Destino Sevilla, un recorrido sensato por la ciudad en Feria

Girando a la derecha nos encontramos con la Maestranza, una de las plazas de toros más antiguas, curiosísima y muy bonita, con sus colores blanco y albero. Enfrente, la Torre del Oro, del siglo XIII, que es donde se embarcaba la plata y el oro con destino a Venecia. Una fortificación.

La Catedral que es la más grande almohade. Con estilo gótico y renacentista, donde hay que hacer una visita obligada al cuadro de Goya, que fue encargado, de Santa Justina y Santa Rufina. Y luego el patio de los naranjos.

La Giralda, también almohade, se puede ver desde todos los puntos de la ciudad. Tiene 36 tramos hacia arriba y hay que ir bien preparado para subirla.

Todo convive en Sevilla. Frente a la Catedral tenemos la Plaza del Cabildo que es contemporánea. Y el barrio de Santa Cruz, que hay que callejearlo y detenerse en sus once plazas. De las que destacan tres: la de Doña Elvira, la de Santa Cruz y la de los Venerables. Con el callejón del agua desde el que se sale al Parque de María Luisa.

Con un espacio insólito como la Plaza de España que era el centro neurálgico en la Exposición Universal del 39. Y en cuanto a comida, muchas cosas.

Los soldaditos de Pavía, de bacalao rebozado, el cocido andaluz, cazón adobado, los serranitos, pescaito, el menudo que es más suave que nuestros callos, el cazón adobado y los huevos a la flamenca. De postre las yemas de San Leandro y para beber, fino, manzanilla y el rebujito”
Fuente: Madrid Diario