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Danilo Medina mientras se dirigia a los miembros de la cámara.
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Danilo Medina mientras se dirigia a los miembros de la cámara.

Danilo Medina ante la Cámara Americana de Comercio de la RD (AMCHAMDR)

Por Redacción Diario Hispaniola
jueves 31 de marzo de 2016, 09:53h
Danilo Medina en su discurso ante La AMCHAMDR agradeció la oportunidad de dirigirse a los miembros de la cámara.
Sr. Gustavo Tavares,
Presidente de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR);

Honorable Dra. Margarita Cedeño de Fernández,
Vicepresidenta de la República;

Sr. Ricardo Pérez,
Secretario Ejecutivo del Consejo de Directores de la Cámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR);

Sr. Rafael Blanco,
Presidente del CONEP;

Señores Miembros del Consejo de Directores de la Cámara Americana de Comercio,

Señoras y Señores Empresarios;

Señores Ministros;

Señores Funcionarios del Gobierno;

Distinguidos Invitados Especiales;

Señores Miembros de la prensa;

Señoras y señores,

Agradezco profundamente la oportunidad que me ofrecen de conversar nueva vez la membresía de esta cámara.

Muchos de ustedes estuvieron presentes cuando hablé en este mismo foro el pasado 9 de diciembre.

En esa ocasión pude exponerles cual era la visión de país que había guiado nuestra acción de gobierno durante los últimos cuatro años.

Esa visión es la que ha hecho posible que nuestro país combine un crecimiento vigoroso de nuestra economía con la mayor ampliación de derechos sociales en nuestra historia reciente.

Esa visión es la que nos ha permitido sacar a cientos de miles de personas de la pobreza.

Al tiempo que nos permitió crear el clima de estabilidad económica, social y política en el cual los sectores productivos que ustedes representan, pueden desarrollar todo su potencial y ampliar sus horizontes.

Esta es la visión que se ha ganado el apoyo de la grandísima mayoría de nuestro pueblo y de las fuerzas políticas, sociales y económicas que lo representan.

Hoy, sin embargo, no vengo a hablarles del camino recorrido.

Vengo a hablarles del futuro.

En estos cuatro años hemos logrado una gran alianza en torno a nuestro programa transformación social y económica.

Pero ahora ha llegado el momento de ampliar esta alianza y llevarla aún más lejos.

En estos cuatro años hemos logrado alcanzar nuestras metas de creación de empleo, de creación de riqueza, y de ampliación de oportunidades.

Pero ahora ha llegado el momento de trazarnos nuevas metas, cada vez más ambiciosas.

En estos cuatro años hemos avanzado notablemente en la modernización del país, en la calidad de los servicios públicos y en la transparencia.

Pero ha llegado el momento de consolidar todo lo logrado y de pisar el acelerador, para que nuestro camino hacia el progreso sea imparable.

Ha llegado el momento de renovar y profundizar nuestro compromiso con el país, de trazar nuestra hoja de ruta para el futuro.

Y lo hacemos, una vez más, pensando en el mediano y largo plazo, en el s que construimos para la siguientes generaciones.

Lo hacemos, como siempre, escuchando, en todo momento, el sentir del pueblo dominicano.

Porque nosotros vivimos en permanente contacto con nuestra gente.

¿Y es lo qué escuchamos la gente?

Nos dicen que los dominicanos aspiramos hoy, más que nunca, a vivir en una sociedad más próspera y con menos desigualdad.

Y digo más que nunca, porque al fin hemos empezado a comprobar que esta es una meta alcanzable.

Queremos que la economía, cada vez más, esté al servicio de las personas y que genere más puestos de trabajo dignos.

Queremos una sociedad con mejor calidad de vida y con mayor seguridad ciudadana.

Y, lo más importante, sabemos que todo esto es posible.

Porque estamos avanzando en estos objetivos día tras día, trabajando juntos, el gobierno, los sectores productivos y la sociedad civil.

