rodríguez, en un proyecto que inspira esperanzas de que un tema local y rural dominicano, puede llegar a muchos públicos de otras latitudes. Fuente: http://joserafaelsosa.com/


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