Madrid, ene (EFE).- Más o menos arqueadas, más o menos curvas, las cejas imprimen un carácter único al rostro.
Desde hace unos años, se llevan pobladas, gruesas y arqueadas, aunque su forma varía según la angulosidad del rostro y la personalidad, porque las cejas también deben expresar cómo se es.
La forma de las cejas aportan una armonía facial perfecta, “pero no nos damos cuenta hasta que se pierden”, cuenta el doctor Mato Ansorena, quien asegura que “no podemos olvidarnos de su función expresiva y comunicativa siendo de vital importancia en la imagen y por lo tanto en la autoestima y la confianza”.
Las cejas son fundamentales para armonizar las facciones. Ahora se imponen las cejas naturales, lo que no quiere decir que se dejen crear a su libre albedrío ni que se depilen sin ton ni son. Lo ideal es dibujarlas siguiendo la armonía del óvalo facial.