Estamos en el rumbo correcto, confiados y esperanzados.

Porque ahora sabemos que no hay proyecto demasiado grande, que no hay sueño que nos esté vedado.

Sin embargo, señoras y señores, no he venido hoy a hablarles de sueños.

He venido a hablarles de cómo vamos a seguir haciéndolos realidad. Con medidas concretas.

Sabemos que, en los próximos años, la República Dominicana deberá mejorar como nunca su productividad y su competitividad.

El reto principal será lograr esto en un contexto latinoamericano en el que crecer y avanzar será la excepción y no la norma.

Para navegar en aguas revueltas, el país necesitará de un gobierno con experiencia probada, con técnicos cualificados y con un amplio apoyo social.

Por eso, en los últimos meses hemos reforzado nuestra gran alianza nacional, nuestro vínculo de confianza con todo el pueblo dominicano.

Hemos agrupado a gente procedente de todos los sectores, incluso a sectores tradicionalmente enfrentados entre sí, en torno a una visión común de paz, de estabilidad y de progreso.

Hemos buscado a todos aquellos que están dispuestos a aportar su talento a este proyecto de progreso y los hemos invitado a formar un gobierno de unidad nacional.

¿Y cuáles serán las bases de este nuevo gobierno de unidad nacional?

Pues bien, en primer lugar, la estabilidad económica y financiera.

Sobre ese pilar daremos un estímulo renovado a todos y cada uno de los sectores productivos, en permanente diálogo con todos ellos, desde las grandes cadenas hoteleras hasta los más pequeños emprendimientos.

Nuestro segundo pilar será, como les decía antes, pisar el acelerador de la modernización del país.

Eso incluye la estabilidad del suministro eléctrico y la puesta a punto de nuestras infraestructuras en sectores clave, por supuesto en el marco de inversiones públicas eficientes y transparentes.

Y el tercer pilar será lograr la estabilidad más ansiada por nuestra gente: la de la tranquilidad en las calles gracias a un relanzamiento de nuestra estrategia de seguridad ciudadana.

Es importante resaltar que estamos planificando nuestras acciones de acuerdo a estimaciones responsables de inversión.

Nos planteamos metas ambiciosas, pero realistas, que no ponen en peligro la estabilidad macroeconómica del país.

Les digo esto porque en época electoral y especialmente cuando un candidato carece de experiencia y desconoce el Estado, es común escuchar promesas que quizá suenen interesantes, pero que o bien son imposibles de cumplir o, peor aún, son capaces de hacer quebrar la economía nacional.

Nuestro país ya sufrió esa situación en el pasado y estoy seguro de que no quiere repetir la experiencia, por eso, repito, estamos actuando con la mayor responsabilidad en nuestra planificación, al igual que lo hemos hecho durante toda nuestra gestión.

Esto que les voy a plantear hoy es, por supuesto, solo un adelanto de nuestro Plan de Gobierno, que comprende otros muchos aspectos.

Pero sin duda sintetiza las bases fundamentales de seguridad y estabilidad sobre las cuales sustentaré el que confío será mi segundo y último periodo de Gobierno.

Veamos entonces, con más detalle, con que medidas concretas, sustentaremos estos pilares.

En primer lugar, necesitamos seguir creciendo.

Necesitamos seguir a este ritmo de crecimiento superior al 5% anual.

Y combinarlo, como venimos haciendo, con una baja inflación y con relativa estabilidad cambiaria.

Si queremos continuar abriendo oportunidades a nuestro pueblo, es preciso que la estabilidad macroeconómica actual se consolide en el mediano y largo plazo.

Y eso no se logra improvisando.

Se logra con experiencia y trabajo serio.

Como el que hemos realizado durante estos casi 4 años.

Pero además, vamos a poner en marcha nuevas medidas, para robustecer aún más nuestra economía.

La primera de ellas será la modificación de la Ley Monetaria y Financiera 183-02, para que el Banco Central pueda hacer frente a posibles turbulencias, tal como están haciendo otros bancos centrales de economías avanzadas y emergentes.

