Una carta abierta (en inglés) firmada por 109 ganadores del Premio Nobel, que representa un tercio de los científicos galardonados vivos, hace un llamado a los gobiernos de todo el mundo a aprobar los organismos genéticamente modificados (OGM) y exhorta a los opositores ambientalistas a dejar de resistirse a las innovaciones biotecnológicas.
“¿Cuánta gente pobre del mundo debe morir antes que nosotros lo consideremos como ‘un crimen contra la humanidad’?”, dicen en la carta al afirmar que los cultivos genéticamente modificados son seguros para comer y ofrecen el potencial de salvar millones de vidas.
Los galardonados lanzaron una campaña en apoyo a las técnicas modernas para el cultivo de plantas.
“Las agencias científicas y de reglamentación de todo el mundo han encontrado en repetidas ocasiones y de manera consistente que la mejora biotecnológica en las cosechas y los alimentos son tan seguras, e incluso más seguras, que aquellas derivadas de cualquier otro método de producción”, afirman los científicos.
Un informe reciente (en inglés) de la Academia Nacional de Ciencias determinó que nunca se ha demostrado que estas cosechas fueran la causa deenfermedades humanas o de daño al medio ambiente. Las semillas modificadas ya se usan en una octava parte de la tierra agrícola del mundo para cultivar soya, algodón, maíz y otros cultivos.
Los galardonados acusan a los adversarios de resistirse para detener la introducción del arroz “dorado” enriquecido con vitamina A en Filipinas y en otros lugares. Ello perjudica en su mayoría a la gente pobre del sudeste asiático y de África.
La Organización Mundial de la Salud calcula que 250 millones de personas padecen deficiencias por la falta de vitamina A, con los bebés y niños en mayor riesgo de muerte o ceguera. De acuerdo con UNICEF , se pueden evitar la muerte de uno a dos millones de personas al año si las familias pobres agregaran la vitamina A en su dieta.
Randy Schekman, un biólogo celular de la Universidad de California en Berkeley que en 2013 ganó el Premio Nobel de Medicina, dijo al diario The Washington Post (en inglés), “me parece sorprendente que grupos que han apoyado mucho la ciencia cuando se trata del cambio climático mundial, puedan tener tanta indiferencia a las perspectivas generales de los científicos” sobre la biotecnología en la agricultura.
Casi todas las semillas usadas por los agricultores han sido modificadas por medio del cultivo convencional de plantas para producir cosechas más abundantes y resistentes a los insectos. Los galardonados señalan que hoy día los agricultores deben ser tener la libertad de usar “todas las herramientas de la biología moderna, en especial las semillas mejoradas con la biotecnología”.