El Papa Francisco presidió en la Basílica de San Pedro del Vaticano, la Santa Misa de la Noche del Nacimiento del Señor. Francisco pidió a los fieles dejarse abrazar por el Niño Jesús y “tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante” en un mundo “de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo”.