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Manuel E. Del Monte Urraca.
Manuel E. Del Monte Urraca. (Foto: Fuente externa.)

Arquitecto Moneo del mal en peor

Por Manuel E. Del Monte Urraca
viernes 10 de julio de 2015, 13:38h
Habrán leído ustedes mis dos comentarios anteriores sobre el arquitecto Rafael Moneo. En ellos hablaba de su prestigio bien ganado como profesional de la arquitectura. Y me referí a dos de sus obras, que por haberlas conocido, personalmente, me atreví evaluarlas favorablemente.

En esta oportunidad me referiré a una de sus obras detractadas, el Mercado Grande de la Plaza de Santa Teresa de Ávila, en la ciudad de Ávila, España. Y para hacerlo, preferí escoger sendos párrafos de comentarios salidos en la prensa de aquella histórica ciudad, antes de ponerme a despotricar sin fundamentos propios.

La vida, tal como la hemos conocido, es tan veleidosa como todo lo que envuelve. Éxito y fracaso suelen ir de la mano, como suele ir todo lo que nos ocupa y preocupa mientras la vivimos. En este caso, tratando el tema que más ha ocupado nuestra mente, durante los últimos días, la intervención del Arq. Moneo en las ruinas del Monasterio de San Francisco. Proyecto que espero no tengamos que lamentar como los abulenses, entre otros. Resultaría algo parecido a lo que hubiera sucedido de haberse llevado a cabo el sueño de Alicia en el País aquel. Perdón la Isla Artificial de Leonel Fernández.

AVILA: CIUDAD PARA DESCUBRIR, NO PARA DESTRUIR

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TU AVILA
Miércoles 8 de julio de 2015

“No entiendo que Rafael Moneo, a quien he admirado y admiro, haya caído en semejante barbaridad; no es necesario recordar sus méritos, su capacidad profesional ha quedado más que demostrada, su habilidad ha sido magistral y su figura bendecida con el título de “vaca sagrada”, …. pero esta vaca hace caca, como cualquier otra vaca, sólo que por su condición lo hace en los sitios más importantes. No quiero usar este escrito para discutir la calidad arquitectónica de estas polémicas construcciones o la fiabilidad de su valor intrínseco, simplemente afirmo que un edificio, por bueno que éste sea, no puede crecer en un espacio histórico sin respetar las posibilidades del lugar ni la memoria de sus piedras. Los edificios telón en el “Grande” son un desastre urbanístico y una calamidad conceptual.”

ABC Cultura
Hemeroteca 03/09/2003

Rafael Moneo: «Habré podido no acertar, pero he respetado la monumentalidad de Ávila»

“Entristecido por la polémica, pide a los abulenses «confianza y paciencia» al juzgar su proyecto del Mercado Grande. Confiesa que «dificultades hay en El Prado, del que espero salir airoso»”
EL COMITÉ DEL PATRIMONIO MUNDIAL PIDE A LA ADMINISTRACIÓN QUE ADAPTE EL PROYECTO AL CONJUNTO
histporica de Ávila
Ávila 11/08/2003
EL COMITÉ DEL PATRIMONIO MUNDIAL PIDE A LA ADMINISTRACIÓN QUE ADAPTE EL PROYECTO AL CONJUNTO
La Unesco critica los edificios de Moneo en la zona histórica de Ávila