Impulsaremos la modernización de la Ley 19-00 sobre el Mercado de Valores, de forma que brinde mayor protección a los inversionistas, mejore la transparencia de los intermediarios de valores y facilite a las pymes el acceso al crédito en dicho mercado.

Buscaremos también el consenso para modificar la Ley 189-11 sobre Mercado Hipotecario y Fideicomiso, mejorando su regulación al unificarlos en un solo organismo y permitiendo un mayor financiamiento con la emisión de instrumentos de deuda.

Promoveremos las Ley sobre Cooperativas de Ahorro y Crédito, la Ley de Sociedades de Garantías Recíprocas y la de Garantías Mobiliarias, a fin de hacer más eficiente, diverso y transparente el ecosistema de crédito dominicano.

Y, para que este ecosistema sea accesible al conjunto de los dominicanos y dominicanas, ampliaremos la educación e inclusión financiera, con miras a aumentar la bancarización y el acceso a servicios financieros.

Crearemos también un fondo nacional de financiamiento a la vivienda, a los fines de promover el ahorro nacional y facilitar el financiamiento de alquiler y compra de viviendas para familias de escasos recursos.

Con miras al escenario global, cumpliremos con las nuevas recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) dirigidas a combatir el lavado de activos, el financiamiento del terrorismo y la eliminación de cualquier amenaza contra la estabilidad e integridad del sistema financiero dominicano y mundial.

En materia fiscal, vamos a saldar una cuenta que es legítimo admitir que aún está pendiente, me refiero a la convocatoria del Pacto Fiscal, que será una prioridad en nuestro segundo mandato.

Sin embargo, quiero adelantarles también que no vamos a esperar hasta que dicho pacto esté firmado para tomar medidas que aseguren la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Por otra parte, haremos una revisión integral de las exenciones fiscales, en el marco del Pacto Fiscal, para reenfocar las mismas hacia las actividades más productivas, evitando la competencia desleal y fortaleciendo el conjunto de nuestra productividad-país.

Amigas y amigos empresarios,

Como ya apunté, continuar la estabilidad macroeconómica no es un fin en sí mismo, sino el primer paso para extender esa estabilidad y esa prosperidad al pueblo dominicano, comenzando por nuestro aparato productivo y generador de empleo: la industria, el comercio, las empresas grandes, medianas y, por supuesto, las microempresas.

A todos ellos vamos a prestar una renovada atención, para que su dinamismo nos acerque a esa nueva meta que nos hemos trazado: la de crear otros 400,000 puestos de empleo entre 2016 y 2020.

Continuaremos nuestra colaboración con el sector industrial, con el que gracias a nuestras mesas de trabajo hemos avanzado como nunca antes.

Juntos, desarrollaremos una Zona de Actividad Logística Fronteriza, en Puerto Seco, donde el Estado aportará los terrenos y la construcción será ejecutada por el sector privado.

Este centro logístico incrementará las exportaciones hacia el mercado haitiano y El Caribe mediante la oferta de servicios logísticos que simplifiquen y hagan competitiva la comercialización de mercancías entre nuestros países.

Y con la colaboración de Proindustria, recuperaremos y llenaremos con empresas los parques de Zonas Francas que aún tengan capacidad para alojar nuevos negocios, porque estamos decididos a que recuperen su antigua pujanza y crezcan aún más!

En cuanto a las pymes, nuestro fructífero diálogo en la Iniciativa Mipymes, nos ha permitido diseñar una batería completa de medidas para ayudarlas a formalizarse, crecer y mejorar su productividad.

Integraremos a la Ventanilla Única de Formalización las 10 cámaras de comercio regionales que faltan.

Y reduciremos a tan sólo 5 días y RD$ 5,000 pesos el proceso de constitución de las PYMES, y a 2 días con un costo de RD$ 500 pesos la constitución de las Microempresas.

