La procrastinación implica postergar tareas importantes y está relacionada con dificultades emocionales, no solo con pereza. Un estudio de la Universidad de Barcelona destaca que afecta el rendimiento académico y aumenta la ansiedad. Aunque puede ofrecer beneficios como creatividad bajo presión, sus efectos negativos son más evidentes. Se sugieren estrategias para combatirla.
Santo Domingo.- Procrastinar es postergar o diferir tareas importantes, incluso cuando se tiene la posibilidad y el tiempo para hacerlas. Puede afectar acciones, conductas o la toma de decisiones. No se trata de flojera ni de mala gestión del tiempo, sino de una dificultad para regular las emociones y enfrentar los requisitos que demanda una tarea.
Un estudio de la Universidad de Barcelona (2025) reveló que la procrastinación no es simplemente pereza, sino que responde a una combinación de factores como la gestión del tiempo, rasgos de personalidad y bienestar emocional. La investigación, realizada con más de 900 estudiantes, mostró que el 61 % de la variación en la procrastinación se explica por dificultades de planificación, baja tolerancia al estrés y tendencia a experimentar emociones negativas.
De forma complementaria, una revisión sistemática publicada en la revista InveCom (2025) subrayó que la procrastinación está vinculada a altos niveles de ansiedad y estrés, y que puede mitigarse con programas de entrenamiento en gestión del tiempo y habilidades de estudio.
Los “pros” de procrastinar
Aunque suele verse como un hábito negativo, algunos investigadores señalan que la procrastinación puede tener ciertos beneficios:
- Creatividad bajo presión: algunos estudiantes afirman que trabajar al límite del tiempo les genera adrenalina y confianza en sus capacidades.
- Priorización inconsciente: aplazar tareas puede permitir que la mente filtre lo realmente importante y se enfoque en lo esencial.
- Momentos de descanso: posponer actividades puede servir como pausa para reducir la fatiga mental, siempre que no se convierta en hábito permanente.
Los “contras” de procrastinar
Los efectos negativos son más evidentes y han sido ampliamente documentados:
- Rendimiento académico más bajo, especialmente en estudiantes con dificultades de organización.
- Mayor ansiedad y estrés, al acumular tareas pendientes.
- Impacto en la autoestima, pues la sensación de “no cumplir” genera frustración y culpa.
- Efectos laborales y financieros, cuando la procrastinación se traslada al pago de obligaciones o al cumplimiento de metas profesionales.
Estrategias para enfrentarl, los expertos recomiendan:
- Técnicas de gestión del tiempo como el método Pomodoro o la planificación semanal.
- Dividir tareas grandes en metas pequeñas, para reducir la sensación de abrumo.
- Entrenamiento en habilidades de estudio y autocontrol emocional, que han demostrado eficacia en programas universitarios.
- Ambientes de trabajo adecuados, con menos distracciones y mayor motivación.lc