La popularidad de Dilma Rousseff sigue baja tras las protestas
Por EFE
miércoles 17 de julio de 2013, 07:13h
Aún
así, Rousseff es la candidata presidencial con una mayor intención de voto para
las elecciones de 2014, con un 39,6 por ciento en el primer turno, frente al 20,7
por ciento de la exministra Marina Silva y un 15,2 por ciento de Aecio Neves,
líder del principal partido de la oposición, el PSDB y muy probable candidato
por esta formación en los próximos comicios.
La
aprobación de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, cayó más de 24 puntos
porcentuales tras las protestas que acontecieron en el país durante junio, según
una encuesta difundida ayer por el instituto MDA. El sondeo confirma la gran
bajada constatada a finales de junio por otro sondeo, de la empresa Datafolha.
En
el estudio de MDA, realizado del 7 al 10 de julio, el índice de aprobación del
"desempeño personal" de Rousseff al frente del Gobierno pasó del 73,7
por ciento de junio al 49,3 por ciento actual. Además, la valoración positiva
del Gobierno descendió más de 20 puntos, del 54,2 por ciento de junio al 31,3
actual.
Un 38,7 por ciento de los brasileños creen que el trabajo de Rousseff
es "regular", mientras que un 24,5 por ciento opina que es
"bueno" y solo un 6,8 por ciento opina que es "óptimo",
según ese sondeo. Además, la valoración negativa del Gobierno de Brasilia subió
del 9 por ciento de junio al 29,5 actual.
El estudio del instituto MDA,
encargado por la Confederación Nacional de Transportes (CNT), fue realizada a
2.002 personas de 134 municipios de Brasil, con un margen de error del 2,2 %.
Esta
es la segunda encuesta que documenta la caída de popularidad de Rousseff tras
las protestas de junio, que llevaron a millones de brasileños a las calles de
las principales ciudades del país para protestar por la corrupción política,
mayor inversión en salud y educación
públicas y los gastos en los megaeventos como la Copa de las Confederaciones y
el Mundial de Fútbol.
La primera, difundida por el instituto Datafolha a finales
de junio, mostraba un descenso del apoyo del 57 al 30 %, el nivel más bajo de
aprobación de su gestión. Esa caída fue la mayor de un presidente brasileño
desde 1990, cuando el entonces mandatario Fernando Collor de Mello confiscó los
ahorros de los brasileños y su popularidad entre marzo y junio de ese año pasó
del 71 al 36 %, porcentaje que aun así supera el actual de Rousseff, según la
encuesta de Datafolha.