Además, expandiremos programas como Aprender para Emprender, la Red de Emprendimiento y Reto Emprendedor y así estimular y apoyar a decenas de miles de dominicanos y dominicanas para que conviertan sus ideas de negocio en realidades creadores de riqueza y empleo.

Señoras y señores,

Somos conscientes de que una condición indispensable para que los próximos sean años de progreso y estabilidad será contar con un suministro de energía eléctrica confiable, de calidad, eficiente y a un precio justo.

Por eso, vamos a poner todo nuestro empeño en continuar las acciones ya iniciadas durante el actual periodo de gobierno, así como otras nuevas.

Para lograrlo, contaremos con el marco inmejorable de los acuerdos consensuados en el proceso del Pacto Eléctrico.

A nivel organizativo, el principal cambio será que el Ministerio de Energía y Minas se convertirá en el órgano rector de todo el sistema eléctrico nacional.

Y, como tal, será quien trazará la ruta a seguir por cada operadora e institución autónoma.

Bajo su dirección, seguiremos modificando la composición de la matriz de generación a fin de reducir la dependencia de los hidrocarburos.

El próximo año, como saben, pondremos en marcha las plantas de carbón de Punta Catalina.

Pero también vamos a prestar cada vez más atención a las energías renovables y alternativas en la generación el eléctrica.

Paralelamente, promoveremos mecanismos de ahorro y eficiencia energética para las instituciones del Estado y crearemos un programa permanente de instalación de paneles solares en instituciones del sector público, incluyendo las escuelas y los hospitales.

También ampliaremos las facilidades fiscales y financieras para el uso de fuentes de energía renovables, incluyendo la aprobación de una ley que permita que las mipymes cuenten los paneles solares como garantías de crédito.

Así, además de compensar las fluctuaciones de los combustibles fósiles, contribuiremos a reducir la contaminación medioambiental y los efectos del cambio climático.

En cuanto a la distribución eléctrica, nuestro objetivo es reducir las pérdidas en un 3% anual, mediante la inversión de hasta 200 millones de dólares anuales en mejoras del sistema.

Se eliminarán también los subsidios indiscriminados y se aplicará la tarifa técnica de forma gradual, en un periodo de 3 años, abarcando a todas las distribuidoras y sistemas.

Paralelamente, implementaremos subsidios focalizados para los sectores más vulnerables, mediante la continuación de la aplicación de un bono luz basado en los resultados de los estudios realizados por el SIUBEN, para determinar los casos que ameriten el mismo.

Señores y señoras,

Como les decía al principio, estamos decididos a modernizar nuestro país definitivamente.

Por eso, al igual que vamos a mejorar y extender el servicio eléctrico al conjunto del país, en los siguientes cuatro años también vamos a terminar de vertebrar nuestras comunicaciones terrestres con un ambicioso plan de inversión en infraestructuras.

Entre los proyectos que componen este plan, hoy puedo adelantarles algunas de las obras más emblemáticas que planeamos llevar a cabo en los próximos 4 años.

Construiremos el Paso a Desnivel en la 27 de Febrero con Isabel Aguiar.

Los elevados de la Autopista Duarte con el Parque Industrial Duarte y con La Guayiga- Pedro Brand.

Los elevados de Charles de Gaulle con Invivienda, con Mendoza y con Sabana Perdida.

La Carretera Rancho Arriba- Nizao- Sabana Larga.

La Circunvalación Baní.

La Conclusión de las Circunvalaciones de Azua y de San Juan.

Terminaremos la Carretera Azua- Barahona y la de Navarrete- Puerto Plata, así como los tramos III y IV de la Circunvalación de Santo Domingo y el Tramo La Caleta- Boca Chica.

Construiremos igualmente la Circunvalación de Cabarete y rehabilitaremos y ampliaremos la carretera Puerto Plata- Sosua- Cabarette- Playa Grande.

Así como también la Circunvalación de San Francisco de Macorís.

