En
cuanto al Consejo de Seguridad de la ONU, consideró que habrá "una derrota
colectiva" si no se produce una reforma para 2015, ya que el organismo
mantiene una "limitada representación" que no sirve para afrontar los
retos del siglo XXI.
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La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas. |
Dilma Rousseff denuncia Estados Unidos violó la soberanía de Brasil con su espionaje
Por EFE
martes 24 de septiembre de 2013, 19:52h
La
presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, denunció hoy como "una
violación" de la soberanía de su país el espionaje diplomático y económico
por parte de Estados Unidos, al comenzar su discurso en la Asamblea General de
la ONU. Rousseff, que centró su intervención en el espionaje denunciado por el
extécnico de la CIA Edward Snowden, del que ella misma fue víctima, afirmó que
se trata de "una afrenta" y "una falta de respeto" que no
puede justificarse en la lucha contra el terrorismo.
La
presidenta brasileña no mencionó directamente a Estados Unidos en este caso,
por el que ya anuló su viaje oficial a este país previsto para octubre, pero sí
recalcó que la actividad de esta "red mundial de espionaje" es un
asunto "sumamente importante y grave".
Rousseff destacó que este
espionaje "ha generado enojo y repudio" en todo el mundo, y señaló
que ha afectado especialmente a Brasil porque se interceptaron comunicaciones
de la oficina de la Presidencia, de la misión de su país en la ONU e incluso
informaciones "de alto valor económico e incluso estratégico".
Estas
revelaciones, añadió, muestran una injerencia en asuntos internos, lo que
consideró aún más repudiable por ser entre "países amigos". Además,
Rousseff consideró "totalmente inaceptable" el espionaje a empresas y
dijo que es "insostenible" justificar estas prácticas por la lucha
contra el terrorismo.
"Brasil sabe cómo protegerse, lucha contra los
grupos terroristas y no los alberga", recalcó la mandataria, quien destacó
que "vivimos en paz con nuestros vecinos desde hace más de 140 años".
Recordando su época de oposición a la dictadura militar brasileña, Rouseff
recordó que "al igual que otros muchos latinoamericanos, he luchado de
manera directa contra el autoritarismo y las actuaciones arbitrarias".
Se
trata, resumió, de "un caso de falta de respeto a la soberanía nacional de
mi país", por lo que recalcó que, si no hay un respeto a la privacidad,
"no hay una verdadera democracia" y pidió una acción internacional
concertada para evitar que estas prácticas puedan repetirse.
Rousseff también
dedicó una buena porción de su intervención a la ola de manifestaciones y
protestas que vivió su país en junio pasado, de las que dijo que son
"parte inseparable de la construcción de la democracia y el cambio
social".
Sin embargo, insistió en que "mi Gobierno no reprimió a los
manifestantes, sino que los escuchó", ya que "nosotros vinimos de las
calles. Las calles son nuestro lugar, son nuestra base". Dilma Rousseff
recordó que los manifestantes "reclamaban un futuro de mayores derechos,
mayor participación y mayores logros sociales", y lo relacionó con la
fuerte reducción de la pobreza que ha logrado su país en la última década, que
a su vez ha generado mayores peticiones de profundización democrática y social.
Dilma Rousseff insistió además en dos viejas peticiones de Brasil: la reforma
del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Consejo de Seguridad de la ONU
para que ambos organismos otorguen peso a los países emergentes más
importantes, como el suyo. "La gobernanza del fondo debe reflejar el peso
de los países emergentes", subrayó.
En cuanto al Consejo de Seguridad,
consideró que habrá "una derrota colectiva" si no se produce una
reforma para 2015, ya que el organismo mantiene una "limitada
representación" que no sirve para afrontar los retos del siglo XXI. Como
ejemplo, Rousseff citó la inacción del Consejo ante la guerra civil de Siria,
que dura ya dos años y medio, o la "parálisis" ante el conflicto
israelí-palestino.