ETA

Las nuevas generaciones de jóvenes vascos crecen, diez años después del fin de la violencia de ETA, alejadas de los traumas que marcaron a la generación anterior, a pesar de que las siglas de la organización terrorista siguen presentes en el debate político del País Vasco y del resto de España.

La crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 y la emergencia por los efectos de las tormentas tropicales Eta e Iota están repercutiendo en el ambiente navideño de Honduras, en lo social y económico, según diversos sectores.

Al menos 24 muertos, desaparecidos, miles de afectados, así como casas, vías y cultivos arrasados ha dejado hasta este jueves Eta en Centroamérica, a donde llegó el martes como un poderoso huracán para degradarse a una tormenta tropical que está influyendo en la región, muy vulnerable a los desastres naturales.

Santiago Arrospide Sarasola, conocido como “Santi Potros”, de 70 años de edad, participó en los atentados más cruentos de ETA en España, como el perpetrado en un centro comercial de Barcelona en 1987, con 21 muertos, o el ataque, un año antes, contra un convoy de la Guardia Civil en Madrid, con 12 víctimas mortales.

La organización terrorista ETA planea su desarme total en las próximas semanas, un proceso que será culminado el próximo 8 de abril y que encomendará a asociaciones civiles, según reveló ayer un militante vascofrancés al diario “Le Monde”.

La secretaria de Análisis Político y Social de Podemos, Carolina Bescansa, ha apoyado este martes la postura de Pablo Iglesias sobre la dispersión de los presos de ETA. Bescansa ha instado a que se aplique la ley penitenciaria en todos los casos y que los presos relacionados con la banda terrorista ETA no sean considerados una "excepción". Además, ha pedido que no se utilice el dolor de las víctimas para luchas partidistas si no se van a proponer soluciones.