Además, en los próximos cuatro años vamos a prestar especial atención a otra área fundamental no solo para el bienestar y la salud de la población, sino también para la atracción de inversiones.

Me refiero al manejo y suministro de los recursos hídricos.

Lo cierto es que este es un tema urgente, señoras y señores, y estamos decididos a enfrentarlo.

Actualmente, la fuerte presión hídrica a la que están sometidos casi todos los asentamientos humanos y las áreas agrícolas del país, prácticamente no garantiza la sostenibilidad de nuestra producción para los próximos 20 años.

Para alcanzar la seguridad hídrica, debemos tanto consumir menos agua como mejorar la producción y almacenamiento de este escaso recurso.

Y para lograr ese doble objetivo, pondremos en marcha, entre otras, las siguientes medidas:

- Impulso a proyectos de inversión, priorizando las alianzas público- privadas para la construcción de pequeñas presas y acueductos urbanos y rurales, que puedan garantizar el suministro de agua a los municipios y en especial a aquellos que poseen la menor riqueza hidrográfica.

- Optimizar las fuentes suplidoras y de almacenamiento de agua de presas, ríos y canales, embalses, terraplenes y lagunas, incluyendo la tecnología apropiada para el aprovechamiento del agua de lluvia.

- Impulsar mecanismos de racionalización en la distribución y uso del agua para consumo doméstico, industrial y de riego, incluyendo las inversiones necesarias para reducir las pérdidas de agua, la rehabilitación de canales subutilizados de riego y la implementación de sistemas de riego más eficientes.

Además, en los próximos cuatro años impulsaremos la construcción de acueductos y alcantarillado sanitario en los municipios, de manera que, junto al suministro de agua potable se garantice también el tratamiento de las aguas servidas, considerando criterios de sostenibilidad ambiental y económica.

Continuaremos trabajando también en el manejo responsable de las cuencas hidrográficas, con proyectos integrales como el que está en marcha a través de la Comisión Presidencial para la Rehabilitación, Saneamiento y Uso Sostenible de la Cuenca de los Ríos Ozama e Isabela.

En resumen, pueden estar seguros: el suministro, manejo y sostenibilidad de agua de calidad en los hogares, los campos y la industria dominicana será una prioridad de nuestro gobierno en los próximos cuatro años.

Amigas y amigos,

Hablamos de estabilidad y de prosperidad, de cómo consolidar lo avanzado y nuevos horizontes.

Sin embargo, sabemos que para lograrlo, debemos también ganar la buena batalla por la seguridad y la convivencia pacífica, en las calles y en los hogares.

Ya estamos impulsando en el Congreso varias leyes de vital importancia, como la Reforma de la Ley del 9-1-1; la de Control y Regulación de Armas de Fuego y, por supuesto, la más importante de todas ellas: la ley de Reforma a la Policía Nacional.

Esta iniciativa nos permitirá dar un paso de gigante hacia un país más seguro, confiable y en paz.

Contaremos así, finalmente, con una policía moderna, cercana a la gente, mejor preparada y con condiciones de trabajo dignas.

Pero nuestro plan para mejorar la seguridad no termina aquí.

Hay muchas más medidas que vamos a poner en marcha.

Por ejemplo, la policía generalizará el sistema de cuadrantes como método de prevención.

Para ello, se mapificará todo el territorio y las zonas con más presencia de crímenes recibirán refuerzos en la vigilancia y patrullaje policial y mixto.

Además, aprovecharemos la tecnología y crearemos una base de datos común entre todas las instituciones vinculadas a la Seguridad Ciudadana, para hacer más efectiva la persecución del crimen.

Asimismo, se promoverá el fortalecimiento de las áreas de Análisis Criminal del Ministerio Público y la Policía Nacional y se fomentará el uso de la tecnología en las labores de persecución del delito.

También se establecerá un laboratorio y banco de ADN, especialmente para sospechosos de agresiones sexuales.

