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Productor de Carlos Saura y Víctor Erice, falleció ayer en Madrid a los 78 años

Murió el más arriesgado de los productores de cine en los tiempos de Franco

Murió el más arriesgado de los productores de cine en los tiempos de Franco

Por EFE
lunes 10 de junio de 2013, 23:12h
Elías Querejeta entró en el cine desde su primera y gran pasión, el fútbol, y después cambió la cinematografía española salvando la censura, para abordar siempre los temas que le preocupaban, de los derechos humanos al terrorismo, de los que también habló en numerosas ocasiones frente a la cámara.
Sí se confesaba "preocupado siempre por la realidad y por lo que entraña de problemática social", aunque procuraba trasladarlo al celuloide de forma que la "tremenda realidad" que ofrecen las noticias se transformase en "sentimientos", que es lo que pide el espectador cuando se acerca a una sala de cine, según explicó.

Con el documental "Asesinato en febrero", Elías Querejeta, fallecido ayer en Madrid a los 78 años, trasladó al celuloide el grito que lanzó cuando escuchó la noticia del asesinato, a manos de ETA, del político Fernando Buesa y su escolta, en febrero de 2000. Quiso "dar noticia de la intolerancia", dijo entonces, con un guión dirigido por Eterio Ortega, con quien completaría en 2011 la trilogía dedicada al País Vasco en "Al final del túnel. Bakerantza" y "Perseguidos" (2004).

Querejeta acercaba la cámara a los familiares de las víctimas para ilustrar "todo lo implacable que se contiene en un acto de este tipo"; ese acercamiento a la primera persona fue una preocupación en su trabajo, aunque consideraba "excesivo" que se le etiquetase como representante del cine social. Sí se confesaba "preocupado siempre por la realidad y por lo que entraña de problemática social", aunque procuraba trasladarlo al celuloide de forma que la "tremenda realidad" que ofrecen las noticias se transformase en "sentimientos", que es lo que pide el espectador cuando se acerca a una sala de cine, según explicó.

Uno de sus últimos trabajos y su estreno como director fue el documental "Cerca de tus ojos" (2009), en el que la visión de una periodista sobre la situación del mundo le sirvió para denunciar "los incumplimientos reiterados de los derechos humanos". También barajó en los últimos años una película sobre Patrice Lubumba, primer presidente de la República Democrática del Congo tras su independencia de Bélgica, asesinado siete meses después de ganar las elecciones. "Si escuchara las voces que dicen que asumo demasiados riesgos no haría nada de lo que hago", decía en 2000, en la presentación de la cinta documental "La espalda del mundo", de Javier Corcuera, que narra la vida de un niño trabajador en Perú, un kurdo exiliado en Suecia y un condenado a muerte en Estados Unidos.

El riesgo fue siempre parte del trabajo de quien sorteó en más de una ocasión la censura franquista, con películas como "La caza" (1965) y "La prima Angélica" (1973), de Carlos Saura, uno de los grandes cineastas, como Víctor Erice y Manuel Gutiérrez Aragón, con los que trabajó codo con codo para elevar el escaso nivel artístico e intelectual del cine español de entonces.

Probó en sus carnes la censura desde muy pronto, con el documental "A través del fútbol" (1962), en el que este ex jugador de la Real Sociedad a quien le gustaba recordar el gol que le metió en liga al Real Madrid, volcó su pasión futbolística, pero también suficiente contenido político como para que fuera prohibido. "La censura del franquismo fue un horror", dijo Querejeta, quien reconoció haber falseado guiones durante la dictadura con el objeto de sortear, por lo menos, el primero de los dos tipos de represión cultural: censura sobre el guión y sobre la película. Por eso afirmaba en 2006 que no se podría hablar ahora de "elementos de censura en el cine. Ni tan siguiera lo es el sistema económico, como muchos dicen ahora, estoy radicalmente en contra de esa visión".

Querejeta burló junto a Saura la censura franquista con cintas que diseccionaron la sociedad de la dictadura con metáforas como la de "La caza" (1965), donde tres hombres que combatieron en el bando nacional durante la Guerra Civil se reúnen para cazar conejos y acaban disparándose entre ellos. Y recordaba cómo un subsecretario de Cultura que facilitó la proyección de "La prima Angélica", de Saura le reprochaba: "Desde luego, los rojos (de izquierdas) no agradecéis nada".
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