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Alfred Sauvy
Alfred Sauvy (Foto: De photo©ErlingMandelmann.ch, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=11471478)

Tercer mundo: Expresión hoy “mal parada” pero siempre de pie

Por Rosalinda Alfau Ascuasiati
sábado 10 de septiembre de 2016, 11:55h
La expresión “Tercer mundo” nació a mitad del siglo XX, exactamente en 1952 cuando Alfred Sauvy, economista francés, la utilizó en sus análisis de la situación de posguerra. Se emplea mucho aún, pero no es del todo bien vista, y posiblemente, alguna otra más agraciada podría reemplazarla algún día, quizás antes del fin de este siglo XXI.


La situación analizada por Sauvy se caracterizaba por la existencia de dos grupos de países en que cada uno, con modelo de gobierno diferente, trataba de imponer el suyo al resto de naciones en el mundo. Por un lado, las potencias occidentales, y por el otro, los países comunistas, se hacían la “guerra” mutuamente sin tomar acciones directas contra el grupo antagonista, por lo que este conflicto se conoce con el nombre de Guerra Fría.

Para su análisis, Sauvy consideró a los países en tres unidades o bloques. El primer bloque lo constituían los Estados Unidos, Europa occidental, Japón, Canadá, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda y sus aliados; el segundo, la Unión Soviética, Europa oriental, China; y el tercero, los demás países y cuya característica principal era la carencia en comparación con la abundancia existente en los países poderosos de los dos primeros bloques.

Más que tres unidades, el analista francés identificó tres “mundos” diferentes en la economía mundial y llamó al último de ellos, “Tercer Mundo”. Pero el segundo bloque, el bloque soviético, fue decimándose en un proceso que comenzó en 1985 al iniciarse la Perestroika, prosiguió con la caída del muro de Berlín en 1989, y acabó en 1991, con el golpe de Estado en la URSS. Asimismo, la composición de los conjuntos fue modificándose, porque países como Taiwán, Corea del Sur y los países petrolíferos de Oriente Medio, dejaron de pertenecer al “Tercer Mundo”, para convertirse en nuevos países industrializados.



Muro de Berlín 1961 - 1989


Este uso del enunciado “Tercer Mundo”, ligado al estudio de una realidad precisa, aparecía desde entonces impropio, ya que el «segundo mundo», el bloque socialista, había desaparecido. Sin embargo, la expresión le había sido inspirada a Sauvy por la de “Tercer Estado”, que en la sociedad feudal del Antiguo Régimen (sistema de gobierno abolido por la Revolución francesa) y de Europa, designaba a la población carente de privilegios jurídicos y económicos, aquellos que conformaban el pueblo, la gente común, la plebe.

En este sentido, “Tercer Mundo” conservaba cierta validez con respecto a su acepción de origen, y es como hoy en día sigue utilizándose la expresión, cuyo uso tan generalizado ha sido incluso admitido por la Real Academia Española que la define como el conjunto de países menos desarrollados, económica y socialmente.

El término resalta la carestía y “atraso” existente en países, por comparación con la situación prevaleciente en las grandes potencias occidentales. Los países del “Tercer mundo” son aquellos que en base a índices comparativos con respecto al de esas potencias industrializadas, muestran un bajo nivel de desarrollo económico-social. Esos índices permiten establecer que en esos países existe el analfabetismo, el hambre, carencias hospitalarias y de salud pública, precariedad en término de vivienda y servicios sanitarios, escasa expectativa de vida, etc.

Pero las naciones del “Tercer Mundo” produjeron también sus teorías económicas y aprendieron a expresarse. El enunciado “Tercer Mundo” asimilaba los países así designados a la plebe de otra época, y resultó que ésta y otras expresiones, con connotaciones negativas tales como “subdesarrollo”, no eran pertinentes en un escenario mundial en que se hacía necesario la plática entre naciones, las cuales no se repartían en tres bloques distintos, sino que constituían las partes de un todo en que dependían unas de otras.

Dado que el “Tercer Mundo” congrega a la mayoría de las naciones independientes y representa la mayor parte de la población mundial, al conjunto de estos países, bien hubiera podido llamársele “Primer Mundo”. Sin embargo, “Primer Mundo”, “Segundo Mundo”, “Tercer Mundo” son expresiones que contienen siempre la idea de que los unos son mejores o peores que los otros.

En consecuencia, en este siglo XXI, en Naciones Unidas y otras instancias internacionales, se evita el uso de la expresión “Tercer Mundo” con el propósito de facilitar el diálogo entre las naciones que, en las mesas de discusión, necesitan entenderse entre sí, y firmar acuerdos sobre asuntos cruciales para todas ellas por igual.


Sala de la Asamblea General de Naciones Unidas
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