Por su parte, la Ley de Control y Regulación de Armas, Municiones y Materiales Relacionados endurecerá las normas para el porte y tenencia de armas, de forma que personas con antecedentes o casos pendientes de violencia no tengan acceso a licencias.

Y, paralelamente, impulsaremos planes de recolección de armas de fuego ilegales y de aquellas cuya tenencia o porte no puedan ser justificadas.

Asimismo, en consonancia con nuestra firme compromiso de tolerancia cero con la violencia contra la mujer, aumentaremos las Unidades de Violencia de Género en todo el país, hasta que cada provincia cuenta con una.

Implementaremos un sencillo pero eficiente dispositivo para proteger a las mujeres contra sus agresores, que ya está obteniendo excelentes resultados en otros países: Se trata de un Botón Antipánico que no sólo alerta a la policía y evita la agresión, sino que además graba el audio de lo sucedido, y así sirve como prueba judicial.

Continuaremos ampliando el Sistema 9-1-1, en la zona norte del país y después en las regiones Este y Sur y multiplicaremos la presencia de cámaras de videovigilancia en los principales núcleos urbanos, porque ya han demostrado sobradamente su eficacia en el combate a la criminalidad.

Señores empresarios,

Por un asunto de tiempo no puedo extender demasiado mi intervención, así que detendré aquí mi enumeración de las medidas que vamos a poner en marcha.

Sin embargo, espero que mis palabras hayan servido para darles algunas pinceladas claves sobre el ambicioso plan de progreso y transformación que tenemos para nuestro país en los próximos cuatro años.

Lo que les he compartido hoy no son promesas proselitistas, no son cifras tiradas al aire, no es improvisación y, ciertamente, tampoco es magia.

Son iniciativas concretas, contabilizadas y presupuestadas con responsabilidad.

El proyecto de país que tenemos es el fruto del diálogo, la escucha y la estrategia, pero también de la acción, la decisión y la audacia.

Porque creemos, de corazón, que el secreto para el buen gobierno es el equilibrio entre la experiencia de toda una carrera política y la humildad de quien sabe que cada día debe aprender algo nuevo.

Hace unos días, ante el congreso, le decía a todo el país que ha llegado la hora del optimismo dominicano.

Y lo creo con toda sinceridad.

¿Y saben por qué?

Porque donde hace cuatro años teníamos escépticos, hoy tenemos convencidos.

Donde hace cuatro años teníamos esperanzas, hoy tenemos certezas.

Donde hace cuatro años teníamos proyectos, hoy tenemos resultados.

Donde hace cuatro años teníamos sueños, hoy tenemos realidades.

Por eso, estoy convencido de que ya nada podrá detener a nuestro país en su camino hacia el progreso.

Hemos logrado lo más difícil: la confianza del pueblo dominicano, el entusiasmo y la energía de todo un país que trabaja codo con codo, en la misma dirección.

Hoy no solo sabemos que es posible construir un mejor país, sino que además estamos camino a conseguirlo.

Ahora, nuestra tarea es consolidar y profundizar lo logrado.

Ahora, nuestra tarea es acelerar los cambios y asegurarnos de que nadie se queda fuera.

Ahora, nuestra tarea es que esa sociedad más justa, más feliz y más solidaria en la que creemos, llegue a todos los rincones de nuestro país.

Ahora, nuestra tarea es hacer realidad el país que soñamos para nuestros hijos y nietos.

Si los dominicanos deciden confiar en mi una vez más, estoy comprometido a guiar a nuestro país con optimismo y confianza hacia cuatro años más de crecimiento, de estabilidad, de seguridad, pero sobre todo de justicia social y oportunidades para todos.

Juntos, podemos conseguirlo si mantenemos el rumbo y seguimos trabajando.

Les invito a ser parte de este proyecto que está lleno de entusiasmo y alegría.

Les invito a seguir uniendo voluntades, a trabajar por una Patria cada vez más grande y generosa, por un país en paz y por un futuro de esperanza.

Muchas gracias.
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