La segunda temporada de "Cuerpos de Barro" de Haffe Serulle se inauguró en Santo Domingo, ofreciendo una experiencia escénica íntima. La obra, que explora el amor y la fragilidad humana, destaca por las actuaciones sobresalientes de Stuart Ortíz, Lissette Jiménez y Saúl Rodríguez. Se presentará del 15 al 24 de agosto.
Santo Domingo.-Anoche se inauguró la segunda temporada de la obra de HaffeSerulle con una función íntima a la que amigos, colegas, periodistas, gente de la vida social del país y estudiantes de teatro, se dieron cita al encuentro enmarcado en el programa Puertas Abiertas del Teatro Nacional.
La presentación inaugural contó con la asistencia exclusiva de estudiantes de teatro, que junto a los demás invitados vivieron de cerca una experiencia escénica única. No solo disfrutaron de la puesta en escena, sino de una bienvenida inusual, los actores en recibieron a los presentes, cual, si de una gran fiesta de gala en su mundo se tratara, convirtiéndose en testigos privilegiados del arranque de esta nueva temporada.
Más que una historia, Cuerpos de Barro es un espejo emocional donde el amor, la vejez, la memoria y la fragilidad humana se entrelazan en un grito poético y visceral. Con las interpretaciones de Stuart Ortíz, Lissette Jiménez y Saúl Rodríguez, la obra se aleja de lo convencional para ofrecer una experiencia sensorial intensa que toca lo más profundo del alma.
Los tres actores principales estuvieron simplemente deslumbrantes en esta función especial. Stuart Ortíz aportó una fuerza contenida que se desbordaba en los momentos precisos, con una presencia escénica que hipnotizaba. Lissette Jiménez ofreció una actuación de gran sensibilidad y humanidad, marcando cada gesto con una profundidad emocional conmovedora. Por su parte, Saúl Rodríguez llevó el peso simbólico de la obra con una energía física y poética que unió con maestría el cuerpo y la palabra. Juntos, crearon un tejido actoral que sostuvo con firmeza y belleza cada uno de los temas que atraviesa la obra.
En esta propuesta, las tarimas móviles, las telas que respiran y los tambores que se transforman en símbolos – vientres, ataúdes, barreras – se funden con el trabajo físico y emocional de los actores. “La tela es protagonista. El escenario es un lienzo en blanco donde nosotros, los actores, somos el pincel”, afirma Rodríguez.
La invitación es clara: venir con el corazón abierto para descubrir que hay belleza en lo roto, esperanza en lo viejo y vida incluso en la fragilidad más desnuda.
Cuerpos de Barro se presentará del 15 al 24 de agosto en la Sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito. Esta noche, los primeros aplausos serán para una generación que sueña, crea y respira teatro.
H.A.
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