MALAGA MONUMENTAL
DEFENSA Y PROMOCION DEL PATRIMONIO
Sábado, 30 de junio de 2012

Destrozos de Moneo en Avila y otros centros históricos.
Carta a Rafael Moneo

Señor Moneo:
Le escribo estas líneas para hacerle un breve comentario sobre mis vacaciones de verano. Supongo que se extrañará que un desconocido le hable de tal asunto, y se preguntará qué tiene que ver con usted. Bien, la respuesta la encontrará tras estas líneas:
Una noche del mes de agosto me hallaba deambulando por las tranquilas calles de Ávila, ciudad que hacía tiempo no visitaba. Todo a mi alrededor era armonía; la noche fresca invitaba a pasear plácidamente por sus rincones llenos de historia… De pronto, el horror: atravieso el arco de la muralla que da a la plaza de Santa Teresa y me encuentro con un monstruo. Mis ojos no daban crédito a lo que veían. Parecía estar viviendo una pesadilla… Pero no, era la cruda realidad: un espantoso edificio digno de la más deprimente penitenciaría se había hecho hueco literalmente a codazos, destrozando la armonía arquitectónica que durante siglos había prevalecido en tan bello lugar. De nuevo me froté los ojos: no podía creer que una construcción de tan mal gusto, hubiera podido salir de la mente de un arquitecto con un mínimo de coeficiente intelectual.
Me apresuré a preguntar a algunos de los transeúntes si sabían quién había sido el artífice de tamaño despropósito. Y ya lo creo que lo sabían. Todo el mundo —para su desgracia— le conoce en Ávila y no precisamente por sus buenas obras, sino por ese horrendo edificio que es una agresión estética indigna de esta ciudad, y un atentado contra el patrimonio histórico-artístico de Ávila. En definitiva, una canallada arquitectónica y una tomadura de pelo para los abulenses, que ya le han declarado persona “non grata” en esta ciudad. No conozco ni un solo ciudadano de Ávila que le guste su edificio. Y es que el sentido común clama al cielo:
A quién le puede gustar esa horrible construcción junto a la muralla y la iglesia de San Pedro, a la cual por poco no le mete usted el esquinazo de su edificio en el pórtico. Ese mazacote al lado de la iglesia, le pega como a un santo dos pistolas. Y qué decir de esas claustrofóbicas ventanas, que más bien parecen propias de una cárcel…
Perdóneme el atrevimiento, señor Moneo, pero tiene usted el talento en el trasero.
Tengo que decirle que ha cometido un doble delito: la obra en sí, que es patética, y lo más grave de todo, el enclave histórico al que afecta.
Señor Moneo: cuando le hablo de atentado contra el Patrimonio Nacional no estoy exagerando; lo digo literalmente. Sin duda es terrorismo destruir un edificio como hemos comprobado hace ahora justo tres años; pero usted ha demostrado que se puede ser terrorista construyendo. La prueba fehaciente: su lamentable edificio de Ávila. Con su esperpéntica obra parece que nos tomase por estúpidos a todos los españoles, y creo que no lo somos.
Señor Moneo: si tuviese un mínimo de vergüenza mandaría demoler ese edificio. Si no lo hace, le pesará en la conciencia durante el resto de sus días.

Oscar Nóbregas
Jueves, 9 de julio de 2015

Ávilared
La otra corrupción
Martes, 12 de marzo de 2013

“Quizás eran conscientes de que Ávila, sus ciudadanos, les reclamaban un estilo que a todas luces no poseían. Ellos no se creían su propaganda y tanto se conocían, que jamás hubieran votado por un partido formado por gente de su propio talento y talante.
Este complejo de inferioridad intelectual, de quién se sabe portador de carencias innegables, les llevó a los grandes proyectos pagados con dinero público, sin consultar a sus dueños. El proceso fue simple pero eficaz: primero crearon de forma artificial la necesidad y luego ya se encargaría la prensa de alabar la idea, glosar las innegables virtudes y el maná que supondría para Ávila sus ocurrencias.
Empezó el desatino con el edificio de Moneo. El ‘genio arquitectónico’ caló enseguida a los promotores de la obra. Esos ‘palurdos’ adineraros no suspiraban por remodelar una plaza sino por dejar huella en la) al igual que ‘accesible’, ‘sostenible’ o ‘paritario’. Así que viendo su ciudad con una obra ‘emblemática’ (vocablo éste que sirve como medidor infalible de la estupidez pública la capacidad de estos fulanos, se dio el gusto de levantar un edificio inspirándose en sus propias deposiciones, con lo cual se puso en vanguardia de la vanguardia (es el sueño de todo cantamañanas, susresiduos corporales como obra suprema).
No recuerdo quién dijo a la vista de semejante obra que era evidente que Moneo ya es una vaca sagrada, pero la vacas tambien estercolan la tierra "sagradas también estercolan la tierra”.
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FOTOS DE MONEO

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