Este es el mismo título de un artículo de la autoría del fraterno amigo José Mármol en su columna Carpe Diem, del 5 de febrero de este año en el hermano periódico El Día.
Una vez se apeló a despejar la duda sobre quién representaba más peligro: la flecha o quien la lanza. Pero esta vez, aunque refiera la flecha, pretendo compartir una experiencia mucho más aleccionadora.